El comercio se moviliza para desenterrar el proyecto de reforma de la Via Laietana

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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La idea hiberna en los cajones del ayuntamiento desde lustros. Algunos alcaldes la han hecho aflorar y otros la han enterrado, pero el plan de reforma de la Via Laietana siempre colea a la espera de una oportunidad. Solo que esta vez es el comercio del vial el que se ha movilizado para que la renovación y ampliación de aceras sea una realidad. Advierten de que la calle sufre una "degradación y desertización" acelerada -con cierres de locales comerciales y una decena de edificios vacíos o en semiuso- que solo se puede combatir "humanizándola".

La Via Laietana, una de las más retratadas por la publicidad por su estética de aires neoyorquinos, sembrada de edificios altos y creada como cordón umbilical del centro hacia el mar, es un horror para el peatón. Aceras que oscilan entre poco más de un metro y dos metros y medio, no solo estrechas sino en mal estado, con socavones e irregularidades; sobredosis de tráfico y ruido (por encima de la normativa, según un estudio independiente); pésima iluminación y una evidente falta de 'caliu' que la han convertido en una frontera entre barrios. Buscando caminos más amables, el que recorre el Born no la cruza, y el que pasea por el Gòtic también la evita. Lo saben todos los grupos políticos, que con más o menos detalle, la incluyeron en sus programas electorales.

De hecho, el largo plan de actuación de distrito (PAD) de Ciutat Vella alude a "reducir el tráfico en la Via Laietana", así como a "abrir un proceso participativo amplio con el objetivo de convertirla en eje cívico". Es una propuesta que, enfatizan en el ayuntamiento, se enmarcarcará en el inminente proyecto de movilidad del distrito.Y recuerdan que la "ciudadanía" puede priorizar las actuaciones más relevantes. 

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Bajo el mandato de Jordi Hereu la reforma cogió carrerilla, con una propuesta firme en el 2008 de la concejala de Ciutat Vella, Itziar González, previos estudios de movilidad, que apostaban por dos carriles de subida y dos de bajada. Pero la ultracongelación presupuestaria de la crisis la frenó e hizo que bajo el gobierno de Xavier Trias el asunto se limitara a una barata pacificación, basada en eliminar la parada de autocares de Ramon Berenguer el Gran y Antoni Maura y en fomentar actividad cívica en el entorno para hacerlo menos hostil. La largamente aplazada obra del intercambiador subterráneo (metro y FGC) en plaza Urquinaona es también el eterno pretexto para no actuar hasta que se puedan acometer todas las mejoras de una vez. 

MENOS TRÁFICO

Pues bien, extirpada la invasión de autocares que hasta hace un año taponaba el tráfico, los comerciantes se ven moralmente más fuertes para reivindicar la reforma. "El tráfico ha mejorado mucho y se puede prescindir del carril central que tiene poca funcionalidad", reclama Xavier González i Reverté, presidente de la Associació de Comerciants Via Laietana. Ese carril central de cinco, que en el tramo superior desciende y luego se pierde para ganarlo de subida (y permitir el giro por Jaume I), ya no es necesario por la posibilidad de girar desde otros puntos, enfatiza, también desde la junta David González. Creen que con un impacto moderado en la redistribución del tráfico, esa fórmula sin un excesivo coste económicos permitiría engrosar las aceras algo más de un metro. Oxigenarlas.

El eje suma más de 70 locales comerciales, de los que una veintena están cerrados. En los últimos tiempos "ha desaparecido comercio de barrio", se queja otro vocal de la junta, Albert Mestres, con el único relevo de suvenires en el tramo bajo y pequeños supers (badulaques). No es que la calle fuera nunca un referente comercial, estigmatizada por el tráfico, pero hace un año y medio se constituyó la asociación de comerciantes, que reivindica dignicar su actividad con ayuda del urbanismos. E insisten en que también hay menos vecinos y cada vez más edificios en desuso o uso parcial (Palacio del Cinema, los juzgados civiles, Hacienda y oficinas de la Seguridad Social...). 

MANIFIESTO

¿Mejorararla apunta al turismo? Insisten en que buscan ser el nexo natural entre barrios y en defender el comercio de proximidad, por eso han escrito un manifiesto donde califican el devenir de la calle como "una herida en el corazón de la ciudad" y reclaman su reforma. Hace apenas unos días que han comenzado a recabar firmas, y cuentan ya con el apoyo de diversas patronales del comercio y de pequeñas asociaciones de las calles que desembocan en la Via Laietana y se beneficiarían. Pero sobre todo esperan sumar fuerzas con las asociaciones vecinales, para que el residente logre más accesibilidad y calidad de vida.