INTERFERENCIAS
Otra forma de empezar
HACER UN HAWTIN
En el argot Sónar, 'hacer un Hawtin' es organizar una actuación sorpresa en un lugar inesperado. Y se le llama así porque el 'discjockey' Richie Hawtin se ha aficionado a las apariciones sorpresa. Miles de personas se reunieron el miércoles por la tarde en una pista de 'skate' a las afueras de Badalona, junto a la vía del tren y con la playa de fondo, para disfrutar de una sesión gratuita de bombo techno. Hawtin pinchó asediado por un público que se lo comía a fotos. Un espontáneo bailó ondeando una bandera española. Cuatro colegas aspiraron en común sobre una tarjeta del Bicing. Los miércoles son los nuevos jueves.
EL ENJAMBRE
Algún año las sutilezas sónicas de las instalaciones ubicadas en el pabellón Mies van Der Rohe han quedado ahogadas por el ruido del exterior: el bus turístico, los niños jugando en el parque... Este año no es así. La instalación 'Microtonal wall' de Tristan Perich, un panel con 1.500 pequeños altavoces, te reclama nada más entrar. Suena como un enjambre de abejas enloquecidas. Pero conforme lo recorres cambias de idea. Suena como una tormenta. No, como el caudal de un río. No, como un avión despegando. No, como una protesta callejera multitudinaria. Es un masaje sónico, pero también un invitación a ejercitar el oído y desarrollar la imaginación.
UN VACÍO ÉTICO
Extraordinaria conferencia, la de la investigadora australiana Kate Crawford. En un cuarto de hora demostró con ejemplos que la red no es neutral y que está gobernada mayoritariamente por varones blancos millonarios que perpetúan tres de los grandes males de nuestra sociedad: el racismo, el sexismo y el clasismo. De hecho, aseguró que el 'big data' se esta explotando sin ningún código ético y, lo que es peor, que en caso de plantear uno, pudiera ser dictado por individuos como Mark Zuckerberg, el creador de Facebook y gurú abonado al Mobile World Congress.
UN JUEVES DISTINTO
Los jueves suelen ser jornadas de calentamiento de las que sales un poco con las manos vacías y esperando a que llegue el sábado, cuando Sónar de Día echa el resto. Pero este jueves ha sido de los más entretenidos en años. Y, en buena parte, gracias a las sesiones de Nicola Cruz y Acid Arab. El ecuatoriano pilotó un viaje sonoro por Latinoamérica mientras los franceses bombearon un set especiado con sonidos magrebís. Y hay que ver lo bien que encajan charangos y crótalos, flautas peruanas y árabes, con las bases electrónicas. Aportaron el color y la frescura a un jueves para recordar.
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