NEGOCIACIÓN TINANCIERA

Acuerdo 'in extremis' en el BPI

Oficina principal del banco portugués BPI en Lisboa.

Oficina principal del banco portugués BPI en Lisboa.

HELENA PONCINI / LISBOA

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Faltaba apenas una hora para que expirara el plazo dado por el Banco Central Europeo cuando Caixabank e Isabel Dos Santos anunciaban la firma de un acuerdo. Tras semanas de negociacionesnegociaciones, los dos mayores accionistas del Banco Português de Investimento (BPI) acordaron al filo de la medianoche del domingo una solución para que la entidad pueda deshacerse de sus activos angoleños –tiene el 50,01% del Banco de Fomento de Angola-, tal y como le exigía Bruselas desde hace más de 15 meses, bajo la amenaza de imponerle importantes sanciones.

Tras el anuncio, la Comisión del Mercado de Valores suspendía la cotización de las acciones del BPI hasta conocer en profundidad los detalles de la operación, cuyo contenido no se ha divulgado. El comunicado, emitido por el pasado domingo, se limitó a informar de que las negociaciones entre sus dos mayores accionistas habían “concluido con éxito”, poniendo fin a más de un año de enfrentamiento entre ambos.

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Tal y como se ha apuntado durante semanas, según medios lusos Isabel Dos Santos se hará con el control de la participación en el BFA, que incluso podría cotizar en la Bolsa de Lisboa. Falta saber cuál es el precio pagado por Caixabank por las acciones de la inversora angoleña, cuál es el porcentaje adquirido y si será necesario el lanzamiento de una OPA -como ya intentó el año pasado- para hacerse con el control del banco portugués, el quinto más importante del país por número de activos. 

PRIMERAS REACCIONES

El primer ministro luso, el socialista Antonio Costa, que asumió desde el principio una actitud activa en el proceso, se ha mostrado satisfecho y ve como una “señal de confianza” en el mercado portugués el resultado de las negociaciones. Es una postura compartida por el presidente de la República, el conservador Rebelo de Sousa.

Durante las últimas semanas, el 'caso BPI' se ha convertido en eje central del debate público que existe en el país sobre el estado del sistema bancario y financiero. El aumento en los últimos meses de la presencia española en la banca portuguesa es motivo de controversia y ha generado incluso un movimiento contra la “españolización”.

El acuerdo pone fin a más de un año de divergencias entre Caixabank y Dos Santos -poseedores hasta la fecha del 44% y del 18% del banco portugués, respectivamente- y a la situación de bloqueo que sufría la entidad. La empresaria contaba con el mismo poder en el banco que la firma catalana debido a los límites del derecho a voto en el BPI, establecidos un máximo del 20% con independencia de cuál fuera el peso accionista.