ENTREVISTA

Thomas Bidegain: "Lo bueno del cine de género es que es democrático"

El guionista de Jacques Audiard debuta con 'Mi hija, mi hermana', una historia en clave de wéstern

Thomas Bidegain.

Thomas Bidegain. / periodico

JUAN MANUEL FREIRE / BARCELONA

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Tras ejercer como distribuidor y productor, Thomas Bidegain empezó un día a escribir sus propios guiones. Acabó siendo mano derecha de Jacques Audiard en 'Un profeta' o 'De óxido y hueso'. Esta semana se ha estrenado su debut como director: el wéstern moderno 'Mi hija, mi hermana'.

En esta ópera prima cuenta la búsqueda, por parte de su padre y su hermano, de una joven que ha partido a hacer la yihad. ¿Algún titular fue su inspiración? No, primero pensé en la forma de la película y luego en la historia que iba a contar. La idea esencial era hacer algo moderno usando los códigos del wéstern. Luego, documentándome para otro filme, había leído sobre una ola de yihadismo que se desarrolló tras la guerra de Yugoslavia. Empezamos [Bidegain y su colaborador Noé Debré] a escribir en el 2011, antes de la llegada de ISIS, y fue muy raro empezar a leer testimonios de padres que eran iguales a las escenas escritas por nosotros.

Con esa búsqueda de un familiar capturado por otra cultura, se piensa rápidamente en 'Centauros del desierto'. Fue una influencia, pero también 'Río rojo', la película de Howard Hawks con John Wayne y Montgomery Clift. Es una historia de padre e hijo y también hay elipsis; quince años pasan en un momento. Y el personaje de Wayne se vuelve loco, muy obsesivo…

Solo por curiosidad, ¿ha visto la serie inglesa 'The missing'? Sí, sí, la he visto y es excelente. Y después está la versión original de 'The killing', que me interesó e influyó porque dedica mucho tiempo a los padres de la chica desaparecida.

Usted es más conocido como guionista. ¿Desde el principio fue la idea que usted dirigiera esta película? Sí, desde el principio. Tengo una cinefilia muy clásica y esta película bebe de esas referencias. La ambición era salir del típico cine francés, sobre todo de las óperas primas, en las que lo usual es que todo suceda en un café donde se discute quién se ha enamorado de quién.

Es cine de género con paisaje social, como 'Un profeta', que escribió con y para Jacques Audiard. Yo adoro el cine de género y en eso conecté con Audiard. Lo bueno del cine de género es que es democrático; toda la gente va a poder subir a ese tren. Si tienes una historia que engancha, todos se suben. Y una vez están todos dentro, puedes empezar a hablar del mundo.     

¿Es cierto que Elías Querejeta fue su primer mentor? Así es, empecé mi carrera trabajando para Querejeta. Mi suegro conocía a Elías y éste necesitaba enviar a alguiena Estados Unidos, donde había comprado una distribuidora. Fui para hacer una auditoría de esta compañía y al final me quedé ahí como jefe un par de años. Tuve suerte de empezar en esto con alguien que tenía una idea tan alta del cine.