CRÍTICA DE CINE
'Viaje a Nara', delirio new age
Ni la indudable fotogenia de los escenarios no logra compensar ni el ritmo soporífero, ni el medioambientalismo bobo ni el misticismo
La nueva película de Naomi Kawase es la historia de una periodista que viaja a un bosque nipón ancestral en busca de una planta que libera esporas cada 997 años y es capaz de curar el dolor, o algo así. Allí se enamora de un guarda forestal y tiene sexo medianamente tórrido; y entonces el pasado y el presente y quién sabe si también el futuro empiezan a confundirse, y desde la mitad de la película empieza a resultar imposible saber a ciencia cierta qué está pasando. Al final, la indudable fotogenia de los escenarios no logra compensar ni el ritmo soporífero, ni el medioambientalismo bobo ni el misticismo new age.
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