Eduard Cortés: "El miedo es la gran arma del poder"

La cantante, compositora y multinstrumentista Sílvia Pérez Cruz debuta en el cine con la arriesgada película que le propuso Eduard Cortés (Barcelona, 1959): 'Cerca de tu casa', un musical sobre los desahucios que nació de la indignación y tristeza del director. Tras su paso por el festival de Málaga, la película llega a las pantallas.

¿Algún familiar o algún amigo suyo ha sido desahuciado? No, pero cuando todo esto comenzó, hace unos tres años, las cifras eran abrumadoras. Veía telediarios y leía prensa y me dolía. Me provocaba tristeza.

¿Se convirtió en un ciudadano indignado? La indignación me la provocaban los políticos cuando culpabilizaban al pobre hipotecado. El miedo es la gran arma del poder. Era un mensaje doloroso. Me afectó emocionalmente y llamé a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

¿Para qué? ¿Ya llevaba idea de realizar una película? No. Quería hacer algo, pero no sabía qué. Hablé con ellos. Fui a un asamblea y también acudí, como mero observador, a varios desahucios. En uno de ellos me quedé impresionado con una imagen: un policía sacando en brazos a una niña cuya familia acababa de ser echada de su casa. Y reflexioné sobre el agente. ¿Se ha hecho policía para hacer este tipo de cosas? Había mucha emoción y pensé que algo tenía que hacer.

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Una película. En la PAH me pidieron que no fuera oscura.

¿Cómo se le ocurrió la ida del musical? Por eso precisamente. Porque no quería hacer un telediario. Quería una mirada diferente y luminosa. En mi vida la música es un plus. Antes renuncio al cine que a la música, y mire que el cine es todo para mí. Pero la música es una compañera de viaje fundamental.

Y le propuso a Sílvia Pérez Cruz debutar en cine. La primera vez que la vi en un escenario, hace ya mucho tiempo, fue como una aparición. Luego la he visto más veces. Y sí, pensé que era perfecta. ¿Qué necesidad tenía ella de meterse en esto? Ninguna. Pero era mi apuesta. Piqué mucha piedra para convencerla.

El filme tiene cantidad de subrayados. Escribiendo el guion me daba miedo frivolizar. La realidad de los desahucios es así. Cabe poca sutileza. Mi intención, eso sí, ha sido huir de lo maniqueo y dejar claro que la superviviencia es la meta de los protagonistas. También me daba miedo hacer una película intelectual. Quiero que el espectador se emocione viéndola, que se sienta vivo.

¿Ha sido un producción al uso? El productor se puso a hacer números y vio que no salían. Así que todo el equipo ha cobrado una parte. Y la otra, a la espera de que haya beneficios. Es algo que no se me hubiera ocurrido hacer con 'The Pelayos', por ejemplo. Soy partidario del cine como profesión seria, como una manera que tiene mucha gente de ganarse la vida. Pero en este caso, o la hacíamos así o no salía.