El cineasta global que piensa «en mexicano»

Puestos a hacer historia, los Oscar se lanzaron al dos por uno el domingo. Alfonso Cuarón se convirtió en el primer director mexicano (y latinoamericano) galardonado como realizador. Y su Gravity logró siete estatuillas, incluidas la de montaje (también para Cuarón) y la de fotografía para su compatriota y amigo Emmanuel Chivo Lubezki.

El realizador de Grandes esperanzas, Y tu mamá también, Harry Potter y el prisionero de Azkabán e Hijos de los hombres se esforzó por recordar que «Gravity no representa la cultura mexicana» y que «la industria británica hizo que esta película sucediera». Pero  su victoria fue el triunfo de un país y un continente. O al menos así se quiso sentir. Y  se sintió cuando Cuarón admitió: «Pienso en mexicano».

No hay contradicción. Lo que explicaba después el cineasta más internacional de México -junto a sus amigos Alejandro González Iñárrity y Guillermo del Toro, a los que dio las gracias en su discurso- es que «no se presta suficiente atención a impresionantes expresiones de cultura mexicana que están sucediendo en este momento en México». Y lo que quiso fue reivindicar el mismo apoyo que él ha recibido «para otras películas salidas de México, rodadas allí, con temáticas y directores mexicanos».