Críticas

El disco de la semana: Camila Cabello, una reinvención a medio gas en ‘C,XOXO’

La cantante mexicano-estadounidense, nacida en Cuba, deja atrás el ascendiente latino y mezcla influencias pop y urbanas en su cuarto álbum, en el que cuenta con la complicidad de El Guincho y que ofrece duetos con Drake y Lil Nas X

La artista Camila Cabello.

La artista Camila Cabello. / Dimitrios Giannoudis

Jordi Bianciotto
Roger Roca
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Camila Cabello

‘C,XOXO’

Geffen-Interscope-Universal

Pop-r’n’b-hip-hop

***

La chica que seis años atrás se presentó en una gala de los Grammy como “orgullosa inmigrante cubano-mexicana, nacida al este de La Habana”, ha evolucionado, y ahora, a los 27, juega con una idea de reinvención en su ya cuarto disco, ‘C,XOXO’, cuyo título en neo-lengua ‘whatsapp’ transmite cercanía y contacto físico: ‘Camila, abrazos, besos’, nos dice a modo de firma a pie de página. No flotan ahí profundos mensajes filosóficos, tan solo un afán de sensaciones reales canalizadas por músicas que dejan atrás el ascendiente latino y se decantan por un pop de fuerte sustrato electrónico, con roces de r’n’b y hip-hop y algunos atrevimientos de producción. 

Camila Cabello nos anunciaba hace unos días en la red X que “el mundo de ‘C,XOXO’ es muy sensual” y que interpela a todas nuestras terminales: “gusto, tacto, vista, olfato, sonido”. Lo hace aquí, de un modo expeditivo, en el primer tramo de canciones, como ‘I luv it’ (con el rapero Playboi Carti), aparatosa y punzante, elaborada de la mano de El Guincho, figura de peso en todo el disco. Un tema este que cuando vio la luz como ‘single’ (en marzo) invitó a especular con un álbum decantado por el hiperpop a lo Charli XCX. 

Ese pique con Drake

No es el caso, aunque algo de ello se respire en ‘He knows’, dueto con Lil Nas X sobre bases gruesas, donde el rapero marca los tiempos. Otros puntos de anclaje apuntan hacia direcciones dispares: ‘Chanel no. 5’, con su tacto libidinoso y su audaz piano discordante, y el flirteo con el dembow de la robusta ‘Hot uptown’, cita con Drake en la que este presume de su Mercedes y sus joyas de Tiffany’s, que, a ella, al parecer, no la impresionan: “Eres demasiado débil para poder conmigo, cariño”, replica sin despeinarse. 

Cabello ha trabajado para que esto sea un álbum y no un ‘pack’ de canciones, introduciendo esos interludios que en los últimos tiempos tanto se llevan. Sin serlo exactamente, porque dura 2’ 42’’, ‘Twentysomethings’, trae unas confesiones en modo trovadora-con-guitarra-acústica que bien pueden condensar el fondo filosófico del disco: “Veinteañeros, enamorados, lujuriosos, confundidos / Veinteañeros, bailando con los corazones magullados”. Pero a veces no queda del todo claro dónde está la personalidad sonora de esta ‘nueva’ Camila Cabello, al tiempo que ‘C,XOXO’ va perdiendo fuelle pasado su ecuador. 

Queda lejos el marchamo afrocubano de ‘Havana’ (2017), que conservó en discos posteriores, porque ella transita ahora los caminos del ‘mainstream’ con algún toque de vanguardismo asimilable. ‘Dream-girls’ incide en la fórmula del fraseo machacón y la balada al piano ‘B.O.A.T.’ resulta poco trascendente. Con todo ello, ‘C.XOXO’ contiene cartas para contentar a su ‘fandom’, pero no llega a ser aquella obra rotunda con la que Camila Cabello podría ascender al siguiente nivel. 

“Echoes of the Inner Prophet”

Melissa Aldana

(Blue Note)

jazz

***

La chilena Melissa Aldana, fenómeno del saxo tenor, sigue creciendo. Y ya no como instrumentista, donde nadie discute su autoridad, sino como contadora de historias, que es lo realmente importante. En este segundo disco a quinteto, Aldana ahonda en un mundo que ya deslumbraba en el anterior “12 Stars”. Melancólico y misterioso, lleno de melodías que son bonitas porque sí y atravesado de vez en cuando por turbulencias, “Echoes of the Inner Prophet” son palabras mayores de una voz mayúscula. Por Roger Roca

Madeleine Peyroux

‘Let’s walk’

Just One Recording

Canción-jazz

****

Seis años después de su última entrega, Peyroux ahonda en su faceta de compositora (en tándem con el guitarrista Jon Herington) y en su registro de suave ‘crooner’ idónea para las perezosas tardes de verano. Cancionero cálido, aun si esquivar algún acento político (‘black lives matter’, abuso sexual), en roce con el blues y Nueva Orleans, en el que rescata el francés (‘Et puis’) y se aventura en el castellano en el relato fronterizo de ‘Me and the mosquito’. Por J. B.