GALARDÓN LITERARIO
El Premio Formentor se va de Mallorca a Túnez
La distinción recupera el carácter itinerante de su etapa original
El Premio Formentor se traslada de Mallorca a Túnez. Tras la venta del histórico Hotel Formentor por parte del grupo Barceló al fondo de inversión Emin Capital bajo la enseña de Four Seasons, que ha anunciado su pronta reforma y apertura en el 2023, el Premio Formentor que recuperaba el espíritu de los galardones y encuentros literarios que se celebraron en el legendario hotel en los años 60 ha visto obligado a abordar una nueva época y remodelación de su formato. Por esa razón el galardón recupera su nombre original Prix Formentor, en cuya primera edición fue recibido exaequo por Samuel Beckett y Jorge Luis Borges, y vuelve a ser itinerante como lo fue en un principio. Aunque en aquello ocasión, impulsado por los más importantes editores europeos, la itinerancia fue obligada por la censura franquista que prohibió aquellas actividades culturales en suelo español.
Fallo desde Sevilla
El nuevo formato del premio, organizado por la Fundación Formentor con el mecenazgo de las familias Barceló y Buadas (estos últimos, los primeros mecenas del premio) se realizará en un hotel del grupo Barceló en la capital tunecina en el mes de septiembre y contempla también una reunión de escritores y agentes de la cultura, pero presumiblemente deberá aparcar el antiguo formato de las Conversaciones de Formentor, que reunía a los autores con el público de Mallorca. El premio se hará público a principios de abril desde Sevilla, donde se reunirá el jurado.
Al mismo tiempo se estrena también el Comité de Honor de la Fundación Formentor con los nombres de Roberto Calasso, Antoine Gallimard y Jorge Herralde, “herederos de aquellos que fundaron el Prix Formentor”. El galardón recuperado en el 2011 ha sido entregado a Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Ricardo Piglia, Roberto Calasso, Alberto Manguel, Mircea Cartarescu, Annie Ernaux y Cees Nooteboom, todo ellos nombres que habitualmente han aparecido en las quinielas de los Nobel. La intención del premio es “canalizar a ambición de las convicciones estéticas y dar notoriedad a la literatura como expresión de la conciencia contemporánea”. La voluntad expresa del premio es descartar los caprichos del mercado, la “hipnosis del consentimiento general” y hacer más clara la diferencia entre “entretenimiento y conocimiento”.
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