Estreno

Peeping Tom estrena en el TNC 'S 62', su obra menos bailada en 23 años de historia

Dirigida por Franck Chartier 'S 62°58’, W 60°39’' traslada al espectador a un mundo apocalíptico y helado, una metáfora de muchas cosas, entre ellas la situación de los artistas veteranos en el mundo actual

¿Por qué gusta tanto Peeping Tom? El secreto del éxito de la compañía de danza

Un momento de 'S 62°58’, W 60°39’', creación de Peeping Tom.

Un momento de 'S 62°58’, W 60°39’', creación de Peeping Tom. / Olympe Tits

Marta Cervera

Marta Cervera

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El texto se impone a la danza en la nueva pieza de Peeping Tom, premiada compañía belga con un pie en Catalunya muy querida por el público barcelonés que regresa al TNC a partir de este miércoles y hasta el día 16. El título de la obra 'S 62°58’, W 60°39’' indica las coordenadas de la Isla de la Decepción situada en la península Antártica, en el centro del estrecho de Bransfield.

El frío, el hielo, el viento y un paisaje inhóspito y desértico enmarcan esta puesta en escena que dirige Franck Chartier. Allí ha quedado atrapado el velero donde viajan los protagonistas de esta historia, actores y bailarines de cierta edad que rondan entre los 40 y 60 años en su mayoría. "Es una ficción peepintoniana y una obra que plantea qué es el teatro hoy en la era de TikTok, Instagram y YouTube", asegura Franck Chartier.

Planteada como una ficción que se va parando y reiniciando en un ensayo donde aparecen toda una serie de cosas que el público no suele ver. Incluso se escucha la voz de Chartier dando indicaciones a los actores. "Esta obra es completamente diferente 'Triptych'. Es mucho más hablada. Es la pieza más teatral que hemos hecho en estos 23 años de historia", comenta Chartier que ha dirigido este espectáculo de creación estrenado con éxito en la pasada Bienal de Danza de Lyon (Francia).

La escenografía blanca con un suelo inestable que imita el hielo con estructuras de espuma han limitado la posibilidad de bailar, aunque algo intenta el bailarín más joven del grupo, Chey Jurado, de 35 años. La mayoría de los intérpretes tienen entre 40 y 60 años. El reparto se completa con Marie Gyselbrecht, Lauren Langlois/Yi-Chun Liu, Sam Louwyck, Romeu Runa y Dirk Boelens con la colaboración especial de la polifacética cantante Eurudike De Beul. "La obra habla sobre nosotros, de nuestra profesión y de los sacrificios que supone. ¿Qué tiene esta caja negra que hace que lo dejemos todo?", ha señalado el director.

Un momento de 'S 62°58’, W 60°39’', creación de Peeping Tom.

Un momento de 'S 62°58’, W 60°39’', creación de Peeping Tom. / Sabine Greppo

Para hacer este espectáculo necesitaba tener gente con experiencia como bailarines que han tenido que reinventarse como actores "porque como bailarín tu carrera acaba a los 40", recuerda Chartier que empezó su carrera en el Ballet del siglo XX de Maurice Béjart, o una actriz que sabe lo que es ser madre y solo poder ver a un hijo pequeño tres días a la semana porque el resto está de gira.

"La obra habla de nuestra profesión y de los sacrificios que supone. ¿Qué tiene esta caja negra que hace que lo dejemos todo?"

'S 62', abreviatura del título, es una obra muy personal construida a partir de conversaciones entre todo el equipo. También de muchas confesiones. Durante el proceso creativo todos buscaron en lo más profundo de sí qué les llevó a dedicar su vida al teatro y la danza. "Mi motor creativo viene una bofetada que mi padre dio a mi madre", afirma Chartier. Es un trauma que le ha marcado. "Esa violencia sobre la mujer la llevo grabada como si fuera un tatuaje".

Machos cuestionados

En la obra hablan de su condición de artistas pero también aparecen otros temas universales. "Muestra mi visión como hombre blanco privilegiado pero también la lucha que mantengo contra mí mismo", dice el director. Chartier cuestiona la preeminencia del modelo masculino tradicional. "Sin ese hombre fuerte, guerrero y patriarcal el mundo sería otro. Quizás las mujeres deberían tener otro ideal masculino, el de un hombre más frágil y dulce", indica.

Como a menudo ocurre en las obras de Peeping Tom, realidad y ficción se confunden. El barco atrapado en el hielo podría ser la metáfora del hombre blanco actual, intentando sobrevivir en un mundo cambiante y hostil donde las condiciones no le son tan favorables como antes. O se puede leer como un artista que afronta la fase final de una carrera profesional y debe pensar en cómo sobrevivir o reinventarse.

Un momento de 'S 62°58’, W 60°39’', última creación de Peeping Tom.

Un momento de 'S 62°58’, W 60°39’', última creación de Peeping Tom. / Samuel Aranda

A pesar del paisaje apocalíptico de 'S 62' también "hay mucho humor en esta obra", destaca el director. Eso sí, la mayoría deberá leer los sobretítulos para captar todos los detalles de lo que dicen los personajes pues la mayoría hablan en inglés y francés.

Después de esta creación dirigida por Chartier, el próximo estreno de la compañía estará capitaneado por Gabriela Carrizo, la otra codirectora y fundadora de Peeping Tom. Ambos trabajan por separado desde hace algún tiempo. Por ahora tiene título provisional es 'Cronique des sentiments' y como 'S 62', será otra coproducción internacional en la el TNC volverá a estar implicado.