Obituario

Muere Donald Sutherland, el gran tapado del nuevo Hollywood

Actor de muchos registros, siempre brillante, destacó en títulos como ‘El Casanova’, ‘Novecento’, ‘Amenaza en la sombra’ y ‘Klute’

El actor Donald Sutherland

El actor Donald Sutherland / FRED PROUSER

Quim Casas

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‘El Casanova de Fellini’, ‘Novecento’, ‘Klute’, ‘M.A.S.H.’, ‘Amenaza en la sombra’, ‘La invasión de los ultracuerpos’, ‘Johnny cogió su fusil’ –donde encarnó a Jesucristo–, ‘El fabuloso mundo de Alex’, ‘Como plaga de langosta’, ‘Gente corriente’, ‘El ojo de la aguja’. Es difícil encontrar una carrera en los años 60 y 70 más creativa, sólida y consecuente como la de Donald Sutherland, fallecido hoy a los 88 años en Miami.

 De origen canadiense, se convirtió en una de las presencias masculinas importantes del Nuevo Hollywood, aunque no llegara a ser tan popular como Warren Beatty, Jack Nicholson, Robert De Niro o Al Pacino. De registros sutiles, a veces opacos, bordó personajes como el de ‘Klute’, el del policía que investiga una serie de asesinatos e intima con una ‘call girl’ encarnada por Jane Fonda, actriz con la que repetiría en la muy díscola ‘Material americano’.

Ha sido uno de mis actores favoritos, y conozco a gente que iba a ver cualquier película en la que apareciera él, por muy poco interesante, irregular o mala que fuera. Siempre daba un plus, cosa que, por otro lado, también ha logrado, en menor medida, su hijo Kiefer. En ‘El ojo de la aguja’ la historia acaba siendo lo de menos. Lo que importa es el registro que Sutherland le otorga a un oficial alemán infiltrado en casa de unos británicos, la forma de reflejar la maldad sin exagerar un ápice.

Cuando tocaba lo contrario, la más pura evidencia, tampoco desentonaba: uno de sus papeles más recordados es el del fascista Attila de ‘Novecento’, filme en el que Bernardo Bertolucci le exigió que fuera lo más sádico y repulsivo posible. Estuvo excelente en ‘La invasión de los ultracuerpos’ –otro de sus grandes momentos: el plano final gritando y apuntando con el dedo a la mujer que ha logrado escapar de las vainas alienígenas–, divertido en ‘M.A.S.H.’ y de una gran sobriedad en el drama familiar de Robert Redford ‘Gente corriente’.

Pero nada como sus interpretaciones en ‘Amenaza en la sombra’, fascinante relato de misterio en una Venecia fantasmal, y la versión felliniana de las correrías de Giacomo Casanova. Si Luchino Visconti supo rentabilizar a un divo hollywoodiense como Burt Lancaster en ‘El gatopardo’, Fellini destiló lo mejor de Sutherland en este filme barroco, sonámbulo y fantasioso: el baile de Casanova con la muñeca mecánica al son de la música de Nino Rota es otra instantánea imperecedera en la filmografía del actor.

Se mantuvo activo década tras década, conciliando películas más independientes como ‘Orgullo y prejuicio’ o ‘Ad Astra’, con sagas rentables como la de ‘Los juegos del hambre’, en la que encarnó al presidente Snow, o relatos otoñales como el de ‘Space cowboys’.

La lotería de los premios Oscar le fue esquiva: ni una nominación. Aunque recibió el Oscar honorífico en 2017. El festival de San Sebastián le otorgó el premio Donostia en 2019. Elegante, amistoso, ya se le vio físicamente bastante deteriorado. A pesar de todo, el año pasado intervino en una película y dos series de televisión. Hasta el final.

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