ESCÁNDALO DIPLOMÁTICO

Alemania espió al Gobierno de EEUU

Los servicios de inteligencia (BND) pincharon los teléfonos de 4.000 instituciones y empresas en Washington desde 1998 al 2006

Angela Merkel este jueves en Bruselas.

Angela Merkel este jueves en Bruselas. / periodico

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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No conocía ni podía conocer nada”. Después de tres años de investigaciones, el pasado 16 de febrero una sonriente Angela Merkel se sentaba frente a una comisión parlamentaria para asegurar que no tenía nada que ver con el escandaloso caso del espionaje alemán que llevó a espiar a sus ciudadanos y a socios europeos para pasar la información a los Estados Unidos. Pero ahora las palabras persiguen a la cancillera alemana. Según ha revelado este jueves el semanario ‘Der Spiegel’, Berlín también habría tenido a varios despartamentos de Gobierno estadounidense en su punto de mira.

La investigación apunta a que entre 1998 y el 2006 los servicios de inteligencia alemanes (BND) espiaron a casi 4.000 objetivos estadounidenses entre los que figuran organismos gubernamentales como el Departamento de Estado o el del Tesoro, feudos de la diplomacia y de la economía de la primera potencia mundial. Berlín también pinchó el teléfono y el correo electrónico de grandes empresas como la militar Lockheed Martin o la agencia espacial de la NASA, de embajadas instaladas en Washington y de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Incluso universidades y oenegés como Human Rights Watch vieron su privacidad violada.

ALEMANIA ESPÍA EXTRANJEROS Y PERIODISTAS

Lejos de cerrarse, la polémica por los abusos cometidos por Alemania contra sus propios ciudadanos y sus aliados en medio mundo sigue creciendo. El 24 de febrero, ‘Der Spiegel’ reveló que entre la larga lista de víctimas del BND también figuraban cincuenta periodistas de medios internacionales. En ese “monstruoso ataque a la libertad de prensa”, como lo catalogó la organización Reporteros Sin Fronteras, estuvieron bajo vigilancia a reporteros de la agencia ‘Reuters’, la británica ‘BBC’ y el estadounidense ‘The New York Times’.

A pesar de que toda la información que se ha ido destapando a lo largo de los últimos cuatro años ha indignado profundamente a parte de la ciudadanía, el Gobierno alemán ha seguido su camino sin torcerse y sin depurar responsabilidades. Así, en octubre se aprobó una ley que bajo el pretexto de controlar al BND legaliza espiar a individuos e instituciones extranjeras.

Las revelaciones abren un nuevo y sonrojante capítulo en el espinoso escándalo de la inteligencia alemana. En junio del 2013, el exempleado de la CIA Edward Snowden hizo temblar al mundo al filtrar miles de documentos secretos que revelaban que Estados Unidos espiaba de forma indiscriminada a sus ciudadanos y a aliados internacionales, con Merkel en la cabeza. “Espiar a los amigos es totalmente inaceptable”, remarcó entonces la cancillera. Sus palabras la siguen persiguiendo.