CAMBIOS PROTOCOLARIOS EN LA FAMILIA REAL

Elena, desbancada

La Casa del Rey saca a la infanta del palco principal y la reubica junto al jefe de la oposición durante el desfile del Día de la Hispanidad

Charla animada 8 Rubalcaba y la infanta Elena, ayer en el desfile.

Charla animada 8 Rubalcaba y la infanta Elena, ayer en el desfile.

MAYKA NAVARRO
MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La infanta Elena y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Ru-balcaba, protagonizaron ayer una de las fotos de la jornada. La hija del Rey presenció el desfile del Doce de Octubre junto al jefe de la oposición desde una de las tribunas de autoridades, y no desde el palco principal como era costumbre.«Algún día tenía que suceder», comentó la hija mayor del Rey a un grupo de periodistas cuando le preguntaron por el cambio.

La imagen sorprendió. Porque nadie se la esperaba, y porque no fueron pocos los que entendieron que se le podría haber ubicado junto a los ministros o las autoridades del Estado, y no junto al jefe de la oposición. Aunque a juzgar por las imágenes, ambos lo pasaron en grande y charlaron animadamente. La Casa del Rey explicó después que a partir de ahora solo los Reyes y los Príncipes participarán en los actos de representación del Estado. Un portavoz dijo que la Zarzuela lleva un tiempo estudiando cómo debía ser la representación, y que decidieron empezar con el desfile de ayer. Es evidente que la imputación del yerno del Rey, Iñaki Urdangarin, ha acelerado la medida. Precisamente ayer se cumplió un año de la última aparición oficial de los duques de Palma como miembros de la familia real, en el anterior Doce de Octubre.

Pasar revista a pie

Muchas cosas han cambiado desde entonces. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se estrenó en su primer Día de la Hispanidad con ausencia de los abucheos y silbidos con los que parte del público se había acostumbrado a recibir a su antecesor en la Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero.

El Rey, ostensiblemente mejor de sus dificultades de movilidad que el año pasado, sí pudo pasar revista a pie, y presenció el que ha sido el desfile más austero de los que se recuerdan. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, y su Estado Mayor estaban satisfechos con el resultado.«Estamos pidiendo muchos sacrificios a los españoles, no podíamos celebrar grandes fastos», dijo. Algo parecido a lo que después comentó el Rey en un corrillo con periodistas:«Ha sido un desfile ajustado a los tiempos que corren. Solemne y digno. Suficiente».

Salvo por un detalle por el que la Reina se mostró especialmente interesada e interrogó a Morenés y a cuanto militar se cruzó en su camino en la recepción: el paracadista que tradicionalmente portaba la bandera que se iza en la plaza de Neptuno. Morenés intentó explicarle a Sofía que con los recortes los únicos aviones que iban a volar esa mañana eran los de la patrulla Águila y que la bandera llegaría como lo hizo, doblada, en manos de un militar. Pero no debió de gustarle mucho la solución a la Reina, que insistió al Jefe del Estado Mayor del Ejército (Jemad), el almirante Fernando García Sánchez, que había que intentar recuperar el paracaidista para el año próximo.