Los republicanos radicalizan el Tribunal Supremo de EEUU
Los conservadores cambian las reglas para poder confirmar al juez propuesto por Trump
Ricardo Mir de Francia
Periodista
Especialista en política internacional y reportero. Fue corresponsal en Washington durante una década, donde cubrió las presidencias de Obama, Trump y los inicios de Biden. Antes estuvo otros seis años en Oriente Medio. Licenciado en Periodismo por la Pompeu Fabra y con estudios de posgrado en Derecho Internacional, se ocupa actualmente de la guerra en Ucrania. Interesado también en temas de investigación, geopolítica de la energía, cambio climático y economía.
RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON
El Tribunal Supremo era el penúltimo espacio sacrosanto de la política estadounidense, casi el único lugar donde todavía se exigía un mínimo de consenso bipartidista para elegir a sus magistrados, unos jueces que juran el cargo de forma vitalicia y que, en cierto modo, tienen más poder para transformar el país que el propio presidente. Pero esa vieja tradición ha quedado pulverizada de un plumazo este jueves, después de que los republicanos aprovecharan su pírrica mayoría en el Senado para cambiar las reglas y circunvalar la oposición de los demócratas a la designación de Neil Gorsuch, el hombre elegido por Donald Trump para llenar la plaza vacante en el Supremo. La decisión tendrá profundas consecuencias. La tribalización de la política, el sectarismo extremo, es esto.
A partir de ahora, bastará una mayoría simple en la Cámara alta (la mitad más uno de los votos) para confirmar a los jueces de la máxima instancia judicial del país. De esa forma, el partido que controle la Cámara podrá imponer a quien quiera, lo que dará pie a perfiles más radicales y adeptos a la ortodoxia del partido de turno. Son malas noticias para la democracia. A corto plazo permitirán a los conservadores confirmar a Gorsuch este mismo viernes, pero a la larga contribuirán a perpetuar la división y el hiperpartidismo en Washington.
El cambio de las reglas se ha precipitado después de que los demócratas bloquearan con sus votos la confirmación de Gorsuch, el juez llamado a ocupar la plaza vacante que dejó el fallecimiento de Antonin Scalia. Los republicanos necesitaban 60 votos, la mayoría cualificada exigida hasta ahora, pero solo tres demócratas les apoyaron y su intentó fracasó 55 a 45. Fue entonces cuando decidieron optar por la llamada "opción nuclear", el cambio de las reglas que fija el requisito en una mayoría simple.
INCLINACIÓN A LA DERECHA
El partido de Mitch McConnell se ha escudado en el hecho de que fueron los demócratas quienes cambiaron en 2013 el listón para confirmar a los miembros del Gabinete y a los jueces de distrito, pero también es cierto que dejaron inalteradas entonces las reglas imperantes para los jueces del Supremo. “No debería ser así”, ha dicho a modo de protesta el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer. “Cuando un nominado no consigue suficientes votos para ser confirmado, la respuesta no es cambiar las reglas, sino cambiar al nominado”.
El Supremo cuenta con nueve magistrados, que tienen la última palabra sobre asuntos tan trascendentales como el aborto, el matrimonio homosexual o la tenencia de armas. Actualmente hay cuatro jueces progresistas y cuatro conservadores. Con la designación de Gorsuch, el tribunal se inclinará ideológicamente hacia la derecha, a pesar de que los magistrados son independientes y en ocasiones votan en contra de su supuesto perfil ideológico.
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