reposición de la ópera de puccini

'Butterfly' made in USA

La soprano Patricia Racette debuta en el Liceu con su aclamado papel

Patricia Racette, la estrella del MET, en Barcelona.

Patricia Racette, la estrella del MET, en Barcelona.

MARTA CERVERA / Barcelona

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La norteamericana Patricia Racette debuta esta noche en el Liceu como Cio-Cio-San, rol que la lanzó a la fama siendo muy joven. La diva del Metropolitan, que ha protagonizado más de 150 vecesMadama Butterfly -también en el DVD de la producción del oscarizado Anthony Minghella- sigue descubriendo matices en el personaje dramático creado por Puccini. «No es solo la complejidad vocal sino que el rol es exigente tanto física como emocionalmente», destaca la artista.

La primera vez que cantóMadama Butterflysolo tenía 21 años. Ahora, cerca del medio siglo, admite que no es la mejor edad para enfrentarse al papel de joven japonesa engañada por un oficial de la marina de EEUU que se aprovecha de su ingenuidad para casarse con ella y abandonarla sin saber que ella espera un hijo. «Para interpretar a Cio-Cio-San necesitas cierta madurez, aunque el personaje no lo es pues tiene 15 años. Necesitas resistencia, sabiduría y saber dosificarte», subraya, encantadada de la producción del Liceu, firmada por Moshe Leiser y Patrice Caurier, que se repone por última vez esta temporada. «La puesta en escena me gusta, es muy estilizada y elegante», destaca la soprano, cuyos próximos retos profesionales incluyen el debut como Maddalena enAndrea Chénier, de Giordano, y como Minnie enLa fanciulla del West, de Puccini, además de July en el musicalShow Boat.

Racette nunca se ha limitado a la lírica. A la soprano, que derrocha desparpajo y simpatía, le encanta el cabaret, al que dedica su último disco,Diva on detour. «Necesito variedad. No puedo cantar siempre a Butterfly, Violeta, Liu y Mimí. Necesito meterme en otras historias diferentes para mantenerme fresca», afirma la artista, que sueña con el «jugoso rol» deLady Macbeth de Mtsenk, de Shostakovich. Trabajar con directores que aportan una nueva visión también es otra de sus debilidades. «Me encanta la gente que se atreve a cambiarlo todo, siempre que haya una coherencia interna entre la escena y la música. Presentar las cosas desde otra perspectiva es siempre enriquecedor», comenta la cantante, que ha venido a Barcelona con su esposa, la mezzo Beth Clayton.

CANTANTE COMPROMETIDA/Se conocieron interpretando La Traviata en 1993. Racette era Violeta y Clayton era Flora, su fiel amiga en la ficción. Para Racette, que nunca ha ocultado su lesbianismo, la normalidad con la que se ha aceptado el matrimonio homosexual en España es envidiable. «En EEUU solo está reconocido en algunos estados pero no a nivel federal. Si en nuestro matrimonio una de las dos falleciera, la otra debería pagar unos impuestos federales que las parejas mixtas no pagan. Es injusto», protesta.

Nadie diría que asumir con naturalidad su lesbianismo haya afectado a su carrera. «Pero es algo que nunca sabré», reconoce. Viendo sus éxitos, principalmente en EEUU -se prodiga poco en Europa- es difícil creer.