OBITUARIO

Muere Agnès Varda, la cineasta libre

La directora de 'Cléo de 5 a 7' y 'Los espigadores y la espigadora' fallece a los 90 años dejando tras de si una obra fundamental en la ficción y el documental

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Quim Casas

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El 24 de septiembre del 2017, cuando Agnès Varda recibió en el Festival de San Sebastián el Premio Donostia por toda su carrera, la directora franco-belga, faro de la modernidad cinematográfica de los últimos años y figura capital del nuevo cine documental, dijo medio en broma medio en serio: "No estaría mal que me diesen dinero además de premios".

La obra de la directora, fallecida este viernes a los 90 años a consecuencia de un cáncer de mama, recorre el audiovisual desde la creación de la Nouvelle Vague hasta nuestros días. Porque la enfermedad no fue impedimento en estos últimos años para que siguiera rodando películas y recibiendo galardones: después del premio donostiarra se le otorgó un Oscar honorífico y los homenajes y retrospectivas estaban al orden del día.

Varda respondió siempre a la idea de un cine libre que indagara en todo tipo de formatos, contextos y géneros: "Hago un cine que es libre, pero la libertad no solo implica salir a la calle y gritar. Significa huir del encasillamiento y de los formatos establecidos. Significa utilizar el poder de la imaginación". Esto lo decía en el 2017, y se correspondía con el momento actual, cuando presentaba 'Caras y lugares', su colaboración con el artista gráfico JR, pero también con sus inicios, cuando rodó 'Cléo de 5 a 7' (1962), posiblemente su película más conocida y hoy tan reveladora: gira en torno a una cantante que espera los resultados de unas pruebas del cáncer mientras entabla relación con un soldado destinado a la guerra de Argelia.

En ese mismo 1962 se casó con Jacques Demy y juntos formaron una de las parejas más atípicas en el seno de la Nouvelle Vague: ni eran parte integral del movimiento comandado por Godard y Truffaut ni eran ajenos al mismo. Fruto de su relación nació Mathieu Demy, convertido después en realizador. Varda preservó hasta nuestros días la obra del director de 'Los paraguas de Cherburgo', restaurando los filmes y contribuyendo a la reivindicación de Demy como uno de los grandes autores del cine musical.

Después de 'Cléo de 5 a 7', Varda hizo otros filmes importantes en el último estertor de la nueva ola, como 'La felicidad' (1965). Se radicalizó políticamente al intervenir en el filme colectivo 'Lejos de Vietnam' (1967) y realizar el corto documental 'Black Panthers' (1968) a partir del arresto policial de un miembro de los Panteras Negras. Mayo del 68, Vietnam, movimientos civiles, los hippies… El mundo giraba y Varda giró con él. Ya nada sería lo mismo: 'Lions love' (1969) tiene como protagonistas a una musa de Andy Warhol y los responsables del musical 'Hair'.

Regresó al cine de ficción con 'Una canta, la otra no' (1977), en la que volcó sus primeras experiencias en el movimiento feminista, y 'Sin techo ni ley' (1985), un drama sobre la adolescencia ultrajada interpretado por Sandrine Bonnaire. Se sucedieron los filmes sobre Jane Birkin o en torno a Demy -'Jacquot de Nantes' (1991), rodado tras la muerte del director–, pero fue 'Los espigadores y la espigadora' (2000) el filme que volvió a situar a Varda en un lugar privilegiado en el mapa cinematográfico de nuestro tiempo. Su último trabajo fue la autobiografía creativa 'Varda by Agnès' (2019), presentado en el pasado festival de Berlín.

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