'CATALONIA IN VENICE'

Decapitadas y adoradas

El Institut Ramon Llull llevará a la Bienal de Venecia una exposición que reflexiona sobre la relación bipolar del hombre con las estatuas

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Mauricio Bernal

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Los peatones (si la operación se hace de día) se detendrán a contemplar el espectáculo cuando menos con curiosidad: asistirán a la llegada de unos operarios que llenarán de arneses la estatua de Lluís Companys, arneses que se atarán a una grúa, grúa que alzará la estatua, estatua que será depositada en un camión. "¿Adónde va Lluís Companys?", preguntará alguno. O con más intención: "¿Adonde se lo llevan?" Las estatuas rara vez se mueven de su sitio, pero la del presidente republicano ubicada junto al Arc de Triomf, en Barcelona, se apresta a hacer un pequeño e interesante viaje, primero en camión –la parte oscura– y luego –la parte luminosa– en góndola. El señor Companys se va de excursión. Se va a la Bienal de Venecia.

"Es una constante sacarles los ojos y decapitarlas, como si fueran seres vivos", dice el comisario de la muestra, Pedro Azara

La escultura del madrileño Francisco López asentada en el cruce del paseo de Sant Joan con la ronda de Sant Pere ha sido una de las elegidas para formar parte de 'To lose your head (idols)' (‘Perder la cabeza, ídolos’), la exposición que el Institut Ramon Llull llevará a la feria artística por antonomasia en representación del arte contemporáneo catalán. No se ha metido en cualquier empresa el equipo responsable: para reflexionar sobre la singular relación del hombre y las estatuas, tema central de la exposición, cuatro grandes obras escultóricas serán trasladadas a Venecia. Companys aparte, el ‘Monumento a los caídos’, obra de Genaro Iglesias, actualmente en el depósito municipal del Ayuntamiento de Balaguer; ‘Record d’un malson’, de Joan Brossa –la cabeza de Porcioles en bandeja–, expuesta en el Museu de la Història de la Inmigració a Catalunya; y el paso del Sant Enterrament del Gremi de Marejants de Tarragona, obra de Salvador Martorell. Las cuatro viajarán en camión hasta Venecia y cubrirán el último tramo hasta el pabellón catalán… Bien, quizá no en una icónica góndola: en una barca.

La cabeza de Sadam

"Solo espero que logremos pasar bajo los puentes", bromeó el comisario de la exposición, Pedro Azara, durante la rueda de prensa celebrada este lunes para dar a conocer los detalles de la muestra. Quien viene a ser el cerebro de todo esto explicó los alcances de la reflexión: "La exposición se centra en la curiosa relación que tenemos con ciertos monumentos. Independientemente de la cualidad estética de las obras, hay estatuas que tienen la capacidad de suscitar reacciones, y hablo de reacciones físicas, que pueden ir desde la adoración –hay gente que besa estatuas– hasta el odio: entonces se las daña, de hecho es una constante sacarles los ojos y decapitarlas, como si fueran seres vivos". 'Perder la cabeza' es un capítulo más, el último por el momento, de la larga y concienzuda reflexión que ha llevado a cabo Azara sobre el tema –el tema de la imagen, de las representaciones–, pero, teoría aparte, hay una escena que puede que contenga todo o casi todo lo que quiere expresar la muestra.

La exposición incluye un libro de artista, una performance de Marcel Borràs y un audiovisual de Albert García-Alzórriz

Le ocurrió al propio Azara en los sótanos del Museo Arqueológico de Bagdad, en el 2009. "En un rincón había una estatua de bronce inmensa, decapitada, que estaba en el suelo, y era la famosa estatua de Sadam Husein que habían derribado tras la guerra. Entonces uno de los conservadores cogió la cabeza, que estaba en otro sitio, y me la tendió. Y yo, que no soy creyente ni nada por el estilo, no pude. Era una cabeza decapitada. Te miraba, era una cosa muy rara". Aparte de las cuatro ya mencionadas, la muestra documentará los casos de otras 11 estatuas (por ejemplo la recientemente vilipendiada de Franco obra de Josep Viladomat; la del Born) e incluirá una performance del artista Marcel Borràs, el audiovisual ‘OJOS/OJOS/OJOS/OJOS’, de Albert García-Alzórriz, y un libro que incluye diversas reflexiones sobre el tema a cargo de artistas como Perejaume, David Bestué o Daniela Ortiz.