Entrevista

Pablo Carbonell: "Me encantaría que hubiera un colapso y se cayeran todas las redes sociales"

El cantante y actor reaparece al frente de Los Toreros Muertos con tres conciertos en Catalunya, este viernes en la sala Sarau08911, de Badalona, el sábado en Sant Feliu de Guíxols (sala Las Vegas) y el domingo en Tarragona (Zero)

El grupo Los Toreros Muertos, con Pablo Carbonell de blanco en el centro

El grupo Los Toreros Muertos, con Pablo Carbonell de blanco en el centro / CEDIDA

Jordi Bianciotto

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La última vez que le entrevistamos, hace cinco años, le preguntamos si Los Toreros Muertos eran una banda estable y nos dijo: “¿se puede creer que no lo sé?”. ¿Ya ha dado con la respuesta?

¿Eso dije? En general, casi toda mi vida está presidida por el funambulismo. Después de la pandemia, el grupo tiene una base mejor: Many Moure ha pasado del bajo a la guitarra acústica, tenemos un nuevo bajista, Albert Anguela, he recuperado a Chus Herrera a la batería y sigue Fernando Polaino a la guitarra. Pero la respuesta a la pregunta sigue siendo muy complicada.

Tiene muchos frentes abiertos: novelas y libros de memorias, teatro, el programa de entrevistas ‘Car sessions’ (Movistar+)…

La gente me dice “no paras”, pero la música para mí es un juego. Cuando era pequeño, los padres nos mandaban de excursión los fines de semana, y me quedó esa costumbre. Pero me da tiempo para todo: ¡ayer fui al cine! Vi ‘Mari(dos)’ y me gustó bastante.

¿Cómo está ese disco con canciones nuevas que sería el primero del grupo desde 1992?

Lo teníamos grabado: ‘Estruendo folklórico’. Canciones sobre la paella, la siesta, un himno a Teruel… Pero no se va a publicar porque las bases del disco son poco estables. Posiblemente lo regrabe con ‘tempos’ más contundentes. Aunque ahora, con que hagas una canción y un videoclip, ya es suficiente, y la gente, en los conciertos, confía en que tenemos un buen repertorio.

¿A qué se refiere con eso de las “bases poco estables”?

El grupo surgió con la idea de hacer una salsa, un twist, un rock…, siendo cada canción una especie de esencia de cada género musical, y eso ya me aburrió. Quiero que los Toreros tengan un sonido uniforme, entre The Clash, Talking Heads y Frank Zappa.

Los Toreros Muertos publicaron su primer álbum, ’30 Años de éxitos’, en 1986, cuando la movida madrileña ya iba de capa caída.

Pero durante la movida yo estaba de payaso con Pedro Reyes actuando en Rock-Ola y les tenía un poco de manía a los grupos. No sé por qué, me sentía un poco el patito feo. El grupo era un intento de dinamitar la pomposidad y la importancia que se podían dar esos grupos. El problema es cuando tienes un éxito apabullante y te conviertes en el mismo anormal que estabas criticando.

Fue el disco de ‘Hoy es domingo’, ‘Yo no me llamo Javier’, ‘Mi agüita amarilla’…

Y había una cohesión a partir de las burlas de los estilos musicales. Pero mis ganas de bromear con eso se han acabado. Cada artista tiene que buscar dentro de sí mismo y no fijarse en lo que hacen los demás. El otro día, hablando con Pepe Begines (No me pises que llevo chanclas), le decía: “vale, esto puede ser muy gracioso, pero tiene que sonar bien”.

Han montado juntos un grupo paralelo, Toreros con Chanclas.

Tenemos muchas canciones-espejo, como ‘Washuguarugüi’ y ‘On the desk’. A mí me gusta mucho el cubismo y me divierte desconcertar a la gente. Hacemos un ‘Agüita agropop’ que suena muy bien, y ‘Yo no me llamo Manuel Sánchez Sánchez’. Y vamos a lanzar nuestro primer tema original, que dará título a la gira, ‘Va a faltar hielo’.

¿No le parece que el humor ha ido ocupando los medios audiovisuales y que hoy, en ‘prime time’, ya difícilmente se puede hacer una entrevista sin gags y gracietas?

Es la dictadura del ingenio, cuando lo más importante es ser auténtico. Estoy leyendo la historia de Roma y ya en el siglo II antes de Cristo, Publio Cornelio decía “tenemos a Aníbal en las puertas, la gente necesita reírse”. Si hay mucho humor últimamente, será que estamos cerca del apocalipsis.

Tiene más de 166.000 seguidores en Twitter. Un día decidió practicar un ‘unfollow’ general. ¿Cómo fue eso?

Me puede entristecer que haya gente con tan poca vida como para meterse en las de los demás, pero eso lo puedo encajar. Pero cuando lo hacen con otras personas que yo quiero, ya digo “¿y esto, qué necesidad hay…? Así que utilizo Twitter cuando quiero anunciar algo, aunque no vale para nada, porque la gente ahí no va a ver tu agenda. Ha dejado de interesarme. Me encantaría que un día hubiera un colapso y se cayeran todas las redes sociales, y volviésemos a la barra del bar, a los parques…