Elvis revive en el Tívoli

Gasta el mismo tupé, vestuario y meneo pélvico que el mito de Tupelo. Y aviva, con su halagada voz y semblanza física, la leyenda de unos genes compartidos. Greg Miller, alzado al trono del mejor clon del Rey del rock, estrenará mañana en el Teatre Tívoli de Barcelona The king story (Elvis.... y yo),un musical producido en Las Vegas que rescata la trayectoria del ídolo y la relación que mantuvo con Miller.

«Elvis era un hombre triste porque nunca tuvo la vida que quería. Deseaba llevar una vida tranquila, ser feliz con su familia e hijos. La fama se lo impidió. Fue muy duro para él», cuenta el cantante y actor norteamericano, que se ha metido más de 6.000 veces en el pellejo del ícono al que conoció personalmente. Tanto que algunos creen que es hijo suyo. Entre ellos, su propio padre. «Sí, mi padre lo pensaba pero mi madre, aunque sí sé que conoció a Elvis, nunca quiso decir nada del asunto y por eso yo nunca me he querido hacer pruebas de paternidad».

«Me siento hijo suyo»

Para Miller son suficientes las muestras de cariño que le dispensó su ídolo durante casi una década, desde que era un crío de 10 años hasta la muerte del artista, en 1977. «Me llamaba a menudo, charlábamos, me escribía cartas y me regalaba discos, fotos, collares... Tras su muerte, su secretaria me dio unas grabaciones a petición de él. Me decía que me parecía a él. Era una relación peculiar, ¿no?». Los actos hablan por sí solos, resuelve. «Me siento como si fuera hijo de Elvis, pero no puedo decir que lo sea porque él no lo hizo».

Bajo la dirección de Juan Carlos Martín, premiado actor de musicales,The king storyentrelaza la historia de Elvis con la de Miller y desvela el trato entre ambos. El actor ha aportado al espectáculo documentos inéditos, como grabaciones de sus charlas, que se proyectan junto a otras imágenes del mito. También luce un traje que perteneció a Elvis. «Era generoso, simpático y muy religioso. Leía el Corán, la Torá, libros sobre Buda... Siempre tuvo un vínculo muy intenso con su madre, y quería una mujer como ella para compartir su vida pero no la encontró. Al perderla sufrió mucho, se sentía muy solo», cuenta el artista, que interpreta una larga veintena de canciones del Rey del rock, acompañado de una corte de 12 bailarines, un sexteto de músicos, un coro, y cuatro cantantes-actores.

Habla Miller en un español aprendido en San Diego, donde vivió antes de reinar durante 12 años entre los neones de Las Vegas con Legends in concert.Luego creó su propia compañía, con la queresucitó al mito en varios montajes. «Los espectadores y los críticos siempre me han elogiado», aduce el clon antes de entonar unLove me tenderque arranca los aplausos de los presentes. «Él era único. Yo solo pretendo que su leyenda continúe».