El cine según Bayona

Durante la charla, que duró algo más de una hora, Bayona se refirió en varias ocasiones a su concepción del cine. Habló por ejemplo de su "naturaleza contradictoria", que aúna "el hecho artístico y el hecho industrial". El director, cuyas películas han funcionado en taquilla a la vez que se ha alabado su calidad técnica y estética, lo tiene muy en cuenta. "Vino a la Escac a darnos una charla un director de cine catalán que nos dijo que el cine catalán estaba maldito y que no íbamos a conseguir mucho. Nuestra incredulidad cuando lo escuchamos fue notoria, y nos revolvimos contra eso. Hoy, el mundo y la industria española han cambiado mucho", aseguró. Y añadió: "En la industria de entonces no cabían algunas de las películas que hemos hecho nosotros. Kike Maíllo, que estaba en mi promoción, hizo después 'Eva', sustentada en un desarrollo que entonces era inaudito. Había un territorio muy amplio por explorar, y lo fuimos haciendo". De hecho, se mostró orgulloso de haber abierto camino, de haber participado "con determinación" en el progreso industrial que había que poner en marcha.

Bayona quiso también subrayar la naturaleza "colectiva" del cine, tanto de su proceso de creación como de su consumo: "Se hace en equipo y se disfruta acompañado de gente, en la sala". Aunque ahora, con el auge de las plataformas y el 'streaming', haya quien lo ponga en duda. Él piensa que los cines superarán "la tormenta perfecta" que les ha caído encima y saldrán adelante: "Ahora está el streaming y antes estuvo vídeo doméstico y estuvo la televisión. Hay una forma de consumir cine en casa y una en la sala. Evidentemente, hay unos procesos de transición, lo que ya pasó con la televisión y el vídeo. Estamos en un momento de cambio en el modelo de consumo, pero creo que no hay una experiencia que reemplace a la pantalla de cine". Lo dice él, cuya última película, la multipremiada 'La sociedad de la nieve', se estrenó de forma híbrida, en salas y en Netflix. "El contexto obliga a que nos exijamos más, a ser mejores", afirmó.

'La sociedad de la nieve', precisamente, es uno de los ejemplos más claros de toda su trayectoria de uno de sus motores creativos. "En todas mis películas está la idea de darse cuenta de lo solos que estamos, y de cómo sostener eso", dijo. De pequeño, Bayona fue "un niño muy solitario", y el cine le sirvió para afrontarlo. "En cuanto pude fui al cine solo. La primera película que fui a ver solo fue 'Paseando a Miss Daisy'. Tenía 12 o 13 años y mi madre me dejó ir en metro al cine Comedia, el que acaban de cerrar", dijo recordando el multisalas del paseo de Gracia de Barcelona.

Bayona cree que en su filmografía (como en la de otros grandes directores) hay rastros del pasado y señas reconocibles. Y pone de ejemplo 'Jurassic World: el reino caído', en concreto la escena en la que la garra de un dinosaurio se cierne sobre una niña que está en la cama. "Hace poco fui al cine en Sevilla con mi padre, que es muy cinéfilo. Y allí le pregunté: ‘¿Qué imágenes se te han quedado grabadas a ti?’. Y me dijo que recordaba a Boris Karloff haciendo así [poniendo la mano en forma de garra]. Pensé que hay algo que va calando, y hacer cine es llegar a lugares muy profundos, sin ni siquiera saber por qué. Cuanto más profundo rascas, más universal es lo que cuentas", explicó.

También piensa que es una característica de su cine la voluntad de mantener la incertidumbre. Si, como subrayaba Alfred Hitchcock, nadie quiere que se muera el protagonista de una película, él no quiere explicar qué es de ellos después del final de la cinta: "Nunca se me ha ocurrido poner esos letreros de qué fue la vida de esa gente. Cómo le voy a contar al público que el personaje se casa y tiene hijos, si esto va de lo incierto".

El jefe de estudios del grado de Comunicació i Indústries Culturals de la UB, Juanjo Caballero, que fue profesor de Bayona en la Escac y que condujo la charla junto al profesor Endika Rey, destacó el "compromiso, autoexigencia y capacidad de determinación" de Bayona. El director explicó que esas cualidades le acompañaron desde sus inicios. "Me inventé una radio, para que me acreditaran, y me colaba siempre que podía en el Festival de Sitges. Después hice un programa, que supongo que no oía nadie, en Radio Trinitat Vella [su barrio], y así pude entrevistar muy joven a [Alejandro] Jodorowsky, a [Carlo] Rambaldi, a Ray Harryhausen", contó. Y así fue cuando, un día, hizo un amigo que le cambió la vida. "Un día entrevisté a Guillermo del Toro, que acababa de llegar de México. Nos caímos bien, y yo le daba mis VHS", recordó. "Me decía Guillermo que muchas veces era más importante decir que no que decir que sí. Yo solo había hecho dos cortos, que eran dos comedias, y antes de dirigir 'El orfanato' [su primera película, que se estrenó en 2007] ya me habían ofrecido hacer películas en Hollywood, porque Guillermo hablaba muy bien de mí. Me caían guiones y a mí me parecía una marcianada, porque yo no había hecho nada, así que me dediqué a decir que no muchas veces. Alguien dijo que las carreras se construyen no con los proyectos que haces, sino con los que decides no hacer", añadió.

Bayona se exhibió en todo momento como un enamorado del cine, que ve como una fuerza capaz de cambiar las cosas. De hecho, puso dos ejemplos de cómo las películas calan en la gente hasta el punto de que modifican sus recuerdos. El primero: "En una nueva edición de la novela 'Un monstruo viene a verme' había en la portada unas referencias al niño protagonista dibujando. Pero eso no está en el libro. El niño dibuja en la película porque yo dibujaba de pequeño, y era una forma de acercarlo a mí. Alguien dijo alguna vez que para hacer una buena adaptación se necesita ser infiel, porque todo proceso de adaptación necesita de una interpretación". El segundo ejemplo: "En 'La sociedad de la nieve' salen cosas que los protagonistas reales del accidente nunca habían contado. Todos hablaban de cuando les cae el alud encima del avión como el momento más duro, pero nunca decían por qué. Fue un momento especialmente cruel, porque pasó cuando ya habían empezado a solucionar los problemas con el frío y con la comida. En la versión norteamericana ['Viven', estrenada en 1993], la secuencia está ambientada de noche, pero sucedió a las tres de la tarde. Es curioso que, por esa película, muchos de los supervivientes recordaban que el alud había pasado de noche".

Bayona repasó las cinco películas que ha dirigido, desde 'El orfanato' a 'La sociedad de la nieve', pasando por 'Lo imposible' –de la que dijo que "el título era un poco una broma", sobre lo inabarcable del proyecto–, 'Un monstruo viene a verme' y 'Jurassic World'. Pero se recreó en detalles sobre la última, que es también la que le ha proporcionado un mayor reconocimiento.

Ahora, en un momento en que, según dijo, aún no tiene claro qué va a ser lo próximo que va a hacer, recordó cómo abordó un proyecto como el contar el trágico accidente de Los Andes. "Me parecía muy difícil abarcar el tema. El libro me impactó, estaba basado en 16 testimonios, todos muy diferentes entre sí. Todos hacían una reflexión sobre la búsqueda de sentido. Y queríamos invitar al público a hacerse las mismas preguntas que las que se hacen los protagonistas. Ahí notas que llevas 20 años detrás de la cámara, y pones tus habilidades al servicio de la película", afirmó el director.

"Desde un principio optamos por no trabajar con actores muy conocidos. En estas películas tan corales se suelen buscar rostros reconocibles, pero nosotros intentamos que no hubiera separación en el grupo", continuó Bayona. Prepararon a los actores: los pusieron en contacto con las familias de los fallecidos y con los supervivientes, y ensayaban escenas que no estaban en el guion pero que habían pasado en la realidad "porque eso ayuda a crear una memoria". "Lo que hicimos fue darles herramientas", añadió. Buscaban "naturalidad".

En cuanto a la acogida de 'La sociedad de la nieve', le sorprendió que "conectara tanto con una generación de gente joven". "Pensábamos que era una propuesta de cine adulto, pero en Sant Jordi me encontré con una chica que había visto la película 63 veces, casi más que yo. Pero si lo piensas no es tan extraño: los chavales se encuentran ahora con un mundo bastante terrible que ellos no han creado, y quizás es fácil empatizar con ese contexto tan dramático".