José Coronado: «He hecho de poli casposo, de poli bueno, de poli malo...»

-Es muy difícil hablar de El cuerpo sin destripar sus secretos y sorpresas...

-Cierto, cierto... Se puede decir que es un thriller psicológico sobre cuatro personajes inmersos en un situación extrema. También es una invitación por parte de Oriol [Paulo] a que nos lancemos al vacío en un viaje alucinante lleno de sorpresas. Sobre todo al final, porque la historia da un giro tremendo y debemos volver a la casilla de salida para elucubrar de nuevo sobre qué ha pasado. Mucho suspense y misterio...

-¿Qué le atrajo de El cuerpo?

-El guion, la historia. Es sencillamente alucinante. Después me enamoró Oriol por sus ganas de hacer. Esa primera película de un director que viene con los deberes hechos tras siete años barruntando un proyecto, esa ilusión... Veías todo eso y te decías: ¡Jo, qué maravilla! Trabajar con directores noveles siempre es una experiencia gratificante.

-¿Le costó salir de la piel de Santos Trinidad, el ya legendario policía de No habrá paz para los malvados?

-Tuve la suerte de que el Goya por No habrá paz... me tocó estando en la morgue, en pleno rodaje de El cuerpo (risas). Así que no me costó mucho salir de uno para entrar en el otro. Lo que sí me apetecía era diferenciarlos mucho. Santos Trinidad era una bestia humana, primaria. Jaime Peña, en cambio, es mucho más inteligente, retorcido, rebuscado, lleno de cinismo, de amargura, con olor a naftalina. Un tipo hosco, como anclado en el tiempo...

-Perdone la frivolidad, pero me gustaría saber de quién fue la idea de ese corte de pelo de su personaje tan, digamos, poco agraciado.

-Pues, ejem, fue propuesta mía. Me pareció un rasgo interesante para dar más realce al carácter oscuro del personaje. Cada vez que me ponía la gabardina y me alisaban el pelo (porque sí, sí, es mi pelo natural...) me salía un cuervo [encoge los hombros y hace un gesto de ave rapaz con las manos]. Ese pelo esconde todos los pecados de un hombre.

-Señor Coronado, ¿recuerda a cuántos policías ha interpretado ya a lo largo de su carrera?

-Yo creo que llevo ya unos 14 o 15 polis. Desde la serie Brigada Central, hace ya un montón de años, he hecho de poli casposo, de poli bueno, de poli malo... Es un gremio que me apasiona, absolutamente cinematográfico. Da para mucho.

-La pregunta, en fin, es un poco inevitable. Recortes económicos, subida del IVA. Un momento espinoso para el cine español.

-La situación es muy complicada. Nos están dando muchos palos de forma muy poco inteligente. Porque en Francia y Alemania han bajado el IVA y aquí, en cambio, se sube hasta el 21%. Y encima no se va a recaudar más: la gente dejará de ir a las salas. Pero yo soy positivo: cuando empecé en esto hace 26 años, el cine español ya estaba en la UVI y así lo sigo viendo 26 años después. Cuantos más palos nos dan, más nos encorajinamos. No nos van a hundir. Ya verá.