CRÍTICA DE MÚSICA

Camarena en su salsa

El tenor mexicano celebró con un recital los 20 años de la reapertura del Liceu

El tenor mexicano Javier Camarena, en plena actuación en el Liceu.

El tenor mexicano Javier Camarena, en plena actuación en el Liceu. / periodico

Pablo Meléndez-Haddad

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En la cúspide de su carrera, Javier Camarena ofreció el pasado sábado un recital celebrando el 20° aniversario de la reconstrucción del Liceu. El tenor de moda, orgullo mexicano, presentó un programa corto pero exigente, con un amplio acento en el bel canto romántico que le es tan propio y con pinceladas de ópera francesa y verdiana, que es por donde Camarena se encamina después de un cuarto de siglo de trayectoria.

Al comenzar anunció que se recuperaba de un catarro y de que estaba con tos, pero durante el programa fueron pocos los momentos en los que su canto se resintió aunque en las propinas todo resultó algo más dramático. Un registro central un tanto mermado, alguna puntual sequedad y una nota cortada en un aria fueron las únicas señas de su estado de salud, ya que el control del ‘fiato’ casi no se vio afectado y los graves sonaron en general siempre consistentes, mientras en la zona aguda y sobreaguda se mostraba imbatible, con un timbre solar y seguro. Como siempre, vamos.

El mexicano arrancó con un cómodo Roméo de Gounod seguido del aria de ‘La  favorite’ coronada con un Re hermoso; estuvo espectacular en  ‘Le roí d'Ys’ y como Dom Sébastien, para encandilar con una de sus cartas de presentación, "Ah! Mes amis" de ‘La fille du régiment’ con sus nueve Do de pecho brillantes y generosos.

En la segunda parte se mostró más cauto hasta llegar fatigado y tenso al aria final de ‘Lucia’, donde un agudo sonó estrangulado. Se recuperó en la recta final –en el aria de Alfredo– y encandiló con su primera propina, “Flor roja”, de la zarzuela ‘Los Gavilanes’, antes de acabar de ganarse al público con una emotiva y accidentada ‘Rosó’.