Lolita Flores se sumerge en el mundo de Lorca con 'Poncia'

Lolita Flores lleva medio año de éxito con 'Poncia', una reinterpretación del mundo que Federico García Lorca plasmó en 'La casa de Bernarda Alba' donde la actriz encarna a la veterana criada de aquel hogar donde transcurre la tragedia de mujeres privadas de libertad, obligadas a cumplir un riguroso luto de ocho años sin salir de casa. Poncia es la criada que lo ve todo, un personaje a quien Luis Luque, dramaturgo y director de esta obra, da voz utilizando en parte las intervenciones del personaje en la pieza lorquiana. Le sirven para profundizar y mirar desde otro ángulo el suicido de Adela, la más joven y guapa de las hermanas ante la intransigencia de Bernarda, que convierte su hogar en un convento tras enviudar.

La obra, en cartel en el Teatro Goya hasta final de mes, empieza donde termina 'La casa de Bernarda Alba', después del suicidio de Adela. A partir de ese impactante y triste suceso Poncia revisa todo lo ocurrido. "Es un monólogo maravilloso que habla de libertad y de justicia", sentencia Lolita feliz de regresar a Barcelona. Guarda buenos recuerdos del Goya, donde Margarita Xirgu estrenó varias obras de Lorca como 'Mariana Pineda' (1927), con decorados de Salvador Dalí.

Lolita se metió en este proyecto en parte porque a Lola Flores estuvo a punto de interpretar el rol de Poncia en un montaje de 'La casa de Bernarda Alba' que le propuso Miguel Narros. Su hija mayor está triunfando ahora con este personaje en una obra donde, de nuevo, está sola en escena, como ya ocurrió con 'La plaza del Diamante', en una aplaudida versión dirigida por Joan Ollé.

"Natalia, la Colometa, y Poncia son dos tipos de mujer diferentes. Poncia callaba menos"

"La España de hoy ya no es la España de Lorca", resalta Lolita. No se puede comparar el personaje de Natalia, la Colometa de Mercè Rodoreda, con la Poncia lorquiana. "Son dos tipos de mujer diferentes. Poncia callaba menos", indica la actriz, eternamente agradecida a aquel primer monólogo de su carrera "que marcó un antes y un después". Para ella está claro que "no se puede encerrar a cuatro chicas jóvenes entre cuatro paredes durante ocho años para maltratarlas psicológicamente". El mundo ha cambiado pero "interpretar a Poncia es reivindicar un montón de cosas: a mis abuelas y bisabuelas, a gente que he conocido, amigos de mis padres que han vivido en un silencio absoluto". Si algo está claro para Lolita es que la educación emocional es básica porque, por difícil que a veces pueda resultar, "a los hijos hay que hablarles, darles amor y razonar con ellos".

"No me llevo el personaje a conmigo, nunca lo he hecho. A Poncia la dejo en el escenario cuando acaba la función"

'Poncia' habla no solo de justicia, también de culpa. La estructura de la obra se divide en tres partes. En la primera, la protagonista vuelca su dolor por lo acaecido. En la segunda, entabla una conversación con Bernarda. En la última, Poncia, un personaje de 60 años, seis menos que Lolita, rememora su vida, sus recuerdos. Aunque se transforma en Poncia cada noche, cuando cae el telón y se apagan las luces, Lolita vuelve a ser ella. "No me llevo el personaje a conmigo, nunca lo he hecho. A Poncia la dejo en el escenario cuando acaba la función", señala la cantante, jurado del popular programa 'Tu cara me suena', que estará todo el mes de julio actuando en Barcelona.