El futuro de la ciudad

De las Glòries a Montjuïc: la cultura como impulso transformador de Barcelona

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La nueva plaza de las Glòries, vista desde el mirador de la Torre Glòries.

La nueva plaza de las Glòries, vista desde el mirador de la Torre Glòries. / ZOWY VOETEN

Rafael Tapounet
Marta Cervera
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Barcelona tiene bien ganada la reputación de haber aprovechado todos los grandes acontecimientos que ha acogido para acometer profundas transformaciones. En ese proceso, los equipamientos culturales han tenido un peso importante; y en una doble dirección. Eventos como las grandes exposiciones internacionales y los Juegos Olímpicos han permitido dotar a la ciudad de unas infraestructuras culturales -museos, auditorios, teatros...- que, a su vez, han servido para regenerar distintas áreas urbanas.

Es el caso de la montaña de Montjuïc y aledaños, donde se concentran la Fundació Miró, el MNAC, CaixaForum, el Institut del Teatre, el Mercat de les Flors y el Teatre Lliure y la Fira de Barcelona (que pronto cambiará de aspecto de la mano de un ambicioso plan de reforma), y también de la zona norte del Raval, marcada por la presencia del Macba y el CCCB. Asimismo, el área de Glòries, donde confluían tres grandes avendidas -la Gran Via, la Meridiana y la Diagonal-, empezó a cambiar de cara gracias a potentes polos culturales como el Teatre Nacional de Catalunya y L'Auditori que han convertido a Fort Pienc en un eje indispensable.

Foto desde el mirador De la Torre de las Glòries desde donde se aprecia el nuevo eje cultural formado por el DHUB, el TNC y L'Auditori.

Foto desde el mirador De la Torre de las Glòries desde donde se aprecia el nuevo eje cultural formado por el DHUB, el TNC y L'Auditori. / ZOWY VOETEN

Pese a que, cuando se construyeron estos equipamientos, algunos dudaban de su éxito alegando que quedaban muy lejos del centro y que no habría público suficiente, desde hace años es imposible imaginar el panorama cultural de Barcelona sin ellos. El terreno 'hostil' donde se ubicaron ha florecido, en buena parte gracias a la transformación urbanística de una zona que hoy tiene mejores conexiones y envidiables zonas verdes.

¿Quién recuerda el tambor de Glòries eliminado gracias al túnel junto al nuevo parque? Edificios emblemáticos como el Museu del Disseny Hub (hoy objeto de controversia por su contenido, pero no por el continente), la camaleónica Torre Glòries y la nueve sede del mercado de Els Encants han contribuido a conectar la Barcelona del Eixample con Glòries y Poblenou, un barrio que ha pasado de acoger fábricas a universidades.

De cara al futuro, la transformación cultural de Barcelona llegará hasta el mar. El Plan Estratégico del Puerto de Barcelona 2025-2030 tiene como objetivo abrirse a la ciudad e incluye la edificación del Liceu Mar, una nueva sede para la lírica y la danza, en el Moll d'Espanya.

Vista sobre la plaza del Macba desde el mirador que pasará a formar parte de la ampliación del museo, en el Raval.

Vista sobre la plaza del Macba desde el mirador que pasará a formar parte de la ampliación del museo, en el Raval. / MANU MITRU

Macba y CCCB, arte y pensamiento para impulsar el Raval

La puesta en marcha del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba) en la zona de la plaza dels Àngels en el primer lustro de los años 90 es un ejemplo paradigmático de cómo los equipamientos culturales pueden ser utilizados como grandes catalizadores de las más profundas transformaciones urbanas.

El proyecto participaba en su momento de una tendencia internacional nacida en los años 70 y consolidada en la década siguiente que apostaba por dejar de presentar las colecciones de arte en suntuosos edificios con entornos ajardinados situados en las afueras para devolver los museos a los centros de las ciudades (instituciones como el MoMA de Nueva York y el Centro Pompidou de París se habían convertido en los nuevos referentes).

Foto de la plaza del Macba, que en breve se despedirá de sus habituales 'skaters'.

Foto de la plaza del Macba, que en breve se despedirá de sus habituales 'skaters'. / MANU MITRU

A partir de una iniciativa promovida por el primer Ayuntamiento democrático para ordenar urbanísticamente la zona norte del Raval en la que se concentraban equipamientos en desuso como la Casa de la Caritat, la Casa de la Misericòrdia y el Convent dels Àngels, las administraciones (consistorio, Generalitat y Diputación) aprovecharon el impulso de la nominación olímpica para llevar a cabo una ambiciosa reforma que satisfizo dos necesidades.

Por un lado, la de dotar a la ciudad de unas instituciones culturales largamente esperadas. También la de regenerar un barrio degradado con graves problemas sociales. La posterior llegada del Campus Raval de la Universitat de Barcelona y de la facultad de Comunicación Blanquerna amplificó ese efecto revitalizador.

Recreación del proyecto de la nueva plaza dels Àngels, con la ampliación del MACBA a la izquierda y el nuevo zócalo a la derecha.

Recreación del proyecto de la nueva plaza dels Àngels, con la ampliación del MACBA a la izquierda y el nuevo zócalo a la derecha. / Ajuntament de Barcelona

En las tres décadas que han transcurrido desde su inauguración, el CCCB, concebido como un espacio de estudio y reflexión sobre las ciudades y la cultura urbana, ha constituido un rotundo éxito (que en sus instalaciones naciera un festival tan relevante como el Sónar es solo un ejemplo entre muchos), mientras que el Macba ha tenido una vida bastante más turbulenta y jalonada de polémicas; la última, un proyecto de ampliación que genera consenso entre los grupos municipales pero ha soliviantado a una parte de los vecinos (y a los ‘skaters’).

Fira de Montjuïc, reformas en el centenario de la gran transformación

De igual manera que la Exposición Universal de 1888 sirvió para rehabilitar la zona del Parc de la Ciutadella y el barrio de la Ribera tras un ominoso pasado militar, la Exposición Internacional de 1929 fue el macroevento transformador que, además de otras obras mayores repartidas por toda la ciudad, permitió la urbanización de la montaña de Montjuïc y el área colindante (la avenida de la Reina Maria Cristina y la plaza de Espanya, en particular).

Una vez concluida la exposición (dejando un déficit millonario), una parte importante de los edificios e instalaciones fueron destinados en las décadas siguientes a usos culturales, desde el Teatre Grec hasta el Palau Nacional (sede del Museu Nacional d’Art de Catalunya), pasando por el Palacio de las Artes Gráficas (Museu d’Arqueologia de Catalunya), el Palacio de la Agricultura (hoy ocupado por la Ciutat del Teatre) o el Palacio de la Química (que durante 30 años acogió los estudios cinematográficos Orphea).

El Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).

El Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). / JUAN JOSE PASCUAL LOBO

La conmemoración del centenario de la exposición es ahora el hito que sirve de pretexto para poner fecha a las obras de remodelación del recinto ferial de Montjuïc, un ambicioso proyecto que no solo pasará por la rehabilitación de algunos de los pabellones ya existentes para darles nuevos usos (entre ellos, la ampliación del MNAC, un nuevo palacio de congresos y una biblioteca), sino también un plan urbanístico que convertirá parte del espacio en 500 viviendas públicas, en nuevas zonas verdes y en equipamientos para el vecindario, como un centro de atención primaria y un pabellón deportivo.

Los tres espacios que serán objeto de remodelación o construcción, en el mapa de la zona

Fira de Barcelona

El proceso se ha iniciado ya con la convocatoria del primer concurso para la reforma del Palau del Vestit, de los dos pabellones de la avenida de Maria Cristina y del palacio de Alfonso XIII, con un coste total de unos 300 millones de euros, y la previsión es concluir el grueso de las obras (aunque en ningún caso todas) en 2029, coincidiendo con la celebración de un gran evento internacional relacionado con el papel de las ciudades ante el reto del cambio climático cuyos detalles aún están por definir.   

Museo del diseño, TNC y Auditori

Museo del diseño, TNC y Auditori / ZOWY VOETEN

El TNC y L'Auditori, aire nuevo para Glòries y Fort Pienc

Pocos recuerdan ya cómo era la vida musical y teatral antes de que el área cercana a Glòries se convirtiera en epicentro cultural con el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) y L'Auditori, ambos construidos con el impulso de la Barcelona olímpica. El primero es un edificio monumental y elegante, con algo de panteón griego de 20.000 metros cuadrados, obra del arquitecto Ricardo Bofill. Alberga dos salas -Sala Gran, 847 butacas; Sala Petita, espacio polivalente con 450 máximo- y hay una tercera en el edificio anexo, la Sala Tallers, de 5.200 m2 que acoge los talleres de escenografía y una sala con 400 plazas.

El conseller de Cultura Joan Maria Pujals, el director del TNC Josep Maria Flotats y el arquitecto Ricardo Bofill en la inauguración del TNC en 2007.

El conseller de Cultura Joan Maria Pujals, el director del TNC Josep Maria Flotats y el arquitecto Ricardo Bofill en la inauguración del TNC en 2007. / GUILLERMO MOLINER

L'Auditori, un trasatlántico de 42.000 m2 levantado por Rafael Moneo con acero corten y cemento -sede de la OBC y de la Banda Municipal de Barcelona- concentra en su interior cuatro salas: Pau Casals para 2.200 espectadores; Oriol Martorell con 600 localidades; Tete Montoliu de 400 plazas y Alicia de Larrocha, de 152 localidades. Además alberga el Museu de la Música y L'Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc).

Y en su exterior destaca la linterna, una gran escultura lumínica ideada por el arquitecto y el pintor Pablo Palazuelo. "El Auditori resolvió un problema urbanístico: cómo terminaban la calle Ausiàs March y Caspe, que enlazaba con el TNC", recordó recientemente Moneo.

Solar donde se emplazó L'Auditori y el TNC.

Solar donde se emplazó L'Auditori y el TNC. / Archivo

Situados entre el Ensanche de Cerdà, Glòries y Poblenou, hoy el barrio de Fort Pienc en un potente faro cultural que se reforzó en 2014 con el Museu del Disseny Hub. Cerca de medio millón de personas acuden cada año al Auditori y TNC. La conexión entre ambos edificios es lo que todavía falta por mejorar. Una calle les separa, aspecto que el Ayuntamiento intentará cambiar cuando culmine la reoganización de Glòries, que está quedando espectacular como muestran las imágenes aéreas tomadas desde el Mirador de la Torre de Glòries para este reportaje.

Foto desde el mirador de la Torre Glòries sobre el avance de las obras en la nueva plaza.

Foto desde el mirador de la Torre Glòries sobre el avance de las obras en la nueva plaza. / ZOWY VOETEN

El TNC y L' Auditori se construyeron en un terreno hostil, un descampado con desnivel cerca de las vías del tren. Antes en esa zona había empresas de transporte y talleres mecánicos. Tras 25 años de actividad en L'Auditori y 27 en del TNC, en el barrio ha visto germinar escuelas de música, danza y teatro, talleres de luthiers y salas como la Versus Glòries.

Los históricos tinglados del Moll Oriental renacen como espacio de cultura

Los históricos tinglados del Moll Oriental renacen como espacio de cultura / FERRAN NADEU

Liceu Mar, ancla cultural en el Puerto de Barcelona

El Liceu abrirá una segunda sede dedicada a la ópera contemporánea, espectáculos educativos y danza en el Port de Barcelona. Las bases del concurso internacional para el Liceu Mar deben salir el último trimestre de este año. El Port de Barcelona tiene prevista ubicarlo en la zona del antiguo Imax que ha sido remodelado para albergar la America's Cup Experience.

La reestructuración del puerto hacia un modelo más ciudadano y permeable llevará a incluir otro elemento cultural: los antiguos tinglados del Moll de Llevant. Tras una rehabilitación de 7,5 millones de euros, actualmente están reservados a 'hospitality' del puerto y temas de la Copa América pero en el futuro podrían albergar exposiciones, entre otros.

Acceso a los Tinglados del Port Vell con el nuevo logo creado tras la rehabilitación de los espacios.

Acceso a los Tinglados del Port Vell con el nuevo logo creado tras la rehabilitación de los espacios. / Port de Barcelona

La construcción del Liceu Mar está prevista en el Plan Esrtratégico 2025-2030 del Puerto de Barcelona que supone una inversión público privada de 250 millones de euros. Su objetivo es transformar el actual puerto en un espacio más permeable a la ciudad, mejorando las conexiones del puerto. A pie de Rambla, el Port Center del Portal de la Pau, se convertirá en espacio de divulgación del puerto abierto a la ciudadanía. 

Cuando se presentó por primera vez en 2022 del Liceu Mar se habló de un espacio con 900 butacas dedicado a la ópera de nueva creación. Estas instalaciones permitirían complementar la actividad educativa del Liceu así como fijar una temporada estable de danza y programar óperas de cámara.

Obras del America’s Cup House en lo que fue el edificio del IMAX.

Obras del America’s Cup House en lo que fue el edificio del IMAX. / FERRAN NADEU

En estos momentos el Liceu trabaja con varios grupos de trabajo con diferentes sectores, desde responsables institucionales a directores de escena y de música para definir el modelo. La financiación habrá que buscarla y negociarla, no se prevé antes de 2030.

El nuevo edificio se situará en el Moll d'Espanya, en la zona del Imax aunque no en el mismo lugar donde se alzaba el antiguo cine en 3D. El proyecto surgido en la etapa de los Comuns podría variar pero la idea inicial era que el edificio sirviera para "revertir la vertiente turística del puerto hacia la cultura", explica Josep Bohigas, ex director de la agencia de planificación estratégica de Barcelona Regional. La idea inicial era un modelo de un edificio que se integrara en el espacio como el de la Ópera de Oslo donde la gente puede caminar por la cubierta.

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