CINE EUROPEO

Gustav Möller sirve la máxima tensión con solo un personaje

`The guilty', debut del danés Gustav Möller, es una película modesta que ha tenido una gran recepción

El director danés Gustav Möller.

El director danés Gustav Möller. / periodico

Beatriz Martínez

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Se ha convertido en uno de los ‘sleepers’ de la temporada, en una de esas películas-sorpresa que triunfan allá donde se estrenan. ¿El secreto de su éxito? Que mantiene en vilo al espectador durante 80 minutos y ofrece una claustrofóbica intriga de suspense con muy pocos elementos y mucha imaginación.

The guilty’ es la ópera prima del danés Gustav Möller y tiene varias particularidades: se desarrolla en un único escenario y tiene un solo protagonista. Unas limitaciones a las que el director logra sacar todo el partido posible gracias a dos elementos fundamentales: un guion lleno de giros inesperados y repleto de ambigüedad moral en torno a la idea de culpabilidad o inocencia y una puesta en escena de una precisión milimétrica en la que el rostro del actor Jakob Cedergren adquiere una importancia fundamental.

Asger es un policía que trabaja en una línea de emergencias. La mayor parte de las llamadas están relacionadas con pequeños hurtos o borracheras, hasta que en una de ellas escucha la voz de una mujer que dice haber sido secuestrada. A partir de ese momento, a través de la conexión telefónica seguiremos de manera frenética el estado de la situación desde distintas perspectivas (la policía, la hija, el marido y ella misma) y, aunque en pantalla solo veamos a Asger, lo más perturbador es que nos hacemos una idea perfectamente nítida de lo que ocurre al otro lado de la línea con solo escucharlo.

"Lo que no vemos siempre es mucho peor que lo que vemos. Por eso nos da tanto miedo la oscuridad"

Gustav Möller

“Siempre he pensado que la mejor forma de generar tensión es no enseñarlo todo”,  cuenta Gustav Möller. “Lo que no vemos, siempre es mucho peor que lo que vemos. Por eso nos da tanto miedo la oscuridad o las películas de terror antes de que salga el monstruo”. Efectivamente, esta película funciona en ese sentido como un cóctel muy potente de sugestión a través del sonido y el relato oral.

Resulta inevitable comparar ‘The guilty’ con ejemplos recientes como ‘Buried’, de Rodrigo Cortés o ‘Locke’, de Steven Knight, pero en esos casos el foco de atención se centraba en aquello que veíamos en pantalla, y aquí, en lo que no vemos. Aunque el mayor referente para Möller es sin duda el thriller setentero, Scorsese y sobre todo Sidney Lumet con ‘Tarde de perros’. “Me estudié su planificación e intenté hacer lo mismo”, reconoce. “De esa generación admiro su capacidad para hablar sobre el ser humano al mismo tiempo que eran capaces de componer un discurso político y entretener y conmover al espectador”.

El director estudió en la Escuela de Cine de Dinamarca y asegura que el espíritu del Dogma '95 sigue estando presente. “Nos han enseñado a filmar imponiéndonos restricciones, y tanto yo como mis compañeros de generación hemos aprendido así. Las limitaciones fomentan la imaginación”.  

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