La situación de los dos grandes

Sobrevivir al clásico

El Barça aguanta al once de gala del Madrid con la defensa suplente y los blancos todavía aspiran a la Liga

JOAN DOMÈNECH / MARCOS LÓPEZ
BARCELONA

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El único que salió dañado del clásico fue Dani Alves, con una rotura en el bíceps femoral izquierdo que le tendrá tres semanas de baja, y algo menos Cristiano Ronaldo, con un esguince en el hombro izquierdo, que ni siquiera le impide ir con su selección. El Barça-Madrid se saldó sin heridos en el plano colectivo, con los azulgranas sin perder nada de su cómoda ventaja pese a lo diezmada que anda su defensa, y los blancos sin despedirse de la Liga en el último minuto con la ocasión de Pedro tras protagonizar una de sus mejores actuaciones en el Camp Nou.

LAS LESIONES

Una defensa rota y sin estabilidad

La defensa integrada por Alves, Piqué, Puyol y Abidal pasa por ser la titular del Barça. Lo es también para Tito Vilanova, que recitó los cuatro nombres que formarían su combinación ideal al final del partido. Fue la composición de la última línea en el célebre 5-0 (temporada 2010-11), y la misma del no menos histórico 2-6 (08-09). Del cuarteto, solo Alves, y los primeros 27 minutos, estuvo en el campo, acentuando la profunda inestabilidad de los guardianes de Valdés. El meta, que el año pasado solo había encajado cuatro goles en siete jornadas, ahora lleva siete.

Para defender a la delantera de gala del Madrid (la misma del 5-0), Vilanova reinventó a Adriano como central junto a Mascherano, el único que sigue indemne a las lesiones. El brasileño había jugado un partido como lateral derecho (ante el Madrid en la Supercopa) y cinco en el lado izquierdo. Mascherano, que jugó esta vez en el central derecho, compartió puesto con la cuarta pareja que ha conocido. Montoya fue el recambio de Alves, igual que en la Supercopa y, como allí, dispuso de una ocasión de gol que habría coronado su inesperada irrupción. El larguero la frustró.

LOS RETOQUES

Cesc e Iniesta y la renuncia a un extremo

Montoya pudo evitar el triunfo blanco de la Supercopa y el empate que mantiene con un halo de vida al Madrid en la Liga. Las dos veces anduvo el Barça a remolque en el marcador, y esa supervivencia sugiere que los blancos han recortado las diferencias futbolísticas respecto al Barça. Al menos, es la lectura interesada que ha hecho José Mourinho resultados en mano. Nunca afrontó un clásico con tantas bajas de peso. Si se trasladara la sangría de bajas azulgranas al Bernabéu, ¿qué habría sido del Madrid con una defensa formada por Arbeloa, Varane, Albiol y Coentrao? Incluso a Mourinho le daría miedo imaginárselo.

Vilanova sí hizo un cambio interesado: retiró a Alexis (un extremo) para juntar a Cesc e Iniesta y aumentar la capacidad de combinación del centro del campo con el juego de Xavi y Messi, a costa de mantener el dispositivo de los dos extremos abiertos utilizados hasta ahora. La fórmula ideal del 3-4-3, pero el 4-3-3 es el punto de partida de todos los partidos. Un híbrido que no acabó de funcionar hasta que reapareció Alexis en la última media hora.

EL ESTILO

De la pausa a un exceso de verticalidad

Está cambiando la manera de jugar del Barça. No es ahora aquel equipo pausado, paciente, que gobernaba el balón y, por supuesto, el partido. A través de la pelota, el equipo de Guardiola avasallaba a sus rivales hasta someterlos casi, casi a la asfixia. Ahora, en cambio, todavía no se sabe si por las circunstancias (la baja de Piqué es tan importante en la estructura defensiva como en el inicio del ataque) o por decisión propia de Tito, el equipo es mucho más vertical. Sigue teniendo el balón, pero ya no tanto como antes. Domina los partidos, pero no con la autoridad que acostumbraba. Es más vertical, rápido y, en determinados momentos, hasta vertiginoso, como si fuera un Barça de la Premier. Le cuesta, eso sí, imponerse desde el inicio y debe nadar a contracorriente remontando partidos (Madrid, en la ida de la Supercopa, Spartak de Moscú y Sevilla) que empezó perdiendo. La lesión de Iniesta ha sido capital en este asunto, ya que el trío que integra en el centro del campo con Xavi y Busquets solo se ha visto en 2 de los 11 encuentros disputados (la Supercopa con el Madrid). Otro detalle del cambio, tal vez anecdótico y puntual: por primera vez el Barça cometió más faltas que el Madrid.

EL RECURSO

Villa se queda sin ser el tercer cambio

Vilanova prescindió del tercer cambio reglamentario. Dio entrada igualmente a Alexis, preparado ya antes del 2-1 de Messi, para luego agotar la última bala. No veía claro a quién podría necesitar en la ida y vuelta en que se convirtió el encuentro. Del mismo modo que quizá debía recurrir a Song para aguantar el resultado de fructificar alguna de las últimas ocasiones (Messi, Montoya, Pedro), estaba esperando David Villa durante el largo calentamiento la llamada del entrenador. El asturiano (tres goles en la Liga en sus apariciones en la segunda mitad) se quedó con las ganas. No había otro delantero. Cristian Tello fue el descartado que se sentó en la grada. Ayer no viajó con la selección sub-21 por una sobrecarga muscular.