CRÍTICA DE DANZA

'On Goldberg Variations / Variations': trazos invisibles, trazos latentes

Mal Pelo cuelga el cartel de completo en el TNC con un espectáculo que fusiona su lenguaje con una de las obras más populares de J.S. Bach

Un momento de la representación de 'On Goldberg Variations / Variations', de Mal Pelo

Un momento de la representación de 'On Goldberg Variations / Variations', de Mal Pelo / periodico

Valèria Gaillard

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Siempre inquietos ante lo que se cuece artísticamente a su alrededor, Mal Pelo inició hace 11 años un diálogo con el crítico de arte y escritor fallecido en el 2017 John Berger en el Teatre Lliure, un intercambio que hoy se materializa en forma de espectáculo. 'On Goldberg Variations / Variations', que colgó el cartel de completo este fin de semana en la Sala Petita del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), nace de una reflexión sobre la naturaleza del teatro ("allí donde sucede el reconocimiento de lo que nos resulta familiar y al mismo tiempo, la sorpresa, porque pasa por primera vez", dice Berger) y evoluciona hacia una confección del tejido lingüístico que envuelve una de las obras más populares de J.S. Bach, las 'Variaciones Goldberg'.

Quintaesencia del arte barroco, las 'Variaciones' son una cascada de sonidos en perpetuo contraste que divaga alrededor de un área principal para crear un edificio de coherencia compositiva. Mal Pelo se inspira en las improvisaciones del pianista de jazz Dan Tepfer y que descubren nuevos matices y correspondencias sonoras. Sobre esta base rica en guiños disonantes y ritmos alterados, los bailarines –Zuriñe Benavente, Jordi Casanovas, Enric Fàbregas, María Muñoz, Federica Porello, Pep Ramis, Zoltàn Vakulya– han creado una coreografía que juega con los cuerpos como si fueran notas evanescentes que corretean, se juntan, se dispersan, se activan o se detienen según una lógica difusa. A veces siguiendo el tempo y otras no para mostrar el reverso de la medalla.

La cadencia que busca la esencia del gesto y explora el cambio de peso que desencadena el movimiento dibuja un cuadro fluido donde los bailarines –que se presentan cabizbajos, como elementos inertes arrastrados por un viento que no controlan–, dejan que el volumen corporal siga, a veces, la dirección marcada por un repentino giro de cabeza. Como ya es sello de este grupo veterano dirigido por María Muñoz y Pep Ramis, la danza se combina con la palabra: poemas y textos de Berger, que se oyen grabados con su voz, pero también de Umberto Eco y Juan Gelman, que recitan los mismos bailarines. No falta poesía ni humor en esta pieza que ironiza también sobre el lado animal del hombre y su fragilidad ante lo infinito. Gracias a una proyección que inunda el escenario de líneas que se entremezclan como ramas frondosas a contraluz, emerge la idea de una confluencia de trazos, invisibles pero latentes, que forjan las miles de vidas –de viajes– en el tiempo y el espacio. Cierra el círculo bachiano un cuadro en el que los bailarines avanzan y retroceden en un andar pausado, dejando el gusto en la boca de una cierta nostalgia por el devenir de la humanidad.

Con este espectáculo de la Quinzena Metropolitana de Dansa, la compañía con sede en Celrà da un paso más en su Bach Project, que dará un nuevo fruto en el 2021.