Martin Freeman, el hobbit que quiso ser punk

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BÁRBARA CELIS

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La fama es un animal sin escrúpulos, que todo lo devora y que a menudo fagocita incluso a quienes de protagonistas se convierten en sus víctimas. Martin Freeman pudo haber sido uno de sus damnificados. Lo temió durante los meses previos al estreno de 'El Hobbit: un viaje inesperado', la primera entrega de la trilogía de Peter Jackson dedicada a la odisea de Bilbo Bolsón a través de los mundos imaginados por J. R. R. Tolkien en el libro-prólogo a 'El Señor de los Anillos'. Pero un año más tarde, cuando está a punto de estrenarse 'El Hobbit: la desolación de Smaug', segunda película de la saga en la que Freeman encarna precisamente al hobbit-estrella Bilbo, el actor británico dice respirar tranquilo puesto que el temido apocalipsis personal que podría haber sufrido al convertirse en un actor de fama internacional no ha llegado. O quizás sea él quien no ha permitido que llegue, puesto que lidiar con la fama no era nada nuevo para este actor de 42 años.

Mucho antes de que Peter Jackson le escogiera para protagonizar esta superproducción (“a la que ningún actor del mundo podría o debería resistirse”, aseguró), Freeman ya era un intérprete muy popular en su Gran Bretaña natal gracias a las series 'The office' (la original británica, con Ricky Gervais) y 'Sherlock', donde encarna al doctor Watson. “Con todo esto, aún podía viajar tranquilo a cualquier país de habla no inglesa sin que me reconocieran. Afortunadamente parece que sigue siendo así”, confesaba durante un encuentro en Londres el pasado septiembre, donde Freeman recibió a DOMINICAL.

Serio pero amable, locuaz pero de lengua afilada, el actor que de no haber sido un 'hobbit' podría haber sido un músico conversó con ironía sobre la fama, la buena suerte, el peso del dinero en el cine y adelantó escuetamente su futuro: será uno de los protagonistas de la serie televisiva 'Fargo', basada en la célebre película de los hermanos Coen.

Una vida bastante "manejable"

¿También temía hacerse famoso cuando decidió ser actor? Nadie decide ser un actor pensando: ‘Quiero ser pobre, no quiero comer, no quiero que me den trabajo’. Lo contrario es ser famoso. La esperanza cuando empiezas es que a la gente le guste cómo actúas. Pero no creo que el día a día de la fama sea algo en lo que piense un aspirante a actor. Yo terminé la escuela de arte dramático en 1995. Era un mundo muy diferente. La información no era tan inmediata y creo que la obsesión por la intimidad de las celebridades no era tan fuerte. Pero estoy convencido de que la fama cambia tu vida solo si tú lo permites. Si decides jugar a ese juego de todo lo colateral que acompaña ahora a la fama, las consecuencias son imprevisibles. Pero yo nunca he jugado a eso, así que mi vida sigue siendo bastante manejable.

¿Trabajar en una superproducción como ‘El Hobbit’ le hace sentir la presión del dinero o eso se siente más en películas pequeñas?

Se siente de forma diferente. Yo, en 'El Hobbit', lo que sentí es que me mimaron más que nunca, en eso se nota el dinero, en cómo te cuidan, en cómo te tratan, algo que es imposible en una producción pequeña. Para un actor, la presión del dinero se siente más cuando hay poco. En cambio para un director supongo que es al revés. La presión que debe de sentir Peter Jackson ante un proyecto de semejante envergadura es enorme. Cuando haces una obra de teatro con poco dinero y estás en la última semana de ensayos y te dispones a estrenar… Eso sí que asusta. En cambio, estrenar 'El Hobbit' no me agobió en absoluto.

¿Tampoco sintió la presión de los fans? La saga tiene millones de seguidores en todo el mundo…

No. A lo mejor la hubiera sentido si yo mismo hubiera sido un fan del libro desde que tenía 10 años, pero yo llegué a 'El Hobbit' como actor, como lector y como profesional para actuar, pero nada más. Sin duda para aquellas personas para las que 'El Hobbit' es su vida con mayúsculas, esas personas a las que les da igual la crisis económica, o los atentados en Kenia, si realmente esto es lo único importante en su vida… Buena suerte y que Dios los bendiga, pero yo nunca podré satisfacerles, nunca podré ser el Bilbo que tienen en su cabeza. Lo repito, nunca sentí su presión.

¿Cree que superproducciones como ‘El Hobbit’ son las películas que van a sobrevivir en los cines?

Parece que cada vez hay menos sitio en las grandes pantallas comerciales para las películas pequeñas. Supongo, aunque es una gran pérdida para todos. Yo quiero que la gente vaya a ver 'El Hobbit', 'Los vengadores', todas estas grandes producciones, pero también las otras. Claro que en un mundo ideal me gustaría que los médicos y las enfermeras estuvieran mejor pagados que yo. No voy a regalar mi dinero, pero creo que en un mundo ideal debería ser así. La mejor ecuación es que todos pudiéramos elegir qué ver en el cine, pero desafortunadamente ya no siempre ocurre.

¿Se planteó ser actor como una aventura, igual que Bilbo se plantea la suya?

En cierto modo sí. Creo que ocurre con todas las profesiones vocacionales en las que hay muchas posibilidades de que seas pobre y no puedas pagar el alquiler o invitar a tus amigos a una cerveza. Si aun sabiendo que hay muchas probabilidades de que eso ocurra decides lanzarte es porque estás dispuesto a vivir una aventura. Es una causa noble.

¿Hasta qué punto cree que la suerte tiene peso en el éxito de un actor?

Creo que tiene mucho peso.

¿Más que el talento?

Bueno, yo quiero creer que me va bien porque tengo talento. Las dos cosas son importantes, pero es una cuestión de 'timing' y de oportunidades. Por ejemplo, que 'El Hobbit' y 'Sherlock' hayan aparecido en mi vida al mismo tiempo es suerte, al margen de que yo sepa actuar.

Ha rodado en España ‘Animals’, a las órdenes de un joven director catalán, Marçal Forés.

Vi un trailer que había hecho en Youtube y me gustó. Él me quería conocer y como estaban haciendo un 'casting' en Londres, aprovechamos para encontrarnos. Me gustó el guion que me enseñó y por eso acepté trabajar con él.

¿Eso es lo que siempre le lleva a elegir sus películas, el guion?

Sí.

Pero en ‘El Hobbit’ no había guion cuando se lo ofrecieron.

Ya, pero a un proyecto como 'El Hobbit' no le puedes decir que no. Hay que saltar sin pensar.

He leído que una de sus pasiones es la música.

Si realmente tuviera el talento para ello, me hubiera dedicado a la música. Es lo primero que me gustó, desde siempre. He tocado en algún grupo con mis hermanos y aunque tengo sentido del ritmo, realmente no se me da muy bien. Pero fue una de mis obsesiones.

¿Recuerda cuál fue el primer disco que compró?

Claro, debía tener 9 o 10 años. Fue el primer disco de The Specials. Después, durante años, me enganchó el punk. También me ha gustado la música de la Motown. En realidad me gusta casi todo.

¿Cree que hoy se sigue haciendo buena música?

Soy demasiado viejo, no lo sé. Cuando tenía 20 años estaba muy al tanto de lo que había, pero ya no estoy tan obsesionado. Ahora sé lo que me gusta, lo escucho, pero ya no me subo al autobús para ir a comprar discos, algo que antes para mí era religión.

Además, ya no quedan tiendas en las que comprar discos

Así es. Lamentablemente.