ENTREVISTA CON EL DIRECTOR DE 'BLANCANIEVES

Pablo Berger: «El público está preparado para saltos mortales»

'Blancanieves', segundo largometraje del cineasta bilbaíno, es la clara favorita de los Gaudí y los Goya. Berger tardó ocho años en realizar la película, maravilloso cuento macabro que viaja a la Andalucía torera de los años 20. No hay color. Tampoco sonido. Ni castillos. Sí hay una madrastra y una manzana. Y mucho talento.

OLGA PEREDA / Madrid

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Recién desembarcado del festival de Palm Springs (California), Pablo Berger escuchó el martes cómoBlancanieves -que opta a 12 premios Gaudí- también arrasaba en las nominaciones a los Goya: 18 candidaturas (todas a las que los productores se habían presentado). Al día siguiente, todavía pletórico, acudió a la Academia de Cine para hablar con EL PERIÓDICO. Y lo hizo no solo de su película sino de sus otras pasiones: contar cuentos a su hija; recordar sus años locos al lado de Álex de la Iglesia en Deusto; su aventura americana... No no se olvida de nada, tampoco de su pasado como empleado en la consultora Arthur Andersen.

-18 candidaturas al Goya. ¿Con cuántos cabezones se conforma?

-Quiero los 18 (risas). Todos los que han trabajado enBlancanievesse han dejado la piel.

-¿Qué hace un bilbaíno retratando la Andalucía torera de los años 20?

-En mis trabajos miro al sur, a los tópicos. Me gusta partir de ellos para darles una vuelta, un giro, una crítica cariñosa. Hay algo en el sur que atrae en el norte. Los polos se atraen.

-Pero sin acudir a topicazos. Su anterior filme, Torremolinos 73,no tenía suecas.

-Me gusta jugar con la sorpresa. Es la regla de oro de mis proyectos. Jean- Claude Carrière [guionista que trabajó con Buñuel] dice que la única regla de un guion es que sorprenda.

-¿Qué hay que tener para hacer una película muda y en blanco y negro en el siglo XXI?

-Valor.

-¿Y dinero?

-Mucho dinero. Y mucho tesón. Mucha paciencia. Sangre fría. Pero, sobre todo, tozudez. El camino deBlancanievesha tenido muchas curvas y obstáculos. También aliados, como un productor que confió en el proyecto.

-¿Muchas otras puertas se cerraron?

-Sí. Hablé con productores españoles importantes.Blancanievesno es una películaindiede bajo presupuesto. Todo lo contrario. Y no hay tantos productores que puedan abarcar eso. Ibon Cormenzana [de la productora Arcadia] fue el único que creyó en el proyecto. No sabía cómo la iba a financiar, pero me dijo unas palabras mágicas: «Es el mejor guion que he leído en mi vida». Recurrimos a ayudas europeas, a Francia...

-¿Le da rabia que encontrar financiación sea más fácil fuera que en casa?

-También me pasó conTorremolinos 73. Es así. Pero no tengo rencores. El cine es riesgo. Y el público quiere más. A veces menospreciamos a los espectadores pensando que quieren fórmulas anteriores que han tenido éxito. Pensamos que solo les gusta el cine comercial. Pero, en realidad, el público está preparado para saltos mortales. Lo ha demostrado con[REC],La soledad,Blancanieves¿

-Si a usted no le apasionara contar cuentos a su hija, quizáBlancanieves no existiría.

-Mi hija nació cuando se estrenóTorremolinos 73. Y durante la promoción internacional de la película escribí el guion deBlancanieves. Siempre le he contado cuentos a mi hija. Durante muchos años le conté uno cada día. Era un ejercicio, pero no solo para ella, para entretenerla, sino para mí, como guionista y director. Me inventaba historias. Le decía: dime tres palabras. Y con eso me inventaba un cuento. A veces mi hija, que ahora tiene nueve años, se va a Japón [la mujer de Berger es japonesa] y yo me quedo en España. Empiezo una historia y se la mando pore-mail y ella me contesta y me completa el cuento. Eso es el cine, historias. Más que un director de cine soy un cuentista. El origen del cine son los cuentos.

-Cuando se enteró de la existencia deThe artist [la cinta francesa muda y en blanco y negro que ganó el Oscar el año pasado] soltó: «Mierdaaaa». Su mujer, que tiene una filosofía muy zen, le ayudó a sobrellevar el trago.

-Ella es fotógrafa y cineasta. Es mi colaboradora más cercana. Juntos formamos la productora Mama Films.

Es parte fundamental de cada película que hago. Y es cierto que en su cultura se aceptan mucho mejor los contratiempos que en la judeocristiana. Ellos creen que todo pasa por alguna razón y por una mejor.The artistse estrenó en el festival de Cannes cuando estábamos a punto de rodarBlancanieves. Me cabreé porque el elemento sorpresa había desaparecido. Mi mujer me repetía:«Everything happens for the best». Y a la mañana siguiente me di cuenta de que era verdad, queThe artistlo único que podía hacer era abrir puertas a nuestra película.

-Habla con pasión del arte. Y eso que usted tiene un pasado en la consultora Arthur Andersen (actual Accenture). ¿Cómo colgó el traje de ejecutivo, si es que alguna vez lo llevó?

-Yo era como Javier Cámara enTorremolinos 73. Con 18 años hacía super-8. El cine me apasionaba, pero en mi generación, cuando uno le decía a sus padres que quería ser director, estos respondían: «Sé una persona de provecho, estudia». Ser cineasta era ser un titiritero. Eran los años 80 y todo aquello sonaba a: «Quiero ser astronauta». Me puse a estudiar una carrera, Informática, en Deusto. Y cuando acabé, claro, tenía que trabajar, así que cogí el periódico y llamé al primer sitio que vi en un anuncio. No sabía ni qué era eso de Arthur Andersen.

-Pero consiguió cumplir su sueño e irse a estudiar cine a EEUU.

-De los 17 años a los 23 fui al festival de San Sebastián. Dormía en pensiones y veía cinco películas al día. En todos los catálogos que encontraba de los hermanos Coen, de Scorsese, de Stone... veía que todos ellos se habían formado en la New York University. Escribí una carta y me enviaron un folleto en el que vi que impartían un máster en dirección de cine. Pero, claro, había sorpresa.

-¿Cuál?

-El precio. Costaba, no sé, cuatro millones de pesetas de la época. Y, además, recibían 1.500 solicitudes para 20 plazas. Siempre he creído que todo es posible. Hice un corto y gracias a ese corto conseguí una beca. Con 25 años me planté en EEUU. La paciencia es parte de mi naturaleza. El objetivo es llegar.

-Hizo ese corto, Mama, con Álex de la Iglesia, que se encargó de los decorados. ¿Vivió años locos a su lado?

-Álex y yo nos conocimos en el cineclub de Deusto. Los dos vimos un cartel en el que se anunciaba la reapertura del cineclub. Me acuerdo de la primera reunión... Álex era delgadito y tenía pinta de empollón.

-Estudiaba Filosofía.

-Sí, los dos éramos formales. ¡Qué de cine vimos juntos! En su casa, en la mía, en la filmoteca del Museo de Bellas Artes... Y nos corrimos muchas juergas. Vivimos en un Bilbao muy punk,undergroundy salvaje. Así fueMama: salvaje. Teníamos 22 años y el cine era diversión y locura. Álex y yo llegamos a escribir varios proyectos juntos, que no se llegaron a hacer. Éramos Zipi y Zape. Nos equilibrábamos porque él es un hombre de acción y yo soy reflexivo. Queríamos hacer cosas juntos, pero yo tenía el sueño de irme a EEUU.

-Y desde allí, ¿no le daba envidia ver cómo Álex de la iglesia empezaba a triunfar con sus largos?

-¿Envidia? Para nada, todo lo contrario. Mi madre me mandaba a EEUU los recortes de prensa cuando Álex salía en los periódicos. ConAcción mutante, por ejemplo. Me alegraba tanto... Le admiro. Es un visionario.

-Usted no es tan prolífico. Tiene dos películas. Perdone la pregunta, pero ¿se puede vivir así? ¿Cómo come y paga sus facturas?

¿Es una pregunta válida como cualquier otra, no se preocupe. Desde 1995 he tenido relación con la New York Film Academy y sigo ahí, dirigiendo escuelas de cine para ellos en París, Londres... Es decir, el mundo académico es una parte fundamental a la hora de poder generar ingresos y mantener a una familia. Además, enTorremolinos 73 no solo fui el director sino que también ejercí de productor. La película funcionó muy bien. Se vendió mucho.

-¿Y Blancanieves? ¿Han recuperado la inversión? ¿Podrá usted hacer otra película?

-Estamos recuperando la inversión. Está funcionando bien en la taquilla de aquí. Este fin de semana, a raíz de las nominaciones a los Goya, se han ampliado el número de copias hasta las 82. Ha habido compras por parte de las televisiones: TVE, TV-3, Canal Plus. En breve se estrenará en Francia... Es un éxito a nivel financiero. Y me da crédito para hacer otra película. Aunque me gustaría no tardar tantos años. Con tres me vale.

-¿Ya tiene pensado algo?

-Sí, ya tengo cosas en la cabeza. Tengo un guion listo.

-¿Con sonido?

-Con sonido.