La declaración de Jordi Pujol Ferrusola

"Una relación solo sexual"

El mayor de los Pujol restó importancia ante el juez Pablo Ruz a su vínculo con Victoria Álvarez y a su denuncia

En la Audiencia 8Jordi Pujol Ferrusola, tras declarar ante Ruz

En la Audiencia 8Jordi Pujol Ferrusola, tras declarar ante Ruz

JESUS G. ALBALAT / SALVADOR SABRIÀ / BARCELONA

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Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del expresident Jordi Pujol, intentó que su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, el 15 de septiembre, sirviese para rebajar al máximo la credibilidad de su expareja o examante --según de quien sea la versión- Victoria Álvarez y negar todas sus acusaciones. La denuncia que esta mujer presentó en los juzgados hace ya casi dos años en la que acusaba a Pujol Ferrusola de turbios negocios y de blanqueo de capitales, incluido el transporte de miles de euros en fajos de billetes de Andorra a Madrid, ha derivado en su imputación por varios delitos.

Durante el interrogatorio al que le sometió el juez Ruz, y a cuya transcripción ha tenido acceso EL PERIÓDICO, Pujol Ferrusola rebaja su vínculo con Álvarez. Explica que la conoció «en un avión regresando de Madrid en el 2006» y la califica de «absolutamente esporádica». De todos modos reconoce que duró con cierta intensidad unos dos años y después se alargó hasta el 2012. «Tenemos una relación íntima sexual, en ningún momento hemos llegado a tener una relación una relación íntima de personal, no hemos tenido ninguna relación de convivencia».

A partir de esta entrada, cuando Ruz le pregunta sobre diferentes aspectos incluidos en la declaración de Álvarez ante el juez el 17 de enero del 2013, Pujol Ferrusola lo niega o le resta importancia a prácticamente todo. Así, si Victoria declaró que viajaron entre seis y 10 ocasiones a Andorra junto, él lo rebaja a solo tres. Y no solo niega que haya transportado fajos de billetes de 500 y 200 euros en una bolsa, sino que afirma que nunca estuvo con ella en la estación del AVE en Lleida dónde esta aseguró que vio el dinero en efectivo. La misma negativa mantuvo respecto a una conversación con su madre, Marta Ferrusola, desde un sin manos de un coche mientras viajaba con Victoria en Londres en la que aquella le decía que ya tenía preparados 400.000 euros. «Es falso», declaró Pujol, y para acreditarlo dijo que el vehículo que conducía era «un coche de alquiler de bajo nivel y con ningún tipo de sistema para usar altavoz en el móvil».

La conclusión de su ataque a Victoria Álvarez se podría resumir en esta frase: «Todo es mentira, ella misma ni se acuerda de lo que está diciendo desde el primer día». Sin embargo, en el interrogatorio el juez va desgranando operaciones citadas por Álvarez, referidas a empresas que pertenecen a Jordi Pujol Ferrusola en solitario, o compartidas al 50% con su exesposa de hecho, Mercè Gironès Riera.

Esta relación ocupa también una parte notable de la declaración. Explica que «hoy ya es mi exmujer desde junio del 2011» y «hacemos un pacto de que todo lo que ganemos será a medias». El juez se muestra sorprendido y le pregunta si «están separados, divorciados ¿cómo es eso?». Pujol responde: «Estamos separados, hemos presentado todos los papeles a nivel de notario pero no los hemos puestos en el juzgado». Y recuerda, en otro momento, que cuándo se casaron hicieron «un pacto de modo que ella y yo somos socios en todo al 50%».

Pactos verbales

La referencia es este pacto «verbal» tiene importancia porque marca buena parte de la declaración de Pujol. Con el argumento de que «ella se encargaba de todo», él impulsaba los negocios y decidía los proyectos, y «ella se encargaba de organizar los temas legales y administrativos». Una frase que utiliza varias veces cuando Ruz le pregunta por la forma de cobrar algunas operaciones. A título de ejemplo, cuando le cuestiona la diferencia entre una inversión que Pujol cifra en 1,4 millones de dólares en un proyecto en México y que en un escritura se limita a «un peso mexicano», la respuesta del primogénito es: «Le repito esto, tendrá usted también que hablar con mi mujer».Además, el reparto de las ganancias entre la pareja le sirve también para intentar justificar varias operaciones entre empresas de ambos, sobre las que recaen sospechas de delito contra hacienda.

Pujol Ferrusola se acogió al derecho de no contestar cuando el juez le preguntó sobre el comunicado de su padre, Jordi Pujol Soley, sobre la herencia escondida durante años en el extranjero. Para justificarse, explicó que este caso «es consecuencia de la violación del secreto bancario y toda la familia nos hemos unido para hacer frente a este tema».

La conocida afición del primogénito Pujol por adquirir y vender coches de lujo suscita el interés del juez en la última parte del careo. El interrogado la describe así: «Yo intento comprar coches a buen precio. No me dedico a la compraventa de coches. Solo compro». El tema surge a partir de un Jaguar por el que, según Ruz, se pagaron 3.600 euros. El imputado sostiene que fue menos, aunque no logra concretar cuánto dinero abonó por este. El magistrado le recuerda la lista de vehículos de alta gama que posee: Jaguar, Ferrari 328 GTS, Porsche 356, Lamborghini Diablo 132, Mercedes, McLaren, Ferrari Testarossa, Porsche 911. Y Pujol puntualiza: «El coche que no es clásico de todos estos es el Mercedes SLR».