Saga negra superventas

Karin Smirnoff, continuadora de 'Millennium': "Stieg Larsson debió imaginar que las mujeres dirían 'Se acabó'"

MULTIMEDIA | Las 10 novelas negras más esperadas de esta 'rentrée'

El Stieg Larsson más amargo

La escritora sueca Karin Smirnoff.

La escritora sueca Karin Smirnoff. / THRON ULLBERG

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La autora sueca Karin Smirnoff, que aceptó el reto de continuar la saga superventas ‘Millennium’, creada por su fallecido compatriota Stieg Larsson, después de que lo hiciera el también sueco David Lagercrantz, ha pasado este jueves por Madrid antes de viajar a Barcelona para presentar ‘Las garras del águila’ (Destino / Columna), uno de los títulos de esta ‘rentrée’ literaria

La escritora y periodista, que ha retomado a los protagonistas de la serie negra, poniendo el foco en la icónica y rebelde Lisbeth Salander y con un Mikael Blomkvist sin trabajo, ha opinado en rueda de prensa que Larsson, que hizo de la lucha contra la violencia contra las mujeres un estandarte en su trilogía póstuma, "en algún momento habría imaginado que las mujeres se reunirían y dirían, como está pasando, ‘Hasta aquí hemos llegado, se acabó’".  

Para Smirnoff, informa Efe, "han pasado muchas cosas desde que falleció Larsson y muchos han sido cambios positivos para las mujeres, con mayores niveles de igualdad salarial y de educación". Y, aunque se ha recorrido "un camino largo, aún nos falta un largo camino por recorrer", ha añadido.

Smirnoff confirma que le "interesa explorar la violencia a través de sus personajes y ver cómo reaccionan cuando la sufren, por ejemplo en el caso de una violación". "No se trata solo de un hombre que le pega a una mujer, sino que tiene que ver con una serie de estructuras de poder; hoy en día la mayoría de los hombres están de acuerdo con que necesitamos mayores niveles de igualdad, de salarios, y muchos de ellos piensan que aportan en el hogar lo mismo que ellas, lo que no es el caso, pero lo que falta abordar es la lucha de poder que tiene que ver con la violencia que se ejerce contra las mujeres", ha comentado.

Corrupción y explotación de la naturaleza

Otro de los temas que Smirnoff trata en esta novela y que continuará desarrollando en las dos siguientes que completarán la trilogía que le han encargado los herederos de Larsson, es el de la explotación de tierras ricas en recursos naturales por parte de multinacionales que alegan que lo hacen por el ecologismo. Para ello ambienta la trama en el inhóspito y poco habitado norte de Suecia, donde ella misma, y también Larsson, se criaron. 

Smirnoff apunta que en esa industria hay empresas "que trabajan con políticos que se ponen la medalla diciendo que aportan dinero y empleo en zonas como el norte de Suecia, pero que expoltar esas minas provoca la expulsión de sus tierras de la gente originaria del lugar además de destruir los lagos y las fuentes de agua”.

"Necesitamos las minas y la electricidad y muchas cosas para mantener nuestro estilo de vida. Me parece muy bien decir que los coches eléctricos son maravillosos, pero tenemos que entender que hay un alto precio por ellos, que pasa por obtener los minerales con que funcionan sus baterías. Mientras no dejemos de necesitar tanto podremos hablar mucho del cambio climático pero no haremos nada para detenerlo", recalca la escritora, que cree que vivimos en un mundo "dispuesto a la autodestrucción".

El personaje de Lisbeth

"En los libros anteriores, era demasiado heroína y una persona solitaria y violenta", ha opinado sobre el personaje de Lisbeth Salander. Por ello, informa Europa Press, en este libro "quería convertirla un poco más en un ser humano". "Quería hacer de ella un personaje más adulto, más mujer y convertirla también en una antiheroína. Sigue siendo irónica y un poco alocada, pero también está menos sola y un poco más conectada, un poco más humana. Este proceso necesita tiempo, porque requiere conocer a los personajes y es por eso también que creé el personaje de Svala [su sobrina, hija de su hermanastro], porque me dio la manera de conocer mejor a Salander".

Peligros de la ultraderecha  

No olvida Smirnoff otro de los ‘leitmotivs’ de Larsson, siempre alertando del ascenso y poder de la ultraderecha y de sus lazos criminales y corruptos. En los años 60, "toda Europa era comunista o muy de izquierdas y ahora es muy de derechas. Todos los extremos, de ambos lados, izquierda o derecha, son peligrosos", ha asegurado la autora, para añadir: "Me asusta que todos estos países se vayan cada vez más a la extrema derecha. Me preocupan que tengan un historial neonazi, pero que las personas lo obvien por completo porque se quedan con soluciones simples para problemas también simplificados".