Contextos de arte

Las maravillas de la Galería de colecciones reales (y 2)

El edificio tiene personalidad, pero no resta, en ningún momento, el fin para el que fue hecho: acoger unas piezas únicas

Las maravillas de la Galería de colecciones reales (1)

Inauguración de la Galería de las Colecciones Reales.

Inauguración de la Galería de las Colecciones Reales. / Borja Sánchez-Trillo

Ana Diéguez-Rodríguez

Ana Diéguez-Rodríguez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ha superado todas las expectativas. La visita al nuevo edificio de la Galería de las colecciones reales y la selección elegida por sus conservadores son un deleite para el público. El edificio tiene personalidad, pero no resta, en ningún momento, el fin para el que fue hecho: acoger unas piezas únicas. Por eso, los materiales elegidos, la piedra y la madera, los juegos de luces y sombras siguiendo una trama clásica, revisten todo el espacio interior de una gran armonía destacando el tesoro que alberga. Según se va bajando, pues se entra desde el mirador de la explanada de la Almudena, una cómoda rampa introduce al visitante en el contexto de las colecciones que va a ver. Tengo que confesar que he disfrutado como una niña con zapatos nuevos. En la primera planta, dedicada a los Reyes Católicos y a los Austrias, te puedes detener ante el maravilloso políptico de Juan de Flandes y Miguel Sittow, y apreciar todos los detalles con que están hechas las escenas, verdaderas miniaturas; los tapices, con ese brillo único de los hilos de oro y plata empleados solamente para piezas destinadas a la más alta jerarquía, con esa vegetación exuberante que desborda las historias y se mezcla en esas soberbias cenefas llenas de emblemas y personajes alegóricos; el extraordinario, y único, cartón para tapiz conservado de la serie de Noé hecho por Michiel Coxcie, pintor de Felipe II, emociona.

Ha sido todo un acierto dedicar un espacio al patronazgo femenino dentro de las colecciones reales. Ellas siempre han estado ahí. Sus gustos, sus inquietudes, incluso, su forma de hacer se ve muy bien en esta primera selección. Desde Margarita de la Cruz a Isabel Clara Eugenia. Uno de los tapices que ésta encargó en 1625 siguiendo los diseños de Rubens, puede verse en todo su esplendor. Caravaggio, Seghers, Velázquez, La Roldana, Luca Giordano, Bernini… un compendio de historia del arte del mayor nivel se completa con objetos más cotidianos de la más alta calidad. Esto está más integrado en la segunda planta dedicada a los Borbones. Los intereses y gustos de la corona cambian. La Ilustración hace su presencia y son muy elocuentes las vistas de ciudades, las excavaciones de Pompeya y Herculano por iniciativa de Carlos III, o las representaciones botánicas.

Todo esto, sin dejar el refinamiento de unos objetos cotidianos, vajillas y cristalerías, junto con tejidos, que dan una idea muy veraz de lo que era habitar esos espacios reales. Houasse, Mengs, Goya, Madrazo… ellos también tienen su lugar. Ha sido un acierto terminar esta segunda planta con un audiovisual que proyecta la visita de los Reyes a la Galería, ya en un momento avanzado de su organización, poco antes de su inauguración. Es una ocasión también histórica para la Corona y, al igual que antaño se recurría a la pintura y al grabado para dejar testimonio de los eventos más importantes para los reyes, también debía quedar reflejado este hito de una forma contemporánea. Por eso, la idea final de integrar al espectador en este audiovisual en el que se va viendo cómo los Reyes disfrutan y participan de su visita pone el colofón perfecto a este viaje de más de quinientos años por la historia estética de la monarquía española.

La tercera planta acoge la cochera, incluyendo carritos de niños y trineos, y un espacio para exposiciones temporales, que completan con muy buen gusto lo que se ha visto en los pisos superiores. Para finalizar, en la planta baja, el visitante puede asomarse al mirador de los jardines del Campo del Moro, y entrar en una propuesta visual inmersiva con imágenes en alta resolución de todos los Sitios Reales: los jardines de Aranjuez, de la Herradura en El Escorial, de Yuste, etc.

La Galería de colecciones reales no se ve de forma rápida, es un lugar que invita a pararse, a disfrutar. Cuando te das cuenta, llevas más de tres horas. Ésta es una galería para visitar en muchas ocasiones. Los amantes de la arquitectura van a encontrar un lugar que armoniza con todo el entorno sin perder personalidad, y los amantes del arte, del buen gusto, de las ceremonias y de lo bello, podrán admirar muchas de las piezas a las que sólo habían tenido acceso a través de reproducciones. No encuentro mejor plan para resguardarse de los rigores de la canícula que disfrutar de este nuevo espacio.