CRÓNICA

Tren Seeger, canciones para siempre en el Auditori

El homenaje al trovador estadounidense en su centenario contó con sustanciosas aportaciones de su cancionero por parte del grupo de Artur Gaya y las voces invitadas de Pi de la Serra, Pep Gimeno 'Botifarra', Gemma Humet, Coses y Joana Gomila

Quico Pi de la Serra y Arturo Gaya, en el homenaje de Pete Seeger en el Auditori

Quico Pi de la Serra y Arturo Gaya, en el homenaje de Pete Seeger en el Auditori / periodico

Jordi Bianciotto

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Como dejó caer Joana Gomila antes de brindar su voz clara a ‘Amor abandonat’ (‘Careless love’), las canciones de Pete Seeger “tienen sentido cuando las cantamos todos”, porque el propósito del trovador neoyorkino no era tanto lucirse como esparcir una semilla. Y aunque este sábado (cita de los festivales Barnasants y Tradicionàrius) el público de la sala 2 del Auditori fuera un poco tímido, el Tren Seeger, cuarteto dirigido por Arturo Gaya, consumó su misión celebrando un repertorio que representa la quintaesencia de la canción agitadora de conciencias.

Piezas que suelen combinar la fortaleza del mensaje con unas formas amables, propensas a la adaptación coral, con bonhomía, armonías sencillas y fuerza interior. Como ‘Si tingués un martell’ (‘If I had a hammer’) que tira de metáfora de herrería para “cambiar el mundo”, apuntó Gaya. Junto a él, un grupo sólido que no trató de reproducir la estética sonora de Seeger sino que la adaptó a unos parámetros más nuestros, con el acordeón pirenaico de Cati Plana haciendo en ocasiones un papel parecido al de la armónica, el contrabajo de Kike Pellicer (compañero de Gaya en Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries) y las guitarras de Sergi Trenzano. Y sin presencia del instrumento icónico de Seeger, el banjo.

Terremoto valenciano

El Tren Seeger avanzó con diligencia apuntando al antibelicismo en ‘Oh mare, no ploris més!’, en la voz de Gomila, que citó a su paisano mallorquín Guillem d’Efak siguiendo la máxima de la noche de llevar el ejemplo de trovador neoyorkino a las circunstancias propias. De los invitados, el más radical fue Pep Gimeno ‘Botifarra’, ‘cantaor’ tradicional valenciano poco familiarizado con la historia de Seeger pero que conecta con su esencia popular, y se destapó en unos atómicos ‘cants de batre’ prestados, dijo, del Tío Adrià, de la comarca de la Marina.

De ahí a los punteos de blues de Quico Pi de la Serra en ‘L’exprés de mitjanit’, original de Leadbelly, y a su canto airado en las ‘Petites capses’, ‘Little boxes’, de Malvina Reynolds, y en el ‘Tuberculosi blues’, de Jimmie Rodgers. Severa dulzura en el canto de Gemma Humet en ‘Què se n’ha fet d’aquelles flors’, y el público soltándose con Coses en ‘Aquesta terra és la teua terra’. El clímax lo puso ‘Guantanamera’, la canción cubana que Seeger divulgó en el mundo anglosajón y en la que cada voz puso su acento confirmando que estamos ante un legado adaptable a cualquier tiempo y lugar.