Muere en Palma la gestora cultural Berta Sureda, víctima de un cáncer fulminante

La gestora cultural Berta Sureda, coordinadora del Pla de Cultura de les Balears durante el mandato de Fanny Tur y ex comisionada de Barcelona, donde dirigió el Icub tras ser fichada por Ada Colau, falleció el pasado domingo a los 65 años en Palma de un cáncer fulminante.

Nacida en 1959 en Barcelona, Berta Sureda pertenecía a una familia de raíces mallorquinas. El destino ha querido que su padre, Josep Lluís Sureda Carrión (Palma, 1923), catedrático de economía por la Universidad de Barcelona a los treinta años y abogado de Juan March en el pleito del caso de la Barcelona Traction, así como consejero del Banco de España y fundador del PSC, falleciera este mismo mes, a los cien años de edad.

Licenciada en Historia del Arte por la Facultad de Geografía e Historia de la Universitat de Barcelona, ejerció de directora del Departamento de Servicios Culturales del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) donde, primero, fue la responsable de la Unidad de Exposiciones. También fue, por encargo, la creadora y directora de la Entidad Autónoma de Difusión Cultural de la Conselleria de Cultura de la Generalitat de Catalunya, desde donde diseñó políticas estratégicas para el sector base como becas, planes integrales, red de centros de creación o la elaboración del Estatuto del Artista. También trabajó en el museu Es Baluard, con Imma Prieto, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía como directora de actividades públicas y fue Comisionada de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.

En Barcelona, Sureda asumió en el verano de 2015 el comisionado de Cultura y la dirección del Institut de Cultura de Barcelona (Icub) nombrada por Ada Colau con la premisa de apostar por la participación ciudadana y por la transparencia y consolidar los centros existentes. Pero Sureda no duró demasiado en el cargo porque el posterior acuerdo entre el PSC y Barcelona en Comú, que convirtió al actual alcalde Jaume Collboni en segundo teniente de alcalde de Empresa, Cultura e Innovación, provocó su salida.

Con su paso por el Ayuntamiento de Barcelona, Sureda se anotó varios logros que todavía perviven hoy: ayudar a los menos favorecidos dentro del sector cultural barcelonés, la legalización de los conciertos de pequeño formato en bares y en restaurantes y la concesión de ayudas en forma de rebajas fiscales a las librerías para fortalecer su posición ante la feroz competencia digital.

Otras de sus prioridades fue poner fin a las designaciones a dedo en la dirección de museos, festivales y centros culturales. Sureda normalizó los concursos públicos con mecanismos participativos y expertos con mirada independiente para renovar las direcciones del Grec, el Centre de Cultura Contemporània, el Mercat de les Flors, la Virreina, el Museu Picasso, el Museu Etnològic y el de les Cultures del Món.