Entrevista

Roser Marcé: "Hemos perdido la ilusión por el vestir"

La diseñadora catalana asegura que "gustarse para gustar es la clave de la moda"

Entrevista a la diseñadora Roser Marcé, en la Galería Sergi Sánchez

Entrevista a la diseñadora Roser Marcé, en la Galería Sergi Sánchez / ZOWY VOETEN

Anna R. Alós

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Con una profesora de piano y un traje de baño, así comenzó la diseñadora catalana que en los años 70 formó parte de la élite del diseño español y obtuvo proyección internacional. Después de transitar durante décadas por la tiranía de la moda y de las tendencias más rabiosas del 'low cost', sigue lanzando dos colecciones 'prêt-à-porter' al año además de las prendas a medida entre las que se encuentran los trajes de novia y de fiesta. Su sede está en Barcelona y a menudo organiza pop ups en diferentes puntos de España. 

Cuénteme de aquella primera pieza que diseñó.

A los nueve años ya tenía inquietud por la ropa. Me enteré de que mi profesora de piano también daba clases de corte y confección y ahí comenzó todo. Dijo que el traje de baño era la pieza adecuada para conocer el cuerpo. Lamento no haberlo conservado.

Su clientela, ¿es fiel?

Sí, he sabido fidelizar, pero he de decirle que hay una generación más joven a la que no le preocupa tanto vestir moda, sobre todo en Barcelona. No hay interés en la corrección del momento.

¿Se debe a la moda 'low cost'?

Influye, es evidente que la economía manda. La gente compra ropa muy económica, y por otro lado la tendencia del 'sportswear' ha reducido el consumo de la prenda elaborada con más estilo. 

Carolina de Mónaco y la reina Letizia usan zapatillas y zapatos planos. 

Calzar zapatillas no quita que se vaya bien vestido. Lo que hemos perdido es la ilusión por el vestir. Hace años la ropa deportiva era para el fin de semana, eso formaba parte del estilo, pero de lunes a viernes la indumentaria era otra. Hoy no hay exigencia laboral en ese sentido y estaría bien que nos esforzáramos un poco más. 

La indumentaria explica quién somos, entiendo.

Evidentemente, es la imagen de una persona, su personalidad, y hoy importa menos la comunicación a través de las prendas. Se piensa: 'ya voy bien con esto, voy cómoda y puedo pagarlo'. Pasa con todo, peluquería, joyería y todos los complementos. Pero no nos engañemos, la ropa es el primer impacto de la imagen.

Viendo la calle, ¿no le parece que a veces hay quien se esfuerza en la moda 'ugly'? 

Pues sí, porque no es obligatorio tener estilo, pero, insisto, un poco de esfuerzo estaría bien. Información hay, pero lo que no hay es moda, ni tendencia. Ahora se puede comprar sin tocar el producto, se devuelve y listo. 

Moda y tendencia, ¿dónde está la línea que las define o separa?

Van una de detrás de otra. Hay tendencia a imitarnos unos a otros como sociedad, pero moda como tal, como yo la entiendo, con calidad, hay poca. La moda ha de incluir tendencia, evidentemente, pero ha de contar algo más, sobre todo, el placer de usar la prenda.

¿Escasean las ocasiones en las que vestir bien?

Puede ser, pero vestirse para una misma es una buenísima ocasión para verse estupenda. La persona que se abandona deja de gustarse, y eso también la define. Me cuesta comprenderlo.

La persona que se abandona deja de gustarse

El físico, ¿cuenta mucho a la hora de tener estímulo para vestir?

Da igual que seas alto, bajo, flaco, gordo, las medidas no cuentan, lo que importa es la proporción, y si no la hay debe buscar la prenda adecuada para lograr el equilibrio. Siempre hay algo.

Usted descubrió a la internacional Inés Sastre.

Sí, tenía 14 años y vino al 'casting' al salir del colegio con su madre, vestida con uniforme y calcetines. No me gustó nada, pero al hacer el gesto ya en la puerta para marcharse, se giró y me dijo: “¿Puedo irme?”. Aquella expresión, sus ojos, la educación que respiraba eran parte de algo. La elegí, claro.

Y resultó.

Del todo. Durante la sesión su madre le preguntaba si tenía, sed, hambre, frío, y la niña a todo contestaba no. Ella ha hecho un imperio de su cuerpo y de su personalidad. Pat Cleveland era algo parecido, su movimiento era impecable, estaba ensayado. Antes de salir a pasarela se ponía delante del espejo y le preguntaba si estaba bien o no.

¿Qué es la elegancia?

Es lo más complejo de responder. Es el aire que tú le das a la ropa, es un arte con el que se nace, se tiene. Es seguridad, gustarse para gustar es la clave de la moda.

¿Su gran cliente internacional?

Harrod´s, fue a principios de los 90. También estuvimos en California y Nueva York, en Tokio. Noruega, Bélgica y Holanda eran buenísimos mercados.

¿Su pieza estelar?

La gabardina que llevaba Pasqual Maragall cuando anunció la candidatura de los JJOO de Barcelona. Le hice cinco: aquella primera se subastó, la segunda porque la perdió en un aeropuerto, la tercera era ligera para irse a Roma y la cuarta al volver porque la necesitaba de lana. La quinta era más tipo abrigo, la vi en una foto de su Fundación y me emocioné.

Le hice cinco gabardinas a Pasqual Maragall

¿La prenda que la ha definido más?

La chaqueta tipo americana. Una clienta, en el año 76, me la compró y me dijo que era muy masculina y la moda pasaría. Pero no ha pasado, hay versiones y sigue ahí.

La moda recibió subvenciones importantes en los 90 y hubo una caída en picado. ¿Qué pasó?

Entonces Barcelona era una estación por la que pasaba todo comprador internacional. Estaba la Moda Gaudí, con José Antonio Comín al frente, pero años después cayó en manos de políticos y Madrid aprovechó el momento y la Pasarela Cibeles cogió el testigo. Además, a partir del 92 la peseta estaba muy alta al cambio y perdimos el mercado internacional, España era muy cara.

¿Qué ocurre con la inversión en moda en España?

En España hablar de inversión en moda es como hablar del demonio, cuando en realidad tenemos ejemplos magníficos. Zara, por ejemplo. Y hoy con las redes sociales estamos en el mundo, se llega a todo. Pero hay que invertir, y eso parece que en moda da miedo. Es lamentable.

¿Una idea rápida para comprender la moda?

Convierta cada prenda en algo que cuidar y conservar, en algo que forme parte de su vida. Y detecte una buena prenda a través de cremalleras y botones porque cuentan mucho de la prenda.

¿Nuevos proyectos?

Sí, buscar inversión para vender solo online piezas emblemáticas Roser Marcé. ¡Imagine el archivo que tengo! Está todo ya digitalizado. Ojalá un diseñador o diseñadora pudiera continuar mi moda.

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