Cierre y balance

Imperial The Cure en un afianzado Primavera Sound Sao Paulo

El festival culminó su segunda edición con 115.000 espectadores en una segunda jornada que registró también sustanciosas actuaciones de artistas como Beck, Carly Rae Jepsen y Bad Religion

El gran salto transatlántico del Primavera Sound: de Lima a Bogotá, Santiago de Chile y Sao Paulo

Robert Smith, de The Cure, en el Primavera Sound de Sao Paulo

Robert Smith, de The Cure, en el Primavera Sound de Sao Paulo

Jordi Bianciotto

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Un conciertazo de The Cure en su tradición generosa, dos horas y media, selló este domingo la segunda edición del Primavera Sound Sao Paulo envolviendo el Autódromo de Interlagos con su repertorio de brumas y claroscuros hasta rematar la sesión con un atracón de ‘hits’. Valor seguro, clásico de clásicos, para culminar un fin de semana abierto a múltiples acentos sonoros, que atrajo a un público de amplios perfiles, con un 65% de asistentes paulistas y, el resto, procedente en su casi totalidad de otros puntos de Brasil.

A la espera de que Robert Smith tenga a bien publicar el álbum que lleva lustros anunciando, The Cure deslizó algunas de esas canciones nuevas, como la larga ‘Alone’, que abrió la sesión, como hace un año en el Sant Jordi. La banda ha alcanzado un grado de mimo hacia su cancionero poco menos que manierista, y fue un gusto reencontrarnos con las pesadillas de ‘A forest’, y las del álbum ‘Disintegration’, atentos al punteo de bajo de Simon Gallup y la sibilina guitarra de Reeves Gabrels. Con la voz en plena forma, Smith dio el resto en el aquelarre final de hitos pop como ‘Friday I’m in love’, ‘Why can’t I be you?’ o ‘Boys don’t cry’.

Llenando un hueco

Marcándose el tanto del retorno de The Cure a Brasil tras diez años de ausencia, el Primavera cerró con evidencias de haber afianzado el proyecto en un tiempo récord con una apuesta que se distingue de los dos rivales locales, The Town y Lollapalooza. “Ni marcadamente familiar ni totalmente juvenil, sino congregando a un publico amplio muy parecido al del Primavera de Barcelona, también con sintonía LGTBI. Así hemos llenado un hueco en la oferta de la ciudad”, sintetizaba este domingo Alfonso Lanza, codirector de Primavera Sound Sao Paulo. Unas 115.000 personas han acudido al festival en el Autódromo y en los clubs.

La marca proyecta ahora consolidarse en sus siete capitales suramericanas y, tal vez, más adelante, incorporar Río de Janeiro. Subraya Lanza la importancia de poder ofrecer a los artistas rutas de varios festivales para poder competir con el sureste asiático y Australia. Y en un contexto donde Live Nation domina el grueso del pastel. Por esta misma lógica, el Primavera trató de integrar Madrid en el eje Barcelona-Oporto, y ahora no deja de sopesar otras opciones en países vecinos como Francia e Italia, donde llevan tiempo postulándose algunas ciudades aspirantes.

Fan de Jobim

Otra estrella del día, Beck, brindó un concierto arrollador, más rock que ‘funkadélico’, a partir de un garajero ‘Devil’s haircut’ y con incursiones ‘roots’: un ‘Loser’ con introducción de guitarra acústica con ‘slide’ y el bis bluesero de ‘One foot in the grave’. Beck confesó que es un admirador de la música brasileña, y sabemos que no habla por hablar. “Mi primer concierto, de niño, fue uno de Tom Jobim”, confesó, feliz de encontrarse, añadió, en el país de la música que ama.

Y más atracciones. El ‘superpop’ de Carly Rae Jepsen, con sus números contrastados (‘Call me maybe’, ‘I really like you’) y los de nuevo cuño: ‘Shyboy’, ‘Psychedelic switch’. Bad Religion, con el repertorio completo, resollando pero en pie, del punk rock y el hardcore melódico californiano (y cerrando con un fugaz e instrumental ‘The boys are back in town’, de Thin Lizzy). Y la emergente diva local Marisa Sena, que amenizó las horas más caldeadas, con el sol en lo alto, desplegando la mezcla de MPB (Música Popular Brasileña), r’n’b y acentos urbanos de su álbum ‘Vício inerente’. Un libidinoso acento autóctono en este segundo Primavera paulista.