ELECCIONES 27-S
Pablo Iglesias repite la canción
Los bailoteos socialistas están meneando tanto el esqueleto de la campaña del 27-S que el inquilino que vive en el piso de la izquierda se ha contagiado del ritmo y propone su propio repertorio. Lluís Rabell, candidato de Catalunya Sí que es Pot, entonó ayer una canción protesta de cuando la guerra de Irak, adaptación de aquel 'Si me quieres escribir' que compusieron los republicanos del frente de Gandesa durante la batalla del Ebro: «'Aunque venga Berlusconi, aunque venga Tony Blair, que se vayan todos juntos y se lleven al PP'».
Pablo Iglesias no llegó a cantar, pero para su debut en la gira catalana (tiene agendados 12 actos) subió al escenario bajo los acordes de 'Calma pueblo', de Calle 13 -«'Calma pueblo que aquí estoy yo...'»-, y acompañó sus 'hits' políticos de la jornada con algunos de sus referentes musicales. Habló de Lluís Llach como de un mito caído por su apoyo a Junts pel Sí e invocó a Kortatu para afirmar que, tal como cantaba el grupo vasco, «hay algo aquí [en Catalunya] que va mal».
¿Qué va mal, según Iglesias? Básicamente, que fuerzas de izquierdas de programa social parejo con el de Sí que es Pot estén dispuestas a facilitar la reelección del 'president' Artur Mas, con una pinza en la nariz, pero por el bien del 'procés'. En pleno Carmel barcelonés, uno de esos barrios obreros a los que Rabell aspira a sacar de su tradicional abstencionismo en las elecciones catalanas, el secretario general de Podemos entró de lleno en el cuerpo a cuerpo con la CUP --potencial receptora de exvotantes independentistas de ICV-- y reclamó a la candidatura de Antonio Baños que «mire a los ojos a la Catalunya popular» y le diga «a las claras» si piensa allanar la investidura del «señorito» Mas, «un proyecto de apellidos ilustres de Catalunya, de las 400 familias».
Iglesias acusó a los políticos progresistas que «trabajan para que Mas sea 'president'» de ser quienes están «dividiendo a Catalunya». Dividir a los catalanes es lo que el independentismo no ha dejado de reprochar al líder de Podemos desde que apeló a las raíces de los descendientes de quienes emigraron a Catalunya para animarles a votar el 27-S contra Mas. Ayer no cambió la canción, como mucho la moduló. Evitó alusiones a los orígenes familiares, pero vindicó «la Catalunya del extrarradio» como «la más auténtica» frente a los que «han impuesto que esa no es la Catalunya de verdad». Varios manifestantes independentistas profirieron gritos y exhibieron una pancarta contra el «etnicismo» de Iglesias.
EL CARMEL Y BADALONA
Más allá de su breve incursión musical, Rabell sacó pecho por las alcaldesas de Barcelona y Badalona (donde mitineó por la tarde) como demostración de que «sí se puede» no es un grito retórico. «¡Sonreíd porque los nuestros vienen llegando, porque lo hicimos en mayo, porque lo vamos a conseguir el 27-S y porque lo conseguiremos en las generales!», proclamó con el anhelo de repetir el 27-S ese 34,8% de los votos que obtuvo Ada Colau en el Carmel o un vuelco como el que se produjo en Badalona.
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