Entrevista

Griffin Dunne: el héroe de ‘Jó, qué noche’ regresa a la pantalla grande

'Ex-maridos' es el nuevo proyecto en el que está inmerso el actor y que se estrena esta semana en España

Crítica de 'Ex maridos': Comedia de otro tiempo

El actor Griffin Dunne

El actor Griffin Dunne / Carolyn Cole / Los Angeles Times

Nando Salvà

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“Pero, ¿en serio? ¡¿Y a quién se le ocurrió un título tan loco?!”, se pregunta Grifffin Dunne, a la vez incrédulo y fascinado, al conocer el nombre que recibió en España la película por la que sigue siendo principalmente conocido después de cuatro décadas y casi un centenar de personajes a sus espaldas.

Hablamos, claro, de ‘¡Jo, qué noche!’ (1985), o la odisea kafkiana que un anodino oficinista experimenta por las calles de Nueva York mientras trata de volver a casa tras una desastrosa cita nocturna; estrenada en Estados Unidos con el título ‘After Hours’ —cuya traducción literal al castellano sería “fuera de horario”—, se erigió en obra de culto gracias a su mezcla perfecta de humor negro e ingenio surrealista, y sigue ganando en prestigio y poder de influencia con el paso de los años.

“Creo que su creciente popularidad se debe a que retrata un tipo de paranoia con la que cualquiera de nosotros puede identificarse; todos sentimos de vez en cuando que el mundo conspira en nuestra contra, y ese tipo de ansiedades no han hecho sino crecer a causa de las redes sociales y el covid”, opina quien no solo protagonizó ‘¡Jo, qué noche!’ sino que también la produjo.

Inicialmente le propuso la posibilidad de dirigirla a Tim Burton —”solo Dios sabe cuánto maquillaje me habría obligado a usar para el personaje”, bromea ahora al respecto—, pero cambió de idea cuando Martin Scorsese decidió que aquella era la película que necesitaba tras sufrir un batacazo comercial con su anterior largometraje, ‘El rey de la comedia’ (1982), y de fracasar en su primer intento de hacer realidad el que por entonces era su proyecto cinematográfico más personal, ‘La última tentación de Cristo’, que acabaría materializando en 1988. “Creo que Marty vio en ella la oportunidad de volver a trabajar con la urgencia y la pasión que había experimentado trabajando en ‘Malas calles’ (1973) y ‘Taxi Driver’ (1975), y suele decir que rodarla le ayudó a recuperar su amor por el cine”, recuerda Dunne.

También él mismo, añade, llegó a ‘Jo, qué noche’ en horas bajas. “Mi carrera como actor estaba estancada. Acababa de coprotagonizar ‘Un hombre lobo americano en Londres’ (1981), que hoy también goza de gran reconocimiento pero que en su día fue completamente incomprendida, porque por entonces no estaba bien visto que una película mezclara humor y elementos propios del cine de terror; tan solo me ofrecían papeles en comedias adolescentes gamberras en la línea de ‘Porky’s’ (1981) y, francamente, no me interesaba”.

Lo cierto es que desde entonces Dunne no ha tenido suficientes oportunidades de lucir su talento en la pantalla grande, relegado a la condición de secundario infalible en títulos como ‘¿Quién es esa chica?’ (1987), donde compartió escenas con Madonna, o ‘Dallas Buyers Club’ (2013). ‘Ex-Maridos’, que esta semana estrena en España, es una de las pocas películas en las que ha encarnado al personaje protagonista desde que hizo historia con Scorsese

Fotograma de 'Ex maridos'.

Fotograma de 'Ex maridos'. / El Periódico

Dirigida por Noah Pritzker, cuenta la historia de un hombre maduro que, hundido a causa de la demanda de divorcio que su esposa le ha enviado tras 35 años de matrimonio —la interpreta Rosanna Arquette, con la que Dunne trabajó por primera vez precisamente en ‘¡Jó, qué noche!’—, decide pasar el fin de semana en un resort de Tulum (México) sin saber que es justo allí, y precisamente entonces, donde su hijo mayor tiene previsto celebrar su despedida de soltero.

A partir de esa premisa, la película reflexiona sobre asuntos como la mortalidad y la resistencia del amor, ya sea romántico o familiar, y para ello echa mano de una combinación de humor cáustico y melancolía que la emparenta con el cine de Noah Baumbach. “Por su hondura y su complejidad emocionales, a mí me recordó más concretamente a algunas de las ficciones de Éric Rohmer y François Truffaut”, comenta el actor. “Esas son las películas, entre otras, que me empujaron a dedicarme a esto”. 

Probablemente, su decisión de entrar en el mundo de la interpretación tambén estuvo influenciada por su padre, el escritor Dominick Dunne, que a principios de los 70 produjo títulos como ‘Pánico en Needle Park’ (1971); y es posible que también estimulara ese interés su hermana, Dominique Dunne, que empezó a actuar más o menos a la vez que él y que perdería prematuramente la vida de la forma más trágica: poco después de participar en ‘Poltergeist: fenómenos extraños’ (1982), la joven fue asesinada por su exnovio.

Por lo que respecta a su carrera como director, en cambio, tiene claro que en buena medida se la debe a otro miembro de su familia: Joan Didion, que además de uno de los grandes nombres de la literatura estadounidense del último siglo también fue su tía. “Cuando yo tenía 12 años, ella celebró una fiesta en su casa a la que estaba invitada Janis Joplin, y convenció a mi madre para que me dejara asistir”, explica. Al final el pequeño Griffin no llegó a ver a Joplin porque cuando ella llegó a la fiesta él ya se había ido a dormir pero, aun así, aquella noche le marcó de tal forma que acabó basando en ella su primer cortometraje tras la cámara, ‘El rey de la movida’ (1996), gracias al que obtuvo una nominación al Oscar.

Posteriormente, ha dirigido comedias como ‘Adictos al amor’ (1997) y ‘Practicamente magia’ (1998) —protagonizada por Sandra Bullock y Nicole Kidman— y, más recientemente, el documental ‘Joan Didion: El centro cederá’ (2017), su tributo a la autora de ‘El año del pensamiento mágico’ (2005). “Lo hice para que la gente conociera a la Joan que yo conocí. Se distinguió por escribir sobre los aspectos más oscuros de la cultura americana, pero ella no era una persona oscura, todo lo contrario”.

Actualmente, 40 años después, Dunne sigue pensando en ‘¡Jo, qué noche!’. Lleva tiempo tratando de hacer realidad una adaptación televisiva de la película, actualizada a un presente en el que, gracias a los teléfonos móviles y Uber, llegar a casa ya no supone un reto. “Escribimos un episodio piloto en el que toda la peripecia argumental se desencadenaba cuando el protagonista perdía su teléfono, y presentamos la idea a Apple; nos pareció que tal vez les apetecería reírse un poco de lo necesarios que sus productos son actualmente”. De momento, sin embargo, el proyecto no ha prosperado. “¿Y si le cambiamos el título?”, se pregunta.