Michael Faber: hasta el fin de los tiempos

El escritor publica 'El libro de las cosas nunca vistas', una fábula de ciencia ficción cuya escritura fue en paralelo a la enfermedad terminal de su esposa

El escritor Michel Faber, en Barcelona.

El escritor Michel Faber, en Barcelona. / periodico

ELENA HEVIA / BARCELONA

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Leer 'El Libro de la cosas nunca vistas', la sexta y extraordinaria novela de ese escritor tan particular que es Michel Faber (La Haya, 1960), es una experiencia emocionante. Por la intensidad de lo que relata, una historia de amor sin el menor atisbo de sentimentalismo, y por la exorbitante amplitud del foco de su cámara. La mujer se encuentra en la Tierra en un futuro que intuimos próximo. El hombre en un planeta a años luz llamado Oasis, donde  evangeliza a los ingenuos nativos armado con una vieja Biblia del rey Jacobo, de ahí el título del libro. Faber, un holandés criado en Australia que ha acabado convertido en escritor en las tierras altas escocesas, pisa el mismo terreno literario que David Mitchell, otro británico particular. Ambos son  capaces de moverse con soltura en el género, la fantasía o la ciencia ficción con elaborados ejercicios de entretenimiento que, además, obligan a pensar al lector.

Tras la historia de la novela hay otra historia. Y conociendo su tristeza, las cosas que ocurren en el libro adquieren una luz más intensa. Lo cuenta Faber, que expone crudamente pero sin dramatismo cómo le afectó en la escritura la muerte de su esposa, Eva Youren, con quien estuvo casado casi tres décadas. “Empecé este libro sabiendo que trataría de la separación de dos personas que se quieren, pero no imaginaba que mi mujer iba a sufrir un cáncer incurable y eso transformaría nuestras vidas. Cuando dos personas se aman, una enferma y la otra sabe que va a sobrevivir, ambos empiezan a vivir en planetas distintos”.  

AL PIE DE SU CAMA

Así que la obra  se convirtió de una forma general en una historia sobre la pérdida, “no solo de la vida, sino también de la juventud, de los recuerdos y también, de forma general, de la pérdida de nuestro planeta”. El proceso de elaboración de esta novela de más de 600 páginas, entre el 2006 y el 2014, fue una carrera de obstáculos, porque el autor tuvo que abandonar la escritura para cuidar a Eva. “Puede decirse que también el libro se convirtió en víctima de la enfermedad”. Recuerda la promesa que le hizo a su mujer, empeñada en que lo terminase: obligarse a escribir seis líneas cada día mientras durara el bloqueo. “Ella creía profundamente en el libro y me alegra que le diera tiempo a leer todas las versiones. De hecho, hicimos la edición del libro mientras ella estaba hospitalizada, yo recogía sus comentarios al pie de su cama. Fue un gran consuelo para mí que viera que el libro iba a ser publicado”.

Consuelo es un mantra que repite constantemente. Consuelo para sí mismo. Para el lector, “sin que eso suponga mentirte, no mirar a la realidad a los ojos”. Y también implica una aproximación a una cierta espiritualidad. “Yo soy ateo y estoy convencido de que no hay nadie allí arriba. Sin embargo, en la vida nos enfrentamos a situaciones a menudo insoportables. En este libro intento encontrar un equilibrio entre la cruda realidad, esa que nos dice que somos tan solo un pedazo de carne que se pudrirá y que no hay nada más, y el respeto por su alternativa”. 

A sus 56 años y con una trayectoria que incluye obras tan significativas como 'Petalo carmesí, flor blanca' o 'Bajo la piel'  -que fue película con Scarlett Johansson-, Faber anuncia que ha llegado al final de su carrera como novelista. Se niega a vincular esa decisión a su pena. “Lo decidí antes de que Eva enfermase. Creo que se publica demasiado y se talan demasiados árboles. A partir de ahora me dedicaré a escribir poesía y a terminar las novelas que Eva dejó inacabadas”. Es inevitable pensar en la última frase de de su novela: “Estoy contigo hasta el fin de los tiempos. Amén”.