Tentáculos y sarcasmo

Pastor, Bueso y Pratchett: invasión de humor cósmico

Marc Pastor juega con el 'pulp' en 'Horror de Rèquiem', Emilio Bueso corona su trilogía 'Los ojos bizcos del sol' y Mai Més se lanza a publicar toda la obra de Terry Pratchett en catalán

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Emilio Bueso, Marc Pastor y Terry Pratchett.01028224719 / periodico

Ernest Alós

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La cohabitación de ciencia ficción (o fantasía) y humor tiene tras de sí una fecunda tradición. Y tantos notables practicantes como seguidores del género en sus versiones más trascendentales, técnicas o épicas a los que les incomoda que entre láseres, o conjuros, o futuros sombríos se cuele la carcajada. Quizás años de defender la dignidad del género frente a su pasado ‘pulp’ genere anticuerpos. Pero si la crítica del presente y los futuros posibles es uno de sus objetivos, qué mejor que la ironía, o el sarcasmo, o directamente la comedia porque sí. Eso lo entienden perfectamente dos autores que acaban de publicar sus últimos libros, Marc Pastor y Emilio Bueso. Y por supuesto, uno de los grandes maestros de la fantasía más desenfadada, referente tanto para uno como para otro; el fallecido Terry Pratchett, de quien la editorial Mai Més empezará este mes de noviembre la publicación de sus obras, por primera vez, en catalán.  


'Pulp' a la catalana: la comedia lovecraftiana de Marc Pastor

Una mansión arde en la falda de Collserola (vertiente Llobregat, de cara a las cementeras). Años después, la única superviviente de la familia Santes Creus aparece flotando en el puerto de Barcelona. Un asistente del laboratorio forense, el apático Rèquiem, se queda un grueso anillo que aparece dentro del estómago de la víctima. Mala decisión. Ese anillo, y la pista de los Santes Creus, llevará a Rèquiem y a sus compañeros de piso adictos a la horchata (el confidente, exconvicto y deterioradísimo Kurosawa y una repartidora birmana armada con katana, Dalsy) a toparse con seres más bien peligrosos. El Rey Amarillo, aquel que no puede ser nombrado, Hástur, era un McGuffin en ‘True detective’. Aquí, en ‘L’horror de Rèquiem’ (Ed. Mai Més), no.

"Que una secta hiperfachosa quiera invocar a un rey que es una divinidad me encajaba más que un Cthulhu que llega y arrasa", explica Pastor. Y aunque lo de arrasar también llegue, le da más juego para encadenar un gag tras otro. En lugar del terror cósmico de Lovecraft, humor cósmico. "Pero no es una broma, porque me la he tomado tan en serio como me tomo todas mis novelas. Siempre he puesto humor en mis novelas pero nunca en unas dosis tan importantes". ¿Pero qué humor?

"He parodiado las novelas de Lovecraft y mucha literatura de terror muy gótica, espiritismo, faros en islas remotas, la música de ‘El fantasma de la Ópera’… y lo he mezclado con Tarantino, haciendo parodia/homenaje. No sé escribir como Lovecraft ni creo que sea necesario ahora. En algún momento hago esas descripciones superadjetivadas y extremas, las ‘materias bituminosas y vitigilisinosas’… ‘tentacular’ es imprescindible, claro. Pero como parodia", puntualiza.

"Yo intenté hacer Monty Python, y a medida que escribía me daba cuenta de que me acercaba más a Zucker, Abrahams & Zucker, a 'Top Secret"

Marc Pastor

Otros autores, como Charles Stross, han mezclado nada más y nada menos que Lovecraft, James Bond y humor. "Pero la suya -responde Pastor- es una novela con una forma más clásica y convencional, la mía es más rompedora, sin llegar a los extremos de ‘La musa fingida’ de Max Besora aunque también nos hayan comparado. El clic de encontrar el tono lo hice leyendo a Pere Calders, aunque Javier Calvo me decía que era muy Pratchett y Perucho… ". 

Pulp a la catalana

Podríamos añadir, en la ola de 'neopulp' catalán (más bien explotación del imaginario 'pulp' como recurso cómico), además de esa 'Musa fingida' (Males Herbes) con carniceras devoradoras de hablantes de catañol, familias ejemplares con abusos escondidos, torturadoras nazis de inmigrantes colombianos masoquistas, hámsters gigantes mutantes e hijas vengadoras, el 'España en guerra' (Amsterdam) de Albert Pla, con una intervención estadounidense para atajar la independencia de Catalunya que acaba con una invasión de toda España entre salvajadas del llamado Batalló dels Sonats, unos 'Malditos bastardos' con uniforme de marine.

La niña de los bajos fondo birmanos, virtuosa de la katana, parece salida de ‘Kill Bill’, sí. Pero resulta que, dice Pastor, más que Mamba Negra o Gogo Yubari es Lorena Roldán. "Justo el día que empezaba a describir a Dalsy -homenaje a la sustancia preferida por su hijo-, Lorena Roldán dijo que había gente con katana por las calles de Barcelona, y lo cogí". Pero sí, hay mucho Tarantino. "Una cosa es lo que intentas hacer y otra lo que al final sale. Yo intenté hacer Monty Python, y a medida que escribía me daba cuenta de que me acercaba más a Zucker, Abrahams y Zucker, a ‘Top secret’. Pero ya me iba bien, porque es el tipo de humor que quiero hacer. Humor absurdo y parodia de géneros".

Dos portadas, dos 'autores'

‘L’horror de Rèquiem’, que no de Dunwich, es un experimento aislado al margen del ‘corvoverso’ de Pastor, las novelas relacionadas con determinados viajes en el tiempo. Aunque ya viene de un primer paréntesis, el aplaudido policial fantástico ‘Els àngels em miren’. "No tengo sensación de pausa, la próxima será la que cierre la trilogía de las islas tras ‘Bioko’ y ‘Farishta’. Un wéstern en Madagascar con viaje en el tiempo pero que no es evidente. Intento que cada historia sea diferente, no repetirme".

A Pastor, con la novela ya encarrilada, se le planteó un dilema. ¿Con covid o sin covid? Al final, quedó poco más que en un epílogo con dos trabajadores de Wuhan comiendo sopa de pangolín. "El libro lo cierro en abril, en plena pandemia. Quería escribir un fin del mundo, pero cuando llegó este fin del mundo ‘low cost’ que hemos tenido vi que algo tenía que poner. Lo reescribí de cabo a rabo, vi que no funcionaba y lo retiré. Solo dejé algún chiste, porque no quiero que sea una novela pandémica", ríe. Pero el horror que viene después supera incluso al virus erizado de púas proteínicas. Donde esté un Gran Anciano del tamaño de una montaña rebosante de tentáculos, que se quiten los virus.  


Emilio Bueso: 1.400 páginas de ciencia ficción, moluscos telépatas y parásitos faltones

Un planeta orbita en acoplamiento de marea (como la Luna, mostrando siempre la misma cara) alrededor de su sol. Imaginemos qué ecología produciría y viajemos por ella: de un cinturón ecuatorial con una civilización exclusivamente 'bio' y una humanidad simbiotizada con moluscos que cargan a cuestas ('Transcrepuscular') a un casquete helado que esconde el verdadero origen de ese mundo ('Antisolar') y a un choque final en un páramo desierto donde se desvela cómo ese planeta degeneró ('Subsolar'). La trilogía de Emilio Bueso (Castellón, 1974) 'Los ojos bizcos del sol' (Gigamesh) llega esta semana a su fin. Aventuras de 'sword & planet' y una humorada después de otra, con personajes descacharrantes como un parásito rijoso con forma de trapo y sexualmente hiperactivo, una caracola traductora que falla más que Google traduciendo del tibetano al quechua, una fornida minera no menos activa o un exsiamés que solo habla en infinitivos, en primer plano. Reflexión sobre la decadencia de las civilizaciones, el poshumanismo, la relación entre medio y sociedad, el poder de las grandes corporaciones, en segundo plano.

El humor puede ser muy serio. 1.400 páginas en la próxima edición ómnibus comparables a la ciencia ficción producida en cualquier otra literatura donde el género esté mucho más consolidado que en España. Hablamos de todo con Emilio Bueso en una presentación-entrevista a puerta cerrada pero colgada en Youtube (circunstancias obligan), en la librería Gigamesh. (CUIDADO, A PARTIR DE AQUÍ SPOILERS, DIRÍAMOS QUE MENORES Y BÁSICAMENTE SOBRE LOS DOS PRIMEROS LIBROS DE LA SERIE)

Todo empezó en una aldea con caracoles gigantes que aullaban y un alguacil que cabalgaba una libélula gigante. Pero ('spoiler' muy relativo, nos iríamos al primer libro) se van levantando capas y en cuanto aparecen corporaciones mineras sinojaponesas ya se va viendo que no todo es lo que parece. "Al final del primer libro ya te daba a entender que lo que ha pasado en ese escenario tan enloquecido es que la humanidad ha involucionado y se ha encastillado y algunos reductos mantienen la tecnología. Más que una trilogía es una novela en tres actos con una reflexión profunda sobre lo que es la pérdida de la humanidad. Porque a veces el atraso, como en los derechos laborales, y la evolución, son lo mismo ", explica Bueso.

"Hay gente que me lo ha criticado, que cree que estos libros deberían ser mucho más serios. Yo discrepo"

Emilio Bueso

En el mundo creado por Bueso hay naves y monjes que práctican artes marciales letales, ciudades bajo cúpulas y hongos bioluminiscentes. "Ahora se habla de regreso al campo y a naturaleza y eso da que pensar, que quizás en una etapa histórica de grandes tribulaciones la humanidad tienda a recurrir en un futuro a sus orígenes y a recuperar patrones más antiguos", argumenta. "La ciencia ficción siempre ha estado discurriendo sobre los rieles de la ingenieria y la astrofísica y seguramente será la biología la que nos dé grandes sorpresas en el futuro", añade. Aunque ser parasitado por bichos satélites de una mente colmena, casi que mejor no. 

Con la trilogía ya sobre la mesa, a Bueso le preocupa que la capa exterior de acción y jocosidad, que chocó a sus lectores habituales, haya hecho pasar desapercibida la ambición de sus novelas. "Cada uno se queda con lo que le gusta o le parece mejor conseguido. Muchos lectores se quedan con que los libros están contando aventuras, ritmo trepidante, algo de misterio, acción, este sentido del humor tan ácido que tengo, y no están viendo a dónde les llevo. Pero creo que con el tomo tres esto va a cambiar: en el desenlace final y el epílogo explico lo que hay, y no hay chascarrillos".

Pero tampoco entiende Bueso a quienes dicen que el humor "les saca de la historia". "Yo no quería utilizar el humor para distendir, plantear una catarsis o un aliño. Yo quería que hubiera un personaje disruptivo, que no se tomase en serio las cosas, pero sobre todo quería divertirme, una cosa que no había conseguido antes. Y que el lector empatizara con personajes como el Trapo. Hay gente que me lo ha criticado, que cree que estos libros deberían ser mucho más serios. Yo discrepo. Si Terry Pratchett no nos hizo replantear algunas cosas sobre el papel del sentido del humor en la ciencia ficción especulativa es que no hemos entendido mucho. ¿De verdad que en una novela de 200.000 palabras no hay momentos que se presten al pitorreo? Algo falla". 


Discmón: por primera vez, Pratchett en catalán

Lector de Terry Pratchett desde la publicación del primer libro del 'Discworld' del fallecido autor británico, el traductor Ernest Riera vio un día cómo cuatro elefantes -los que, a lomos de la tortuga A'Tuin que vaga por el universo, cargan a modo de Atlas con un mundo plano y circular-, empezaban a saltar como los portadores de los ataúdes festivos de Ghana. Un día comentó a Sergi Pérez y Judit Terradelles, los responsables de Mai Més, la audaz editorial que en un año y medio ha sacudido el panorama de la ciencia ficción y la fantasía en catalán (en confluencia con apuestas como las de Les Males Herbes o Raig Verd), que el mejor favor que se le podía hacer a la fantasía en catalán sería traducir a Pratchett,y resultó que era uno de los objetivos fundacionales de la editorial". "Ese día se hizo realidad el sueño de mi vida", confiesa

La locura, que debería llevar a publicar 41 libros, a razón de tres por año durante más de una década, se ha hecho realidad y el 18 de noviembre llegará a las librerías 'Guàrdies! Guàrdies!'. Y el 25 del mismo mes, 'Igualtat de ritus'. Las dos novelas que abren dos de los ciclos que componen la torrencial serie de Terry Pratchett: el de la guardia de la ciudad de Ankh-Morpork (para empezar, tres agentes que no tienen muy fácil trabajar en una capital en que se ha decidido que legalizar el crimen en su justa medida es una buena idea) y el de las brujas. 

Mai Més nació con ideas como guía: publicar títulos que no estuviesen traducidos al catalán, aguzar el olfato para apostar, antes que nadie, por libros que se atisbaba que podían triunfar en el circuito de premios internacionales de ciencia ficción y fantasía y "la reparación histórica con títulos injustamente tratados aquí", explica Sergio Pérez. El caso de Pratchett, exhaustivamente publicado por Plaza & Janés en España, entraría solo en el tercer supuesto. "Pero otro libro con tres ediciones ya en castellano, 'La ciutat i la ciutat', de China Mieville, nos ha demostrado que hay un circuito diferente para el catalán. Y en el caso de Pratchett una parte importante de su público es el juvenil, y principalmente lee en catalán", explica Sergio Pérez. "Pero son claramente libros que puede leer todo el mundo; para todas las edades", puntualiza Riera. En cualquier caso, es un público que se regenera año tras año, y el territorio Pratchett está lejos de estar agotado: a diferencia del éxito multimillonario en el Reino Unido, aquí hay aún muchos lectores potenciales que pueden descubrir la obra del descreído autor británico.

"El catalán tiene una larga tradición satírico-festiva absolutament 'espaterrant'"

Ernest Riera

— Traductor

La traducción de Pratchett es un auténtico reto, pero no particularmente hacerlo al catalán que, recuerda Riera, "tiene una larga tradición satírico -festiva absolutamente 'espaterrant'" y un modelo de lengua medieval utilizable en la fantasía de ambientación fantástica. Juegos de palabras continuos, referencias a prácticamente toda la literatura de fantasía y ciencia ficción, es más, a la literatura universal, reflexiones sarcásticas sobre los grandes temas religiosos, políticos o culturales, homenajes hasta a los Pitufos (convertidos en una novela en un cruce entre los personajes de Peyo y los tatuados y borrachos bárbaros de la antigua Escocia)... No todo es trasladable: 'Equal Rites' suene en inglés a 'Igualdad de Derechos' y 'Igualdad de Ritos', y solo se podía quedar con uno...

Da juego también para el goce traductor la adaptación de los nombres de los personajes. "En algunos casos parece que quieren decir algo, pero textualmente no significan nada. He tratado de mantener el espíritu. La bruja Granny Weatherwax por ejemplo será la Iaia Ceravellarda", explica apunta Riera.

La pasión de Riera por Pratchett es tal que, cuando el escritor falleció en el 2015, le quedaban por leer los tres últimos libros. Y aún no los ha empezado. "Así es como si aún no se hubiese acabado de morir", dice. Optimista, espera empezarlos... cuando le llegue el momento de traducirlos al catalán, en un horizonte aún muy, muy lejano.

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