El documental 'The cove' denuncia la matanza de delfines en Japón

Ir al cine este fin de semana resultará tremendamente didáctico, dado que las más destacables novedades de la cartelera están basadas en los libros de historia o, en el caso del documentalThe cove,en las páginas de actualidad. Se trata de una llamada a las armas contra el asesinato de delfines. Sus responsables, encabezados por un tipo atormentado por su pasado como adiestrador en la teleserieFlipper,se infiltran en la cala nipona de Taiji, un lugar prohibido que provee de delfines a parques marinos de todo el mundo y donde estos animales son descuartizados en masa por su carne –Japón tiene el monopolio del pescado mundial y sus prácticas están afectando el ecosistema marítimo--.

El resultado es un electrizante thrillerde espionaje repleto de cámaras ocultas o de visión nocturna y villanos acechantes, que nos plantea una interesante pregunta: ¿cómo somos capaces de tratar con tanto desprecio a la especie más cercana a nosotros en inteligencia?

Que hablamos de crueldad, hablemos de Benito Mussolini o, en concreto, de la primera víctima de su sed de poder. Porque aunqueVincererelata la evolución del Duce, de socialista anticlerical a demagogo defensor de la guerra a dictador fascista, se centra en su devota esposa secreta, Ida Walser, que le dio su cuerpo y todo su dinero. A cambio, él le engendró un hijo y luego renegó de ella e hizo que la detuvieran, la golpearan, le quitaran al niño y la encerraran en un psiquiátrico, donde murió.

'LA ÚLTIMA ESTACIÓN' / ¿Quién se atreve a negar que detrás de todo gran hombre –y Mussolini fue un gran malnacido— hay una subestimada mujer? Walser pagó muy caro su pacto con el diablo, y eso la conecta con otro recién llegado a la cartelera: el protagonista deEl retrato de Dorian Gray, un tipo tan celoso de su propio retrato –su imagen en el lienzo iba a permanecer siempre joven mientras él envejecía– que llegó a un trato con Mefisto para invertir los términos. Quienes hayan leído la novela de Oscar Wilde, uno de los grandes textos de la literatura del siglo XIX, ya saben que quién salió perdiendo con el trato.

Hablar de literatura del siglo XIX es hablar de León Tolstói. Sus obras maestrasGuerra y paz y Anna Kareninason lecturas obligadas en institutos y universidades. Sin embargo, poco sabemos de su biografía, y eso es lo queLa última estacióntrata de rectificar. Para ello, se centra en el último año de vida del maestro, después de que renegara públicamente del sexo y la propiedad privada y fundara el Tolstoyismo --movimiento cristiano anarquista--, y en concreto en su matrimonio con Sofya Tolstói, un apasionado romance de medio siglo que resultó en 13 hijos, que los condujo a ambos al borde de la locura y, claro está, que inspiró esos libros geniales.

'IO, DON GIOVANNI' / El arte, después de todo, imita la vida, y Carlos Saura nos lo reitera conIo, Don Giovanni, híbrido de teatro, ópera y cine centrado menos en la obra musical homónima que en las vidas de sus autores, Wolfgang Amadeus Mozart pero, sobre todo, Lorenzo da Ponte. Autor de los libretos de tres de las óperas más conocidas del austriaco --Las bodas de Fígaro, Così fan tutte y la que nos ocupa— y figura rematadamente pintoresca, Da Ponte ejerció el sacerdocio hasta que lo expulsaron de Venecia en 1779 tras saberse que era dueño de un burdel y padre del hijo de una prostituta. Trasladado a Viena, protagonizó seducciones, engaños y traiciones, mujeres fatales y, en general, mucho canalleo. Vivir así y durar 87 años, como él hizo, sí es puro arte.