El Liceu acoge la original versión de 'La Cenerentola'

El Liceu acoge a partir de este sábado una aplaudida producción de 'La Cenerentola' dirigida por Emma Dante, que debuta en el Liceu y un doble reparto que permitirá disfrutar del tenor Javier Camarena y de la mezzosoprano rusa Maria Kataeva, que también se estrena en el Gran Teatre, en los roles de Don Ramiro, príncipe de Salerno y Angelina, la cenicienta. El maestro Giacomo Sagripanti se encarga de la dirección musical de este montaje que cuenta con dos repartos. En él están también la barcelonesa Carol García (Angelina), que suele cantar más en Madrid y el extranjero que en su ciudad. Hará pareja con Sunnyboy Dladla (Don Ramiro). Florian Sempey y Carles Pachon se alternarán en el rol cómico de Dandini, Paolo Bordogna y Pablo Ruiz en el del despreciable Don Magnifico. Erwin Schrott y Marko Mimica asumen el rol de Alidoro, el 'deus ex maquina' de esta historia y las crueles hermanas Clorinda y Tisbe recaen, respectivamente, en Isabella Gaudí y Marina Pinchuk.

Camarena, habitual de la temporada liceísta que hace poco participó en la noche de las Grans Veus, no interpreta el rol del príncipe desde antes de la pandemia. "Me encanta reencontrarme con la música, la magia, la chispa y la energía de esta obra de Rossini que cuenta con una interesante puesta en escena en esta versión con un guiño a la reflexión", declaró en rueda de prensa. Y añadió: "La ópera no solo debe ser un espectáculo de entretenimiento sino un reflejo de nuestra propia realidad que nos invite a ser partícipes de algún cambio".

En manos de la directora Emma Dante, 'La Cenerentola' no podía quedar al margen de la crítica al malvado Don Magnífico, el padrastro de la protagonista de esta popular obra lírica. Para Dante "La historia de una pobre chica condenada a trabajar como criada y sin derecho a soñar siquiera guarda paralelismos con lo que ocurre a muchas mujeres todavía en el sur Italia y en determinadas familias", ha destacado Dante. Su versión resalta también la manipulación que sufren los personajes buenos del cuento, el príncipe que se disfraza de criado para estar junto a su amada y la cenicienta.

Popular título

Rossini compuso la obra a los 25 años en poco más de tres semanas y la dirigió el mismo en su estreno en Roma en 1817. Poco más de un año después se estrenó en el Teatre de la Santa Creu de Barcelona. La obra se ha convertido en una de sus obras más famosas junto con 'El barbero de Sevilla' y 'L' italiana in Algeri'. Quedan ya muy pocas entradas disponibles.

El libreto de Jacopo Ferreti es más cercano a la ópera 'Agatina, la virtù premiata', de Stefano Pavesi estrenada tres años antes que al cuento de Charles Perrault de 'La cenicienta'. Y es que aunque en ella hay carroza y una familia que explota a su hijastra Angelina, en esta ópera no hay elementos mágicos. No hay hada madrina, sino un hombre de carne y hueso que obra el milagro de cambiarle la vida a Cenicienta. Otra diferencia, la malvada madrastra ha sido sustituida por un terrible padrastro, Don Magnífico.

'Bullying' y violencia de género

Los dos actos de la ópera se desarrollan en el mismo espacio un salón con espejos que ocupa todo el escenario que sirve tanto para la casa de Don Magnífico y el palacio del príncipe. El vestuario es del siglo XIX, de época en la que se estrenó la ópera. Pero la versión de Dante es actual subraya el 'bullying' que sufre Angelina por parte de sus hermanastras así como la violencia de género y el maltrato que sufre por parte de su padrastro. La directora no deja a ninguno de los 'malos' del cuento sin castigo al final.

"Rossini es una fuerza de la naturaleza. Esta ópera tiene algo muy potente que no está solo ligado al ritmo y a la pasión porque esta obra es también muy espiritual. Es una ópera bufa y una farsa que esconde mucha verdad en su interior porque habla de la violencia doméstica. La comicidad en todas las relaciones de los personajes contienen esta violencia", considera Dante, que montó el espectáculo por primera vez en 2016 en el Teatro de Roma.

"Es una farsa que esconde mucha verdad en su interior porque habla de la violencia doméstica"

Pese al humor que hay en 'La Cenerentola', Dante recuerda que se trata de un cuento cruel de "abuso y prepotencia" donde una chica que vive marginada en la cocina de una mansión. "A Angelina no se le permite ni siquiera soñar. Esa condición de la mujer es algo que conocemos. Todavía hay sitios en el sur de Italia donde quizás no hay Cenicientas pero sí situaciones de violencia doméstica que perduran en determinadas familias. Es un problema no resuelto".

Elementos perturbadores

Pop surrealista norteamericano y en especial las obras de Ray Caesar con elementos inquietantes impregna la escenografía diseñada por Carmine Maringola y el vestuario creado por Vanessa Sannino. "Aunque esta ópera es una fábula donde triunfa el amor, con carroza y príncipe también contiene elementos perturbadores que podrían convertirla en pesadilla", dice Dante. La directora ha incluido cinco extraños personajes mecánicos con una llave a la espalda que rodean siempre a los personajes buenos de la historia, Angelina y el príncipe que se ha disfrazado de criado para poder estar cerca de ella. "Simbólicamente, esos personajes reflejan la manipulación que les rodea". Y también subrayan su soledad. "Angelina solo puede hablar con los juguetes porque no tiene a su casa ninguna muestra de humanidad".

Por su parte Sagripanti, director musical del montaje, señala que "esta ópera es un gran sueño donde lo más importante son las atmósferas que se crean con la música". El carácter de los personajes se explica a través de ella donde Angelina brilla en un exigente rondo final. "Has de reservarte para darlo lo mejor de ti cuando acaba. Técnicamente Angelina te obliga a desplegarlo todo: legato, bel canto, flexibilidad y amplitud de registro", comenta Maria Kataeva.

Además de contar con una función Under35 este jueves, el Liceu ha programado para el 30 de mayo a las 18.00 horas una función Entre Generaciones con precios especiales para permitir a los aficionados a la lírica a llevar a sus familiares más jóvenes al Liceu. Debe haber al menos una diferencia del 20 años de edad entre los familiares.