La Justicia de EEUU lo confirma

España se quedará al final con el Pisarro robado por los nazis

La batalla legal lleva varias décadas en marcha y la Corte de Apelaciones estadounidense ahora señala que el cuadro 'Rue Sant-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia'  es propiedad del Museo Thyssen español. 

La obra Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, del artista Camille Pissarro pintado en 1897.

La obra Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, del artista Camille Pissarro pintado en 1897.

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España no tendrá que descolgar de las paredes del museo Thyseen el cuadro 'Rue Saint-Honore por la tarde. Efecto de lluvia', de Camille Pissarro. La justicia de EEUU pone fin a la batalla legal que enfrentaba al museo español con los Cassirer, propietarios originales del cuadro. La Corte de Apelaciones, por no alcanzar la mayoría necesaria de consenco entre los jueces, ha rechazado las reclamaciones de esta familia, de origen judío y cuya fortuna, entre la que se encontraba el cuadro del pintor impresionista, fue expoliada durante el Tercer Reich, confirmando la propiedad del museo después de que el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza lo adquiriera en 1976.

La familia Cassier lleva más de 20 años litigando contra el Thyssen por la propiedad de esta obra. En sus recursos han venido argumentando que el museo español no debería conservar una obra saqueada por los nazis durante los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, la Justicia de EEUU ha reiterado que "una vez que un Estado extranjero carece de inmunidad de jurisdicción, está sujeto a las mismas reglas de responsabilidad que un ente privado".

Origen del caso

Claude Cassirer, fotógrafo y nieto de Lilly Cassirer, la primera dueña del cuadro, descubrió en 2000 que la obra estaba expuesta en Madrid. Tras la negativa a devolverlo, los Cassirer iniciaron un litigio en California que ahora ha terminado desfavorablemente para sus intereses. Lilly Cassirer falleció en 2010 a los 89 años, pero sus herederos continuaron con la demanda. Ella había logrado escapar de la Alemania nazi y se vio obligada a entregar el cuadro a cambio de un visado para salir del país. Después de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno alemán reconoció su propiedad legal y le otorgó una compensación de 120,000 marcos. El cuadro fue localizado en Estados Unidos en 1951 y adquirido por el coleccionista Sydney Brody. Posteriormente, en 1976, el barón Thyssen-Bornemisza lo compró y, desde 1993, ha estado en el Museo Thyssen en España.

Con un valor estimado en 28 millones de euros, la batalla legal alcanzó un punto crítico en enero, cuando un tribunal estadounidense dictaminó a favor del museo español. La familia Cassirer, representada por B. Cremades y Asociados, apeló ante la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, que confirmó la decisión, manteniendo la propiedad en manos del Thyssen.

No obstante, un juez de la corte de Apelaciones ha emitido un voto particular donde compara la ley de California y la ley española en el contexto de la recuperación de obras de arte robadas por los nazis. El magistrado define la ley española, promulgada en 1889, como "general y anticuada", apuntando a que "contraviene los compromisos internacionales de España de devolver las obras robadas por los nazis". El autor expresa su "profunda decepción" con la decisión del tribunal que perpetúa los daños causados por los nazis, y resalta la importancia de alcanzar un resultado que sea jurídicamente obligatorio y moralmente correcto. "El mundo nos observa. Debemos aplicar correctamente la ley a este caso de gran repercusión y peso moral. El resultado contrario tampoco es injusto para España o su instrumento, la fundación del Museo Thyseen. Puede que este no tuviera conocimiento real de que el cuadro había sido robado, pero no es injusto exigir al Thyssen que renuncie a él", señala en su voto particular el juez.  

El propio abogado de la familia, Bernardo Cremades destaca que el voto particular "es absolutamente ejemplar y que desgrana el caso completamente y demuestra que la situación y argumentos, tanto del panel para aplicar la ley de España, como de España para negarse a devolver el cuadro, es absolutamente infundado. Es ejemplar esa decisión".