Los estrenos de cine de la semana

J. J. Abrams vuelve a pilotar la Enterprise

Star Trek: En la oscuridad' es la segunda incursión del creador de 'Perdidos' en la saga intergaláctica

Benedict Cumberbatch ('Sherlock'), nuevo villano de la serie.

Benedict Cumberbatch ('Sherlock'), nuevo villano de la serie.

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

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J.J. Abrams es un hombre omnisciente en la cultura de nuestro tiempo. Aquí tenemos a un creador que sabe saltar de la televisión al cine sin despeinarse, que crea mitologías propias (series comoPerdidosyAlias) y renueva las ajenas (Star Trek), cuyas películas dominan los espacios publicitarios de estaciones de bus pero también las portadas de publicaciones exigentes comoCahiers du Cinéma, que en su último número dedica hasta 17 páginas al mundo Abrams. Y no es su primer dosier del hombre. Del dios, dirán algunos.

Abrams está en todas partes y así será, según parece, por un tiempo. Porque su próximo proyecto es nada menos que reanimar la cosmogoníaStar Wars, franquicia popular donde las haya, y también porque su productora Bad Robot no para quieta, con proyectos por igual en televisión y en cine, incluyendo un filme sobre la estrella caída del ciclismo Lance Armstrong.

¿Cuál es el secreto del éxito de Abrams, su toque mágico? ¿Por qué todos confían en él (a pesar de la polémica desatada por el final dePerdidos y series fallidas comoUndercovers yAlcatraz)? Motivos puede haber varios, desde su conocimiento de la cultura pop a su precisión como cineasta, pero existe uno primordial: el misterio. J. J. impregna todos sus proyectos con un aura de suspense imposible, de enigma sublime, de posibilidades infinitas; y ese aura recubre desde las campañas promocionales -extensas y virales, redefiniendo las reglas del juego- hasta el resultado final de producciones que uno termina sin saberlo todo.

Esta noción del «todo es posible» se resume en la famosa «caja del misterio» de la que Abrams habló en una conferencia hace cuatro años. Se trata de una caja de trucos de magia -con un interrogante en el centro- que compró de niño y que, al parecer, no ha abierto desde hace varias décadas. «Representa las posibilidades infinitas», dijo Abrams en su charla. «Representa la esperanza; representa el potencial… El misterio es el catalizador de la imaginación… Quizá hay momentos en que el misterio es más importante que el conocimiento».

Star Trek: En la oscuridad llega también con carga de misterio, un giro de guión importante que Abrams lleva meses intentando mantener en secreto. Algunos se preguntan si ese misterio ha de ver con la aparición sorpresa de un personaje emblemático de la saga creada en los 60 por Gene Roddenberry.

NO SOLO PARA INICIADOS/ Con misterio a descubrir o no, esta segunda Star Trek de novísima generación -la séptima en el cómputo total de entregas cinematográficas- era un título esperado. El anterior episodio recaudó en todo el mundo casi 400 millones de dólares, quizá por ser algo irrespetuosa con el más cerebral universo original; aquí había acción a raudales. EstaStar Trek inesperadamente vibrante no gustó a algunos ultraístas, pero introdujo con éxito al capitán Kirk, el doctor Spock y el resto de la nave Enterprise en el imaginario de una nueva generación de espectadores. El reinicio era simbólico en un prólogo donde se mataba al padre y se ponía en órbita al hijo, el nuevo Kirk.

Abrams quería hacer una película no solo para iniciados, sino para cualquier espectador ávido de buen cine-espectáculo. Y esa intención se refuerza enStar Trek: En la oscuridad: «No tienes que haber visto nuestro primer filme o la serie original», ha dicho Abrams. «Es su propia cosa. Si lo has hecho, tendrás tu recompensa, pero no es obligatorio».

La nueva película empieza donde acabó la anterior, con el Enterprise en mitad de una aventura de exploración a través de las estrellas. En breve, Kirk sufre una crisis personal y la Starfleet (organización que mantiene la paz intergaláctica) ve sacudidas sus instalaciones en Londres por un ataque terrorista. Nuestros héroes deberán seguir al villano responsable (Benedict Cumberbatch,Sherlock) hasta territorio klingon. Por el camino, preguntas éticas como las que se hacía laStar Trek de los 60: ¿hasta dónde podemos llegar en la guerra contra el terrorismo? ¿Y en qué momento empieza la supuesta justicia a violar nuestros valores?

UNA NUEVA ESPERANZA/ Lo que parece improbable es que Abrams se encargue de la siguiente. «Es algo agridulce que debo admitir, ha declarado. Ahora mismo (y seguramente por largo tiempo) está enfangado en la nueva saga de Star Wars, una operación clave para Disney, que compró el imperio Lucasfilm el año pasado por 4,05 billones de dólares. Hay previstas tres secuelas y otras dos películas aparte sobre personajes del mismo universo.

La primera parte se estrena en el 2015 y supone la realización de un sueño vital para J. J. Abrams, más fan de Star Warsque de Star Trek. Decía el guionista Roberto Orci, colaborador de Abrams en la serie Fringe (Al límite) y la saga trekkie, sobre su fichaje: «Sabía que amaba tantoStar Warsque mi primer pensamiento fue: 'Oh Dios mío, mi amigo va a hacer lo que siempre ha querido hacer'. Por otro lado, soy un loco de Star Trek,y pensé, '¡Qué traidor!'»