ALFÉREZ DE LA 'ENTERPRISE'

Walter Koenig, una vida larga y próspera

El Chekov clásico de 'Star trek' visita Sitges para celebrar el 50º aniversario de la saga

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JUAN MANUEL FREIRE / SITGES

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La serie original de 'Star trek' solo tuvo tres temporadas, la tercera casi de milagro, y sin embargo, ahora estamos celebrando los 50 años de la franquicia. Walter Koenig sigue maravillado por el desarrollo de los acontecimientos. "Cuando llegué a la serie, era para rodar de una semana. Nadie me prometió nada. Y fíjese en todo lo que vino". 

Su alférez Chekov llegó a la 'Enterprise' en la segunda temporada, después de que el creador de la serie, Gene Roddenberry, pensara en atraer a las audiencias adolescentes con un "actor joven, irreverente, inglés, con aspecto de Beatle", según un memorándum enviado al director de cásting. "Yo leí ese memorándum", nos explica Koenig, quien recogerá en Sitges una Màquina del Temps. "Y en él se hablaba del personaje como una especie de Davy Jones de los Monkees. Yo tenía el pelo bastante corto, así que acudimos a Max Factor para elegir pelucas. ¡En mis primeros episodios, el pelo no es mío!".

UTOPÍA, PERO MENOS

Más adelante, se decidió que ese personaje juvenil sería ruso "para presentar una visión amable de las relaciones entre EEUU y Rusia, en plena Guerra Fría", según explica Koenig, cuyos padres eran rusos. Hay muchos motivos para estar orgulloso de haber formado parte de 'Star trek', pero quizá el principal sea su defensa de la armonía e igualdad: "La visión de Roddenberry suele definirse como utópica, pero no lo era tanto. Nos enfrentábamos a muchos problemas. Lo importante era que esa tripulación, de todos los sexos, razas y países, luchaba unida".

Todos eran iguales, aunque algunos actores "eran más iguales que otros", apunta Koenig. Se refiere a la cierta inactividad de su personaje durante buenos tramos de la serie original. "Me sentía infrautilizado. Yo entendía el sistema: eran tres actores principales y cinco subordinados… Y como había llegado tarde, tampoco me veía legitimado para quejarme. Pero cuando veías a los fans gritando tu nombre de ese modo, te preguntabas: '¿Cómo gritarían si además tuviera algo que hacer?'".

Koenig se sintió aliviado cuando en 'Espectros' (primer episodio de la tercera temporada) le dieron bastante que hacer. Y le entusiasma la película 'Star Trek IV: Misión, salvar la Tierra' de 1986 por "sus momentos solo de Chekov y hasta su música específica de Chekov".

RECUERDO PARA YELCHIN

De la reciente trilogía producida por J. J. Abrams, opina solo cosas buenas: "Es un reflejo de su tiempo, a muchos niveles, como nuestra serie lo era del nuestro. Hay quien dice que tienen demasiada acción y destrucción. Yo creo que en la serie original habríamos incluido mucha acción de contar con más presupuesto".

¿Y qué le pareció la interpretación del añorado Anton Yelchin de su personaje? "Me gustó, claro. Me hizo gracia que recuperasen los tics antiguos de Chekov. La muerte de Yelchin es una tragedia. Cuando murió Leonard Nimoy, me entristeció, pero no me devastó, porque había tenido una vida larga y rica. Yelchin tenía mucho por dar aún".