Un Celta temible

Luis Enrique alerta a sus hombres de que se encontrarán un rival «extremadamente complicado» en Vigo

Piqué bromea con Bartra ante Luis Enrique.

Piqué bromea con Bartra ante Luis Enrique. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Compara al Celta con el Rayo y el Bayer Leverkusen por su estilo de juego, pero habla con tanta admiración del rival como si el Barça se enfrentara (20 h.) al Madrid o al Bayern de Múnich por citar a los equipos más potentes de la Champions. Luis Enrique utiliza un tono poco menos que apocalíptico para resaltar las virtudes del Celta; en cualquier caso, manda un aviso público a sus propios jugadores al exponer la altísima consideración que tiene de su exequipo. Que en verdad es obra de Eduardo Berizzo y suyo es todo el mérito, añade el técnico azulgrana.

«Extremadamente complicado» será el partido, fue uno de los elogiosos calificativos -el primero- empleados por el entrenador, entusiasmado con la propuesta del rival. Muy reconocible y próxima a la suya, de presionar en campo contrario. «No habrá un balón tranquilo», adelanta Luis Enrique.

Resultados contra estadísticas

El Celta era ayer cuarto, empatado con el Madrid, segundo, con tres victorias y un empate. Los resultados avalan el gran estado de forma del once celeste, que impresionó en el Sánchez Pizjuán el pasado domingo. La estadística, en cambio, matiza el temor que desprende el discurso del técnico azulgrana. El Barça ha ganado en cuatro de las últimas cinco visitas a Balaídos; la otra fue un empate.

«Si solo estamos a un nivel normal o nuestro juego languidece, el Celta nos pasará por encima y a 200 por hora», insiste Luis Enrique, convencido de que la victoria será tan sufrida como al del año pasado, cuando Mathieu cabeceó una falta lateral en los últimos minutos y garantizó el liderato azulgrana una semana después de haber batido al Madrid. También con gol de Mathieu.

Vuelve Piqué

Podría ser que Mathieu volviera a jugar esta noche de titular si continúa la ronda de rotaciones. Quien sí volverá a jugar es Gerard Piqué. El defensa más indiscutible es, curiosamente, el más descansado de todos. Solo ha jugado tres de los ocho partidos. Cuatro se los ha pasado castigado por su expulsión en la Supercopa de España. Bartra y Mascherano fueron los titulares frente al Levante en la última jornada.

El «error entre comillas de Piqué», admite Luis Enrique, ha agravado el panorama en los inicios de la competición porque, junto con las lesiones sufridas, no se han podido repartir más los esfuerzos. «La situación no es catastrófica ni límite. No la percibo así», confiesa el asturiano. «Con los jugadores que tengo, es perfecta y maravillosa», subraya.

Rafinha, operado

Sabiendo que no puede quejarse, el máximo responsable del vestuario considera que todas las vicisitudes entran en el terreno de la normalidad. No solo las numerosas bajas por lesión (Bravo, VermaelenDouglasRafinha), sino también el largo castigo de Piqué y la imposibilidad de emplear a Arda Turan Aleix Vidal, los dos fichajes de la temporada que la FIFA no ha permitido dar de alta. Incluso la marcha de Pedro, que se contemplaba como probable. «El jugador del Barça es un especimen único y capaz de sacar los resultados adelante pese a todo», valora, con humor.

Una nueva baja, la de Sandro, con un fuerte golpe, brindó la continuidad en la lista de Gerard Gubau,. La ausencia del delantero será breve. Insignificante con la que aguarda al pobre Rafinha. Este martes ha sido operado de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. «El tiempo de baja aproximada rondará los seis meses», comunicó el Barça, concretando esta vez un pronóstico de inactividad.

Entre Arda y Messi

La larga ausencia de Rafinha brinda al club un resquicio legal para inscribir un jugador. El elegido es Arda, otro centrocampista. El permiso federativo está pendiente de ser ratificado por la FIFA, con la que Barça no quiere más líos. Sin querer confirmar si el elegido es Turan en detrimento de Aleix -«tampoco hay muchas opciones», comenta el técnico-, sí asegura que Messi seguirá ejecutando los penaltis. Pese a que ha fallado dos de los tres lanzados. «Confiamos ciegamente en él, consideramos que es el mejor», afirma.

Tan convencido está Luis Enrique de Messi como de la calidad del Celta. «Si nuestro juego languidece o decae, nos pasará por encima», repite, encantado de medirse con un rival «que presiona arriba, que juega de esa manera tan atractiva y con ese buen gusto por el fútbol». Aunque eso suponga pasar un mal rato de 90 minutos.