Estreno de cine

Crítica de 'Back to black', el biopic de Amy Winehouse: una relación tóxica

Marisa Abela es Amy Winehouse en 'Back to black'.

Marisa Abela es Amy Winehouse en 'Back to black'. / EPC

Quim Casas

Quim Casas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

‘Back to black’

Directora: Sam Taylor-Johnson

Intérpretes: Marisa Abela, Jack O’Connell, Eddie Marsan

Estreno: 31/5/24

Puntuación: * *  

Escena feliz de familia judía inglesa, entonando una canción hebrea para pasar después al clásico ‘Fly me to the moon’. Le sigue escena infeliz de la misma familia. Advertimos que está rota: el padre de Amy la lleva en su taxi hasta casa de su madre, de la que lleva tiempo separada. Todo ha hecho mella en la joven Amy, la de la voz prodigiosa, la amante del blues, el jazz y el soul, pero nada como la irrupción en su vida de un macarra llamado Blake Fielder. “Tengo que vivir mis canciones” dice Amy al principio. Y las vivió. Y bebió. Y el resto es historia, carne de ‘biopic’ como este ‘Back to black’, título idéntico al del segundo y exitoso disco de la cantante.

 Amy Winehouse lo reúne todo: alcohol, ruptura amorosa, violencia, drogas, paparazzi, bulimia, autolesiones… Ascenso y caída. Todos los conflictos están vinculados a Blake. Según lo que nos cuenta el filme, que no tiene porque no ser cierto, pero dramáticamente –esto no deja de ser una película– resulta insuficiente, el ‘bad boy’ (yonqui, borracho, sin escrúpulos) la hizo como fue. El filme se reduce a eso, sin ahondar en otros aspectos (el papel del padre, por ejemplo) y fiándolo todo a la muy buena interpretación de Marisa Abela, algo más que un parecido mediante las atrevidas pestañas y el pelo cardado vintage.