Crítica de libros
Crítica de 'Vestido de domingo': Sedaris es más que risas
Blackie Books recupera una de las obras tempranas del escritor estadounidense de origen griego, donde cimenta su madurez
![El escritor estadounidense David Sedaris](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/e25f7b56-6a72-4ca6-a7d1-6615c8f87dcf_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
El escritor estadounidense David Sedaris
![Mauricio Bernal](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/15465215-e796-4832-a26c-0337d381dc8f_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
![Mauricio Bernal](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/15465215-e796-4832-a26c-0337d381dc8f_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
Mauricio Bernal
Periodista
David Sedaris lleva muchos años escribiendo, ergo, su mochila de escritor está cargada con un sustancial número de libros publicados, ergo, es la clase de autor al que es inevitable abordar ‘por comparación’: esta obra en comparación con aquella, con la otra o la de más allá. Mucho más cuando la perspectiva es comentar una de sus obras tempranas, que es el caso de ‘Vestido de domingo’, originalmente publicada en EEUU en 2004. Blackie Books la recupera, digámoslo así, por partida doble, pues ya la había editado en castellano Random House en 2005. El ‘Vestido de domingo’ de hoy era ‘Un vestido de domingo’ entonces. Cosas de la edición.
Al grano: este Sedaris es una delicia en términos generales, el concepto de delicia empleado aquí como compendio de las cualidades de la literatura de humor. La mirada, la palabra justa, la contención necesaria para provocar la carcajada. Toda colección de cuentos es una cordillera, y hay cimas y hay valles, pero los 22 relatos de ‘Vestido de domingo’ mantienen un admirable y homogéneo nivel. Un alto nivel. Con respecto al resto de su obra, es probable que represente un primer estadio de madurez tras sus primerísimas publicaciones (‘Vestido de domingo’ ocupa el quinto lugar en su cronología editorial), y que sea así en el sentido de que ya no es solo gracioso, incluso hilarante (aunque antes nos bastara con eso), sino que consigue –y he aquí la gran diferencia, el gesto de madurez– profundidad. Y aun hay otro sedoso atributo, la ternura. Tendrá que ver con el hecho de que los relatos sean autobiográficos y familiares. Es posible. En resumen, Sedaris nos hace reír pero no solo nos hace reír. Tal es el camino para convertirse en un plato gourmet.
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