CRÍTICA DE SERIE
'Flesh and blood': secretos y mentiras
Habla de los impulsos básicos, del fulgor y también del apaciguamiento de la carne y la sangre, lo que deseamos y lo que nos mantiene con vida.
Quim Casas
Periodista y crítico de cine
Profesor de Comunicación Audiovisual en Universidad Pompeu Fabra y docente en ESCAC, FX, Cátedra de Cine de Valladolid y Museu del Cinema de Girona. Autor de diversos libros sobre David Lynch, David Cronenberg, Jim Jarmusch, Fritz Lang, John Ford y Clint Eastwood. Miembro del Comité de Selección del Festival de Cine de San Sebastián.
Quim Casas
Curioso el título de esta miniserie británica de cuatro episodios, 180 animados minutos de duración total para contarnos los entresijos de una familia (una madre, sus tres hijos y respectivas parejas, amantes e hijos) a partir del momento en que la madre, Vivien, a punto de cumplir los 70 años, anuncia que mantiene relaciones con otro hombre 'solo' 18 meses después de la muerte de su esposo.
Curioso porque se titula 'Flesh and blood', carne y sangre, título idéntico al de una película de Paul Verhoeven sobre las miserias, enfermedades y violencia de la Edad Media, conocida aquí como 'Los señores del acero'. Le habría casado mejor 'Secretos y mentiras', por ejemplo, como el notable melodrama de Mike Leigh, o 'Asuntos de familia'. Pero este título escogido resulta también acertado, porque esta serie habla de los impulsos básicos, del fulgor y también del apaciguamiento de la carne y la sangre, lo que deseamos y lo que nos mantiene con vida.
Relaciones desmoronadas
Además de los integrantes de esta familia burguesa, en la que la hija mayor no se entiende con su esposo, el hijo mediano ve cómo se desmorona la relación con su pareja y la hija pequeña mantiene frustrantes relaciones con su maduro jefe, hay otro personaje decisivo, el que encarna Imelda Staunton, tan misterioso y ambiguo como el que la actriz interpretó en 'El secreto de Vera Drake', también de Mike Leigh. Mary vive en una apacible casa junto a la playa, al lado de la de Vivien (la siempre elegante Francesca Annis). Ella sabe muchas cosas que los espectadores iremos descubriendo poco a poco. Pero también oculta otras. Secretos y mentiras.
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La serie arranca con un accidente durante la fiesta de cumpleaños de Vivien del que no sabremos quién es la víctima hasta el final de la serie. En cada uno de los cuatro episodios, la policía interroga a otros tantos personajes. El pasado y el presente, individual y común, se flexionan para ofrecer las historias tristes de cada una de las hijas y de Mary, tan reservada y tan indiscreta a la vez. Todo ello a partir de una trama general que las une: las sospechas sobre las verdaderas intenciones del nuevo pretendiente de Vivien, personaje encarnado por Stephen Rea.
'Flesh and blood' es un melodrama familiar construido a modo de relato de intriga, aunque sazonado con algún que otro toque ligero y con notables personajes secundarios que obran milagros en el esclarecimiento de las cosas, caso de la abogada con la que el hijo de la familia se acuesta a cambio de dinero con el que pagar sus deudas de juego. Tal como avanza la historia, tiene algo de 'whodunit', aunque al final, y al revés de las novelas de Agatha Christie, resulta menos importante saber lo qué pasó que entender los motivos por los que ha pasado.
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