Exposición

La Marguerite Duras escritora, cineasta y guionista se proyecta en Barcelona

La Virreina abre una retrospectiva que recorre la vida y el conjunto de la obra de la creadora francesa

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Judith Navarro

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La Marguerite Duras más allá de la influyente escritora, autora de 56 libros: la cineasta creadora de 19 películas, una decena de guiones cinematográficos y una vasta producción televisiva, es la que hasta el 2 de octubre se podrá explorar en la Virreina Centre de la Imatge de Barcelona, en una retrospectiva que recorre por primera vez en España la vida y el conjunto de su obra. La muestra está comisariada por el director del centro, Valentín Roma, igual que las otras dos exposiciones que se inauguran en paralelo: 'Imágenes vacías', que reúne un conjunto de obras de Oriol Vilapuig, y ‘En las entrañas de la bestia’, materialización de un cómic de los venezolanos Ángela Bonadies y Juan José Olavarría, sobre la historia de un emblemático edificio abandonado en Caracas.

La muestra de Duras (Gia Dinh, Saigón, 1914 - París, 1996) se construye a través de la combinación de composiciones totalmente diferentes, un desorden consciente que la fascinaba y que lleva a que en una misma sala esté uno de sus libros colgando de la pared, una pantalla que muestra fragmentos de grabaciones de sus películas, la declaración en contra de la insumisión en la guerra de Algeria... Un curioso conjunto que es resultado de reunir obras en que la artista denunciaba los regímenes coloniales.

"Problemas terribles"

El conjunto de sus obras está dispuesto de manera en que se construye un trayecto casi biográfico alrededor de su vida y su carácter, que no siempre fueron fáciles. "Ella era una persona que tenía una sensibilidad tremenda, pero también unos problemas terribles", explica el comisario al hablar sobre el alcoholismo que sufrió Duras durante gran parte de su vida. "Pero por cosas como estas su estilo es apasionante (...) Creo que todos los que escribimos la hemos copiado en algún momento, pero es que después de ver lo que hacía te quedas con la sensación de que es tan bueno, que te gustaría poder haber hecho eso tú mismo", añade.

El recorrido permite seguir la experiencia de Duras en el Vietnam donde creció como hija de colonos franceses, las vicisitudes del 'grupo de la rue Saint-Benoît', el trauma de la Segunda Guerra Mundial, su expulsión del partido comunista francés por "ninfómana, arrogante y de moral ligera", y Mayo del 68.

Proyección de películas

A finales de los 60, "descontenta con las adaptaciones cinematográficas de sus obras literarias, Duras entra más decididamente en el mundo del cine", añade. Organizada en colaboración con la Filmoteca de Catalunya, la muestra cuenta con una sala donde se suceden proyecciones al completo de algunos de sus filmes: ‘Destruir, dijo ella’ (1969), ‘El camión’ (1977), ‘Aurélia Steiner’ (1979), ‘Agatha y las lecturas ilimitadas’ (1981) y ‘Los niños’ (1984).   

"Visitar esta exposición es como emprender un viaje entre documentos, permite comprender dónde reposa la mente de la autora, en todos los campos. Su voluntad siempre es trabajar en un nuevo parámetro, desordenar y pasar a otra cosa", explica Roma ante una sucesión de carteles de sus películas, revistas de cine, antologías de artículos y material fotográfico, parte de cuyo material ha sido cedido por el hijo de Duras, Jean Mascolo.

Cómic y censura en Venezuela

Las viñetas de Bonadies y Olavarría cobran vida en ‘En las entrañas de la bestia’, visitable hasta el 5 de junio, una narración visual de la realidad de Venezuela, explicada a través de la historia de La Torre de David, un rascacielos de 45 pisos abandonado en el centro financiero de Caracas. Lo que prometía ser la insignia de un plan urbanístico que dinamizaría la economía del país, se convirtió en el refugio para las casi 4.500 personas que lo ocuparon tras la crisis económica de 1994. 

Los autores crearon unos diseños tan explícitos y sin tapujos que no superaron la censura venezolana. "En un país en que no hay ningún tipo de libertad, este es un material radical", afirma Olavarría. 

Vida y muerte

78 instantáneas exhibidas a lo largo de una pared de 21 metros de longitud, un pasillo creativo formado a partir de imágenes sacadas de contexto, con las que Oriol Vilapuig (Sabadell, 1964) trata temas como el hilo entre la vida y la muerte, y la expresión mediante la corporalidad, forman la exposición que le dedica la Virreina (hasta el 2 de octubre).

El artista explora la naturaleza de la imagen como una puerta abierta. Un universo en constante construcción que necesita de la colaboración del público para ser completadas. "Siempre se están construyendo, me acompaña la idea de inestabilidad. Es el espectador quien, con su imaginario, tiene que llenar los huecos", explica Vilapuig. 

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